viernes, 12 de septiembre de 2008

Un programa que ningún canal occidental se atrevería a difundir

La más importante cadena de televisión rusa (“Channel One”, aquella que tiene más audiencia en el país), difundirá el viernes 12 de septiembre, en la noche y a la hora punta, cuando todo el mundo enciende su TV, un documental llamado «Zero» del eurodiputado italiano Giulietto Chiesa, que es una muy objetiva investigación sobre los atentados del 11 de septiembre 2001 y las múltiples evidencias que se esconden a la opinión pública.

La proyección del reportaje documental será seguido de un debate en directo con el autor del mismo, Giulietto Chiesa, del general ruso Leonid Ivashov (ex-comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia en 2001) y Thierry Meyssan (presidente de Axis for Peace) en donde estos investigadores explicarán sus dudas de la versión oficial de estos acontecimientos ocurridos ya siete años y dadas por la administración Bush y los medios de comunicación corporativos a la opinión pública mundial.

Los participantes serán interrogados por diez expertos y por diversas personalidades presentes entre el público asistente.

Cualquier crítica o contestación a la versión oficial sobre el 11 de septiembre desata un virulento ataque en la prensa oficialista de los países de la OTAN al investigador, periodista o intelectual disidente, que se ha atrevido a tocar el tema y ponerlo en tela de juicio, para que sea rápidamente descalificado o tratado de loco, paranoico o por el estilo, exigiéndole además que se retracte. Pero cada día son más los responsables políticos en el mundo que utilizan los trabajos investigativos de Thierry Meyssan para expresar sus dudas sobre la versión oficial de Bush sobre estos acontecimientos.

(Extraído de www.voltairenet.org)


Avance del programa para la televisión rusa

jueves, 11 de septiembre de 2008

115 mentiras sobre los atentados del 11 septiembre


David Ray Griffin
Red Voltaire
4-11-2006

Sigue sin haber una versión oficial sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001. No se ha abierto investigación judicial alguna sobre los propios atentados ni la menor investigación parlamentaria. No hay más que una versión gubernamental recogida en un informe presentado por una comisión presidencial. El profesor David Ray Griffin, autor de una obra de referencia en la que estudia ese informe, encontró en ese texto 115 mentiras aquí enumeradas

Para cada mentira nos referiremos a los análisis que hace el profesor David Ray Griffin en su obra Omisiones y manipulaciones de la Comisión Investigadora. Las cifras que aparecen entre paréntesis se refieren a las páginas de la edición original estadounidense de ese libro.

1. Omisión de la prueba de que por lo menos 6 de los supuestos secuestradores aéreos (entre ellos Waled al-Shehri, acusado por la Comisión de haber apuñaleado a una azafata del vuelo UA11 antes del choque del avión contra la torre norte del World Trade Center) están vivos actualmente (19-20).

2. Omisión de pruebas sobre Mohamed Atta (como su pronunciada inclinación por la bebida, por la carne de puerco y las exhibiciones eróticas privadas o lap dances) que contradicen las afirmaciones de la Comisión de que Atta se había convertido en un fanático religioso (20-21).

3. Confusión voluntariamente creada alrededor de las pruebas que demuestran que Hani Hanjur era tan mal piloto que nunca hubiera sido capaz de lograr estrellar un avión de pasajeros contra el Pentágono (21-22).

4. Omisión del hecho que las listas de pasajeros (flight manifests) que se hicieron públicas no contenían ningún nombre árabe (23).

5. Omisión del hecho que nunca, ni antes ni después del 11 de septiembre, se ha visto que un incendio haya provocado el desplome total de un edificio con estructura de acero (25).

6. Omisión del hecho que los incendios de las Torres Gemelas no fueron ni extremadamente extensos ni especialmente intensos y que ni siquiera duraron mucho tiempo comparados con otros incendios ocurridos en rascacielos (con estructuras) similares sin que estos últimos se desplomaran (25-26).

7. Omisión del hecho que, dada la hipótesis que el incendio provocó los derrumbes, la torre sur, que fue golpeada después que la torre norte y afectada por un incendio de menor intensidad, no debería haber sido la primera en desplomarse (26).

