Notimex
7/5/2008
San Diego.- El alcalde de San Diego, Jerry Sanders, denunció hoy que la empresa de seguridad Blackwater registró bajo denominación de "policía fronteriza" un proyecto de campo de entrenamiento a unos 500 metros de la frontera con México.
Según el alcalde, Blackwater empleó a dos empresas distintas de San Diego para conseguir el permiso para un campo de entrenamiento paramilitar en la zona limítrofe de Otay, con registro de "escuela vocacional" y la denominación de agencia policíaca fronteriza.
El nombre para esas instalaciones, agencia policíaca o agencia del orden del suroeste, se traduce en términos geopolíticos estadounidenses en corporación policíaca de la frontera, pues los límites con México se definen como el suroeste del país.
Al mismo tiempo, diversas organizaciones divulgaron transcripciones de recientes programas de radio en los que un ejecutivo de Blackwater reconoce que aceptaría "cualquier contrato que le ofreciera el gobierno estadounidense para controlar la frontera".
La organización estatal sin fines de lucro Coraje de California mantiene dos campañas en las que pide a la presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, al gobernador Arnold Schwarzenegger y las senadoras de California que prohíban la instalación de Blackwater en la frontera.
El director del Proyecto Fronterizo del Comité de Servicios Amigos de las Américas, Pedro Ríos, dijo a Notimex que observan "muchas señales y mucho interés de un grupo con nula transparencia por aferrarse a instalarse en la frontera".
El sitio que Blackwater eligió para montar su campo de entrenamiento a escaso medio kilómetro de la fronteriza ciudad mexicana de Tijuana también se ubica a unos 300 metros de una estación de la Patrulla Fronteriza del sector San Diego, según las denuncias.
Ríos dijo que Blackwater utiliza el término "disposición" para referirse a un posible interés por conseguir un contrato del gobierno estadounidense para controlar la frontera.
"En su fallido intento por instalar su campo de entrenamientos en el poblado de Potrero (unos 65 kilómetros al este de San Diego y cuatro al norte de la frontera), Blackwater mencionó que tenía disposición para entrenar a la patrulla fronteriza", recordó.
Al abandonar ese proyecto, fueron de hecho la Patrulla Fronteriza y oficiales de migración quienes se instalaron en el proyecto de campamento que dejó Blackwater.
Raymond Lutz, experto de la ciudad de El Cajón que dirige dos portales de internet contra proyectos de Blackwater, dijo a Notimex que el propio vicepresidente de esa organización que se autodefine como de seguridad internacional aceptó su interés por controlar la frontera.
"Obviamente Blackwater está muy interesada en contratos para controlar la frontera", ahora que la mayoría de los seis mil guardias nacionales que ordenó el presidente George W. Bush para apoyar a la Patrulla Fronteriza han comenzado a replegarse, dijo Lutz.
Bob Filner, congresista de San Diego que representa a la frontera y que se ha opuesto a la instalación del campamento de entrenamiento, dijo por su parte que la frontera es la zona donde menos se necesita un ejército privado.
"Lo que realmente nos preocupa es que quieren claramente establecerse en la frontera entre México y Estados Unidos.
El primer sitio (Potrero) estaba a unas millas y el otro a unos metros", dijo Filner. "Este no es un lugar donde querramos soldados privados. Sabemos que los Minutemen han venido y han sido problema para las autoridades y Blackwater sería peor, por su entrenamiento mercenario", enfatizó.
Por su parte, Coraje de California señaló en su campaña de peticiones a políticos del ámbito local y federal que Blackwater "utiliza parte del dinero que obtiene de los contribuyentes estadounidenses en contratos en Irak para subsidiar una base de operaciones en California".
La campaña enfatiza con letras mayúsculas que el proyecto de ese grupo se instalaría a "tres calles de la frontera".
Denuncian financiamiento de Blackwater a grupos radicales antiinmigrantes en EEUU
Los Minutemen: Muerte y odio racista en la frontera
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Según el alcalde, Blackwater empleó a dos empresas distintas de San Diego para conseguir el permiso para un campo de entrenamiento paramilitar en la zona limítrofe de Otay, con registro de "escuela vocacional" y la denominación de agencia policíaca fronteriza.
El nombre para esas instalaciones, agencia policíaca o agencia del orden del suroeste, se traduce en términos geopolíticos estadounidenses en corporación policíaca de la frontera, pues los límites con México se definen como el suroeste del país.
Al mismo tiempo, diversas organizaciones divulgaron transcripciones de recientes programas de radio en los que un ejecutivo de Blackwater reconoce que aceptaría "cualquier contrato que le ofreciera el gobierno estadounidense para controlar la frontera".
La organización estatal sin fines de lucro Coraje de California mantiene dos campañas en las que pide a la presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, al gobernador Arnold Schwarzenegger y las senadoras de California que prohíban la instalación de Blackwater en la frontera.
El director del Proyecto Fronterizo del Comité de Servicios Amigos de las Américas, Pedro Ríos, dijo a Notimex que observan "muchas señales y mucho interés de un grupo con nula transparencia por aferrarse a instalarse en la frontera".
El sitio que Blackwater eligió para montar su campo de entrenamiento a escaso medio kilómetro de la fronteriza ciudad mexicana de Tijuana también se ubica a unos 300 metros de una estación de la Patrulla Fronteriza del sector San Diego, según las denuncias.
Ríos dijo que Blackwater utiliza el término "disposición" para referirse a un posible interés por conseguir un contrato del gobierno estadounidense para controlar la frontera.
"En su fallido intento por instalar su campo de entrenamientos en el poblado de Potrero (unos 65 kilómetros al este de San Diego y cuatro al norte de la frontera), Blackwater mencionó que tenía disposición para entrenar a la patrulla fronteriza", recordó.
Al abandonar ese proyecto, fueron de hecho la Patrulla Fronteriza y oficiales de migración quienes se instalaron en el proyecto de campamento que dejó Blackwater.
Raymond Lutz, experto de la ciudad de El Cajón que dirige dos portales de internet contra proyectos de Blackwater, dijo a Notimex que el propio vicepresidente de esa organización que se autodefine como de seguridad internacional aceptó su interés por controlar la frontera.
"Obviamente Blackwater está muy interesada en contratos para controlar la frontera", ahora que la mayoría de los seis mil guardias nacionales que ordenó el presidente George W. Bush para apoyar a la Patrulla Fronteriza han comenzado a replegarse, dijo Lutz.
Bob Filner, congresista de San Diego que representa a la frontera y que se ha opuesto a la instalación del campamento de entrenamiento, dijo por su parte que la frontera es la zona donde menos se necesita un ejército privado.
"Lo que realmente nos preocupa es que quieren claramente establecerse en la frontera entre México y Estados Unidos.
El primer sitio (Potrero) estaba a unas millas y el otro a unos metros", dijo Filner. "Este no es un lugar donde querramos soldados privados. Sabemos que los Minutemen han venido y han sido problema para las autoridades y Blackwater sería peor, por su entrenamiento mercenario", enfatizó.
Por su parte, Coraje de California señaló en su campaña de peticiones a políticos del ámbito local y federal que Blackwater "utiliza parte del dinero que obtiene de los contribuyentes estadounidenses en contratos en Irak para subsidiar una base de operaciones en California".
La campaña enfatiza con letras mayúsculas que el proyecto de ese grupo se instalaría a "tres calles de la frontera".
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