lunes, 23 de junio de 2008

El Cazador estaba en Dallas cuando mataron a Kennedy

por Luis Beatón
6/10/2005

El día que asesinaron al presidente John F. Kennedy, en Dallas, Texas, allí estaba un personaje apodado The Hunter, un experto francotirador entrenado por la CIA y que años después se convertiría en un terrorista notorio.

Kennedy murió de varios disparos, y aunque la versión oficial lo niega, son más quienes piensan que el magnicidio fue resultado de una conspiración que involucró a la mafia, a terroristas cubanos, a la CIA y oscuros intereses norteamericanos.

Este jueves se cumplirán 29 años de la explosión, en pleno vuelo, de una aeronave comercial cubana con 73 personas a bordo. Dos bombas estallaron poco después de despegar del aeropuerto internacional de Barbados el 6 de octubre de 1976.

Luis Posada Carriles, "The Hunter", uno de los principales autores de aquel hecho, goza hoy de la "indulgencia" de la justicia norteamericana.

La administración estadounidense jamás dejará que Posada sea cuestionado en un foro abierto sobre sus actividades porque podría implicar a miembros clave de la clase dominante estadounidense y sus operativos políticos.

Con la complicidad de las autoridades, este renombrado terrorista descansa hoy en el país y no será deportado ni extraditado a Venezuela, bajo el amparo oportunista de una Ley internacional contra la tortura.

¿Cuántos estadounidenses se preguntarán hoy si este terrorista y sus amigos en Washington tuvieron que ver con la muerte de Kennedy?

Hay analistas que plantean una conexión con el asesinato y aseguran que "The Hunter", estuvo en la Plaza Dealey de Dallas en la hora fatal para el presidente de los estadounidenses.

No hace falta hablar de su conexión con la CIA pero, en 1985, cuando se fugó de una cárcel venezolana donde era juzgado por los sucesos de Barbados (atentado contra el vuelo 455 de Cubana de Aviación), el jefe de la agencia era George H.W. Bush (padre) .

Posada y sus socios responsabilizan a Kennedy por el fracaso de la invasión de Playa Girón y tenían razones infundadas para atentar contra éste, aseguran expertos.

Aunque la élite del poder se opone a la teoría de la conspiración, una investigación de la Cámara de Representantes y de medios independientes comulga con esa apreciación.

Para muchos académicos, "La Operación 40", un grupo especial dentro de la CIA establecido con la autorización del Consejo Nacional de Seguridad poco antes de la invasión de Playa Girón, es un eslabón clave en esta historia.

En ese grupo se vinculan figuras como Félix Rodríguez "El gato", un importante operativo CIA que los entrenó en torturas y técnicas de interrogatorios, Orlando Bosch, Luis Posada Carriles y Antonio Venciana.

Chauncey Holt, un agente CIA ya fallecido, identificó a Posada Carriles como uno de los terroristas cubanos que se encontraba en la Plaza Dealey en el momento del asesinato de Kennedy.

Llama la atención que Porter Goss, actual director de la CIA, nombrado por George W. Bush, hijo del anterior director de la entidad, se encontraba vinculado a La Operación 40.

Los escritores Warren Hinkle y William Turner en su obra "Deadly Secrets" ("Secretos fatales"), identifican a Rafael Quintero, Luis Posada Carriles, Félix Rodríguez y Frank Sturgis como miembros de la Operación 40.

Estos estaban dirigidos por E. Howard Hunt. Coincidentemente, Hunt y Sturgis estuvieron luego en prisión por el escándalo Watergate y se asegura que los dos estaban en Dallas el día en que fue asesinado Kennedy.

Entonces, no es osado afirmar hoy que Posada Carriles goza de un seguro de vida que lo mantiene vivo por lo que muy probablemente sabe de importantes figuras en Estados Unidos, entre las cuales los Bush marchan a la vanguardia.

(Extraído de Granma Digital)

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