8. Omisión del hecho que el edificio n°7 del World Trade Center (contra el cual no se estrelló ningún avión y que sólo sufrió pequeños incendios muy localizados) también se desplomó, hecho sobre el cual la Agencia Federal para el Manejo de Situaciones de Emergencia (FEMA) confesó que no podía ofrecer ninguna explicación (26).

9. Omisión del hecho que el derrumbe de las Torres Gemelas (y el del edificio n°7) presenta al menos 10 características de haber sido producto de una demolición controlada (26-27).

10. Afirmación según la cual el núcleo de la estructura de cada una de las Torres Gemelas era «un pozo de acero vacío», afirmación que niega la presencia de 47 columnas de acero macizo que eran en realidad el centro de cada torre. Según la teoría del «apilamiento de pisos» (the «pancake theory») que explica los derrumbes, varias decenas de metros de esas columnas de acero macizo debieran haber quedado en pie (27-28).

11. Omisión de la declaración de Larry Silverstein [el propietario del WTC], declaración según la cual el propio Silverstein en coordinación con los bomberos decidió «demoler» –en lenguaje técnico (to «pull»)– el edificio n°7 (28).

12. Omisión del hecho que el acero de los edificios del WTC fue rápidamente recogido del lugar de los hechos y enviado al extranjero por vía marítima ANTES de que pudiera ser analizado en busca de huellas de explosivos (30).

13. Omisión del hecho que el edificio n°7 había sido evacuado antes de su derrumbe, lo implica que la razón que se dio oficialmente para acelerar lo más posible la recogida del acero [en aquel lugar] (porque podía haber sobrevivientes bajo los escombros) no tenía ningún sentido en el caso de este edificio (30).

14. Omisión de la declaración del alcalde R. Giuliani quien dijo que se le advirtió de antemano que el WTC iba a derrumbarse (30-31).

15. Omisión del hecho que Marvin Bush, hermano del presidente estadounidense, y su primo Wirt Walker III eran los directores de la compañía encargada de garantizar la seguridad del WTC (31-32).

16. Omisión del hecho que el ala oeste del Pentágono, [la misma que fue impactada el 11 de septiembre], era precisamente, por diversas razones, la que menos posibilidades tenía de ser blanco de los terroristas de al-Qaeda (33-34).

17. Omisión de toda discusión tendiente a determinar si los daños que sufrió el Pentágono correspondían realmente con los daños que podría haber provocado el impacto de un Boeing 757 desplazándose a varios cientos de kilómetros por hora (34).

18. Omisión del hecho que existen fotos que demuestran que la fachada del ala oeste no se derrumbó hasta 30 minutos después del impacto y que el orificio de entrada es demasiado pequeño para el diámetro de un Boeing 757 (34).

19. Omisión de todo testimonio contradictorio sobre la presencia o la ausencia de pedazos visibles de un Boeing 757, ya sea dentro o fuera del Pentágono (34-36).

20. Ausencia total de discusión tendiente a determinar si el Pentágono disponía de un sistema de defensa antimisiles capaz de derribar un avión de pasajeros, aún cuando la Comisión sugirió que los terroristas de al-Qaeda decidieron no atacar una central nuclear precisamente porque pensaron que esta dispondría de ese tipo de defensa (36).

21. Omisión del hecho que las imágenes provenientes de diferentes cámaras (incluyendo las de la gasolinera que se encuentra frente al Pentágono, confiscadas por el FBI inmediatamente después del impacto) podrían ayudar a determinar qué fue realmente lo que impactó el Pentágono (37-38).

22. Omisión de la alusión del secretario de Defensa D. Rumsfeld a «un misil[ utilizado] para golpear [el Pentágono]» (39).

23. Aprobación aparente de la respuesta, totalmente insatisfactoria, a la pregunta tendiente a saber por qué los agentes del Servicio Secreto permitieron que el presidente Bush permaneciera en la escuela de Sarasota cuando, según la versión oficial, deberían haber pensado que un avión secuestrado podía tener esa misma escuela como blanco (41-44).

24. Fracaso en explicar por qué el Servicio Secreto no pidió una escolta de aviones de caza para [el avión presidencial] Air Force One (43-46).

25. Afirmaciones según las cuales en el momento en que el cortejo presidencial llegó a la escuela [de Sarasota], ninguno de los asistentes sabía que varios aviones habían sido secuestrados (47-48).

26. Omisión del informe según el cual el secretario de Justicia John Ashcroft había recibido una advertencia para que dejara de viajar en líneas aéreas comerciales antes del 11 de septiembre (50).

27. Omisión de la afirmación de David Schippers de que, basándose en informaciones provenientes de agentes del FBI sobre posibles ataques en el sur de Manhattan, él había tratado infructuosamente de transmitir dicha información al secretario de Justicia John Ashcroft durante las 6 semanas anteriores al 11 de septiembre (51).

28. Omisión de toda mención sobre el hecho que agentes del FBI afirmaron tener conocimiento de los blancos y fechas de los ataques [terroristas] mucho antes de los hechos (51-52).

29. Afirmación, mediante una refutación circular que da la cuestión por resuelta, de que el desacostumbrado volumen de compras de acciones en baja antes del 11 de septiembre no implica que los compradores supieran de antemano que los ataques iban a producirse (52-57).

30. Omisión de los informes según los cuales el alcalde [de San Francisco] Willie Brown y ciertos responsables del Pentágono fueron advertidos de que no debían tomar el avión del 11 de septiembre (57).

31. Omisión del informe según el cual Osama ben Laden, que ya en aquel entonces era el criminal más buscado por Estados Unidos, fue atendido en julio de 2001 por un doctor estadounidense en el hospital estadounidense de Dubai y que recibió allí la visita de un agente local de la CIA (59).

32. Omisión de los artículos que sugieren que, después del 11 de septiembre, el ejército estadounidense permitió deliberadamente la fuga de Osama ben Laden (60).

33. Omisión de informes, entre ellos el que reportaba la visita del jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita a Osama ben Laden en el hospital de Dubai, que entran en contradicción con la versión oficial de que la familia de Ben Laden y su país han renegado de este (60-61).

34. Omisión del resumen de Gerald Posner sobre el testimonio de Abu Zubaydah, según el cual tres miembros de la familia real saudita (que murieron los tres misteriosamente con sólo 8 días de intervalo) estaban financiando a al-Qaeda y conocían de antemano la realización de los ataques del 11 de septiembre (61-65).

35. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba del financiamiento de los sauditas a al-Qaeda (65-68).

36. Desmentido de la Comisión sobre el descubrimiento de una prueba que demuestra que dinero perteneciente a la esposa del príncipe Bandar, la princesa Haifa, fue entregado a agentes de al-Qaeda (69-70).

37. Desmentido, que simplemente ignoró la diferencia existente entre vuelos privados y vuelos comerciales, sobre el hecho que el vuelo privado en el que varios sauditas viajaron el 13 de septiembre desde Tampa hasta Lexington violó los reglamentos sobre el espacio aéreo establecidos en aquella fecha (71-76).

38. Desmentido sobre la autorización extendida a varios sauditas para que salieran del territorio de Estados Unidos poco después del 11 de septiembre sin que esas personas fuesen sometidas a una investigación apropiada (76-82).

39. Omisión de la prueba que demuestra que el príncipe Bandar obtuvo una autorización especial de la Casa Blanca para los vuelos de los sauditas (82-86).

40. Omisión de la afirmación de Coleen Rowley según la cual responsables del Cuartel General del FBI habían visto el memo de Phoenix del agente Kenneth Williams (89-90).

41. Omisión del hecho que el agente del FBI en Chicago Robert Wright afirma que el Cuartel General del FBI cerró su investigación sobre una célula terrorista y trató posteriormente de intimidarlo para impedir que publicara un libro en el que relata sus experiencias (91).

42. Omisión de la prueba que demuestra que el Cuartel General del FBI saboteó el intento de Coleen Rowley y de otros agentes [del FBI] de Minneapolis de obtener una orden de búsqueda para conseguir la computadora de Zacarias Moussaoui (91-94).

43. Omisión de las tres horas y media de testimonio que prestó ante la Comisión la ex traductora del FBI Sibel Edmonds que, según una carta que ella misma hizo pública y que dirigió al presidente [de la Comisión] Kean, revelaba serias disimulaciones por parte de responsables del FBI en relación con el 11 de septiembre y dentro del propio Cuartel General del FBI (94-101).

44. Omisión del hecho que el general Mahmud Ahmad, jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes], se encontraba en Washington una semana antes del 11 de septiembre y que se reunió allí con el director de la CIA, George Tenet, así como con otros altos responsables estadounidenses (103-04).

45. Omisión de la prueba que demuestra que Ahmad, el jefe del ISI [los Servicios de Inteligencia pakistaníes] ordenó el envío de 100 000 dólares a Mohamed Atta antes del 11 de septiembre (104-07).

46. Afirmación de la Comisión de que no encontró prueba alguna de que algún gobierno extranjero, incluyendo al de Pakistán, haya financiado a agentes de al-Qaeda (106).

47. Omisión del informe según el cual la administración Bush presionó a Pakistán para que Ahmad fuese destituido de su cargo de jefe del ISI después de la divulgación de la información que revelaba que este había ordenado el envío de dinero del ISI a Mohamed Atta (107-09).

48. Omisión de la prueba que el ISI (y no sólo al-Qaeda) se encontraba detrás del asesinato de Ahmad Shah Massud (el comandante de la Alianza del Norte en Afganistán) que se produjo precisamente después de un encuentro que duró una semana entre responsables de la CIA y del ISI (110-112).

49. Omisión de la prueba que demuestra que el ISI está implicado en el secuestro y posterior asesinato de Daniel Pearl, periodista del Wall Street Journal (113).

50. Omisión del informe de Gerald Posner según el cual Abu Zubaydah afirmó que un oficial militar pakistaní, Mushaf Ali Mir, que mantenía estrechos vínculos con el ISI y con al-Qaeda sabía de antemano de los ataques del 11 de septiembre (114).

51. Omisión de la predicción que hizo, en 1999, Rajaa Gulum Abbas, agente del ISI, de que las Torres Gemelas «se derrumbarían» (114).

52. Omisión del hecho que el presidente Bush y otros miembros de su administración se refirieron repetidamente a los ataques del 11 de septiembre como «oportunidades» (116-17).

53. Omisión del hecho que el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano («The Project for the New American Century»), muchos de cuyos miembros se convirtieron en figuras claves de la administración Bush, publicó en el año 2000 un documento que decía que un «nuevo Pearl Harbour» ayudaría a conseguir fondos para una rápida transformación tecnológica del aparato militar estadounidense (117-18).

54. Omisión del hecho que Donald Rumsfeld, quien fue presidente de la comisión del US Space Command y había recomendado aumentar el presupuesto destinado a este, se valió de los ataques del 11 de septiembre, en la tarde de ese mismo día, para garantizar esos fondos (119-22).

55. No se mencionó que las tres personas responsables del fracaso de los esfuerzos por prevenir los ataques del 11 de septiembre (el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el general Richard Myers y el general Ralph Eberhart) eran también los tres principales promotores del US Space Command (122).

56. Omisión del hecho que Unocal había declarado que los talibanes no podían garantizar la seguridad adecuada para emprender la construcción de sus pipelines (para petróleo y gas) a partir de la cuenca del Caspio y a través de Afganistán y Pakistán (122-25).

57. Omisión del informe según el cual representantes de Estados Unidos dijeron durante un encuentro, en julio de 2001, que ya que los talibanes rechazaban su proposición de construir un oleoducto, una guerra contra ellos comenzaría en octubre (125-26).

58. Omisión del hecho que en su libro, publicado en 1997, Zbigniew Brzezinski escribía ya que para que Estados Unidos pueda mantener su predominio global es necesario que ese país controle el Asia central, con sus vastos recursos petrolíferos, y que un nuevo Pearl Harbour sería útil para obtener el apoyo de la opinión pública estadounidense a esos designios imperiales (127-28).

59. Omisión del hecho que miembros claves de la administración Bush, entre ellos Donald Rumsfeld y su delegado Paul Wolfowitz, se esforzaron durante muchos años por desatar una nueva guerra contra Irak (129-33).

60. Omisión de los apuntes de las conversaciones de Donald Rumsfeld correspondientes al 11 de septiembre que demuestran que este estaba decidido a utilizar los ataques como pretexto para desatar una guerra contra Irak (131-32).

61. Omisión de la declaración que aparece en el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, según la cual «la necesidad de una fuerte presencia estadounidense en el Golfo va más allá del tema del régimen de Sadam Husein» (133-34).

62. Afirmación según la cual el protocolo de la FAA (Federal Aviation Agency) sobre lo sucedido el 11 de septiembre requería un largo proceso de aplicación que tenía que pasar por varias etapas de la cadena de mando cuando el propio Informe Oficial [de la Comisión] cita pruebas de lo contrario (158).

63. Afirmación según la cual en aquellos días sólo dos bases de la fuerza aérea estadounidense del sector noreste del NORAD (North American Aerospace Defense Command o Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte) mantenían cazas en alerta y, en particular, que no había aviones de combate en alerta en las bases de McGuire y de Andrews (159-162).

64. Omisión del hecho que la base Andrews de la fuerza aérea estadounidense tenía varios aviones de caza en alerta permanente (162-64).

65. Aceptación de la doble afirmación según la cual el coronel Marr, del NEADS (North East Air Defense Sector), tenía que comunicarse telefónicamente con un superior para que este lo autorizara a enviar aviones de caza desde [la base] de Otis y que necesitó 8 minutos para realizar esa llamada (165-66).

66. Aprobación de la afirmación según la cual la pérdida de la señal del transpondedor de un avión hace prácticamente imposible la localización de la nave por los radares militares estadounidenses (166-67).

67. Afirmación según la cual la intercepción de Stewart Payne no demostró que el tiempo de respuesta del NORAD en el caso del vuelo AA11 fue extraordinariamente lento (167-69).

68. Afirmación según la cual los cazas de la base de Otis se mantuvieron en tierra durante 7 minutos después de haber recibido la orden de despegue porque no sabían adónde volar (174-75).

69. Afirmación según la cual las fuerzas armadas estadounidenses no sabían del desvío del vuelo UA175 hasta las 9h30, momento exacto en que este vuelo se estrelló contra la torre sur del WTC (181-82).

70. Omisión de toda explicación sobre (a) la razón por la cual un informe anterior del NORAD, según el cual la FAA notificó a los militares el desvío del vuelo UA175 a las 8h43, se considera ahora como falso y (b) cómo fue que ese informe, si era falso, pudo ser publicado y se mantuvo como válido durante cerca de 3 años (182).

71. Afirmación según la cual la FAA no estableció la teleconferencia sino a partir de las 9h20 de aquella mañana (183).

72. Omisión del hecho que un memo de Laura Brown, de la FAA, afirma que la teleconferencia se estableció sobre las 8h50 y que trató precisamente sobre el desvío del vuelo UA175 (183-84, 186).

73. Afirmación según la cual la teleconferencia del NMCC, (Centro de Mando Militar o National Military Command Center) no comenzó antes de las 9h29 (186-88).

74. Omisión, en la afirmación de la Comisión de que el vuelo AA77 no se desvió de su trayectoria antes de las 8h45, del hecho que la hora mencionada en informes anteriores fue las 8h46 (189-90).

75. Fracaso en mencionar que el anuncio de la caída de un jet en Kentucky, poco después del momento en que el vuelo AA77 desapareciera del radar de la FAA, fue tomada lo bastante en serio por los responsables de la FAA y de la unidad antiterrorista del FBI como para que estos la enviaran a la Casa Blanca (190).

76. Afirmación según la cual el vuelo AA77 voló durante cerca de 40 minutos por el espacio aéreo estadounidense en dirección a Washington sin ser detectado por los radares militares (191-92).

77. Fracaso en explicar, si el anterior informe del NORAD según el cual se le informó a este –a las 9h24– que la trayectoria del vuelo AA77 era «incorrecta», cómo fue que ese informe erróneo pudo salir a la luz, o sea que se trata de saber si los responsables del NORAD mintieron o si fueron «embaucados» durante cerca de tres años (192-93).

78. Afirmación según la cual los aviones de combate de Langley, que según dijera primeramente el NORAD fueron enviados a interceptar el vuelo AA77, fueron realmente desplegados como respuesta a un informe erróneo de un controlador (no identificado) de la FAA de las 9h21 de que el vuelo AA11 se encontraba aún en vuelo y que se dirigía hacia Washington (193-99).

79. Afirmación según la cual los militares no fueron contactados por la FAA sobre el probable secuestro del vuelo AA77 antes del impacto contra al Pentágono (204-12).

80. Afirmación de que Jane Garvey no se sumó a la videoconferencia de Richard Clarke hasta las 9h40, o sea después del impacto contra el Pentágono (210).

81. Afirmación de que ninguna de las teleconferencias logró coordinar la FAA y las respuestas de los militares a los secuestros porque «ninguna [de las mismas] incluía a los responsables adecuados en el seno de la FAA y del Departamento de Defensa », aunque Richard Clarke dice que su propia videoconferencia incluía a la directora de la FAA Jane Garvey, al secretario de Defensa Donald Rumsfeld y al general Richards Myers, jefe interino de las Fuerzas Armadas (211).

82. Afirmación de la Comisión según la cual esta no sabía qué miembros del Departamento de Defensa participaron en la videoconferencia con Richard Clarke cuando el propio Clarke afirma en su libro que se trataba de Donald Rumsfeld y del general Myers (211-212).

83. Aprobación de la afirmación del general Myers de que él se encontraba en el Capitolio durante los ataques sin mencionar el informe contradictorio de Richard Clarke, según el cual Myers estaba en el Pentágono y participó en la videoconferencia con Clarke (213-17).

84. Fracaso al mencionar la contradicción entre el testimonio de Clarke sobre los movimientos de Rumsfeld de aquella mañana y las declaraciones del propio Rumsfeld (217-19).

85. Omisión del testimonio del secretario de Transporte Norman Mineta ante la propia Comisión, testimonio según el cual el vicepresidente Cheney y las demás [personas presentes] en el refugio subterráneo habían sido advertidas a las 9h26 de que un avión se acercaba al Pentágono (220).

86. Afirmación según la cual los responsables del Pentágono no sabían que un avión se estuviera acercando a ellos antes de las 9h32, las 9h34 o las 9h36, o sea sólo minutos antes que el edificio fuera impactado (223).

87. Aceptación de dos versiones que se contradicen entre sí sobre el aparato que impactó el Pentágono: una que describe la ejecución de una espiral de 330 grados hacia abajo (un «picado a gran velocidad») y otra en la que no se menciona esa maniobra (222-23).

88. Afirmación según la cual los cazas provenientes de Langley, que supuestamente recibieron la orden de despegar rápidamente para proteger Washington del «vuelo fantasma AA11» no estaban en lo absoluto cerca de Washington porque fueron enviados hacia el océano por error (223-24).

89. Omisión de todas las pruebas que sugieren que lo que impactó el Pentágono no fue el vuelo AA77 (224-25).

90. Afirmación según la cual la FAA no informó a los militares sobre el desvío del vuelo UA93 antes de que este se estrellara (227-29, 232, 253).

91. Doble afirmación de que el NMCC no monitoreó la conferencia iniciada por la FAA y no pudo por consiguiente conectar a la FAA con la teleconferencia iniciada por el NMCC (230-31).

92. Omisión del hecho que el Servicio Secreto dispone de medios que le permiten tener conocimiento de todo lo que hace la FAA (233).

93. Omisión de toda investigación sobre las razones que llevaron al NMCC a comenzar su propia teleconferencia si, como dijo Laura Brown –de la FAA–, eso no forma parte del protocolo standard (234).

94. Omisión de toda investigación sobre por qué el general Montague Winfield no solamente fue reemplazado por un «bisoño» (a rookie), el capitán Leidig, como director de operaciones del NMCC sino que abandonó además el mando cuando estaba claro que el Pentágono se encontraba ante una crisis sin precedente (235-36).

95. Afirmación según la cual la FAA notificó (de forma errónea) al Servicio Secreto, entre las 10h10 y las 10h15, que el vuelo UA93 se encontraba todavía en vuelo y se dirigía hacia Washington (237).

96. Afirmación según la cual el vicepresidente Cheney no dio la autorización para disparar hasta las 10h10 (varios minutos después de la caída del vuelo UA93) y que esa autorización no fue transmitida a la fuerza aérea hasta las 10h31 (237-41).

97. Omisión de todas las pruebas que indican que el vuelo UA93 fue derribado por un avión militar (238-39, 252-53).

98. Afirmación según la cual [el zar del contraterrorismo] Richard Clarke no recibió el pedido de autorización de fuego hasta las 10h25 (240).

99. Omisión del testimonio del propio Clarke, que sugiere que este recibió el pedido de autorización de fuego hacia las 9h50 (240).

100. Afirmación según la cual Cheney no bajó al refugio subterráneo del PEOC [o CPOU (siglas correspondientes a Centro Presidencial de Operaciones de Urgencia]) hasta las 9h58 (241-44).

101. Omisión de los múltiples testimonios, entre ellos los de Norman Mineta [secretario de Transporte] ante la propia Comisión, testimonios según los cuales el [vicepresidente] Cheney se encontraba en el CPOU antes de las 9h20 (241-44).

102. Afirmación según la cual la autorización para derribar un avión civil tenía que ser otorgada por el presidente (245).

103. Omisión de informes según los cuales el coronel Marr ordenó derribar el vuelo UA93 y el general Winfield indicó que él mismo y otros [oficiales] esperaban en el NMCC que un caza alcanzara el vuelo UA93 (252).

104. Omisión de informes que indican que había dos aviones de caza en el aire a varios kilómetros de New York y tres a sólo 320 kilómetros de Washington (251).

105. Omisión del hecho que había por lo menos 6 bases militares con cazas en estado de alerta en la región noreste de Estados Unidos (257-58).

106. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD había definido su misión solamente en términos de defensa contra amenazas dirigidas [hacia Estados Unidos] desde el extranjero (258-62).

107. Aprobación de la afirmación del general Myers de que el NORAD no había previsto la posibilidad de que un grupo de terroristas pudiera utilizar aviones de pasajeros secuestrados como misiles (262-63).

108. Fracaso en poner en perspectiva la significación del hecho, presentado en el propio Informe, o en mencionar otros hechos que prueban que el NORAD sí había efectivamente previsto la amenaza que podía representar la posible utilización de aviones de pasajeros secuestrados como misiles (264-67).

109. Fracaso en explorar la implicaciones de la cuestión de saber cómo pudieron influir la maniobras militares («war games») programadas para aquel día en el fracaso de los militares en los intentos por interceptar los aviones de pasajeros secuestrados (268-69).

110. Fracaso en discutir la posibilidad que el desarrollo de la Operación Northwoods haya favorecido los ataques del 11 de septiembre (269-71).

111. Afirmación (presentada para explicar por qué los militares no recibieron la información sobre los aviones secuestrados con tiempo suficiente para lograr interceptarlos) según la cual el personal de la FAA falló inexplicablemente unas 16 veces en la aplicación de los procedimientos normales (155-56, 157, 179, 180, 181, 190, 191, 193, 194, 200, 202-03, 227, 237, 272-75).

112. Fracaso en mencionar que la proclamada independencia de la Comisión se vio fatalmente comprometida por el hecho que su director ejecutivo, Philip Zelikow, era prácticamente miembro de la administración Bush (7-9, 11-12, 282-84). (ndt: era colaborador cercano de Condoleeza Rice)

113. Fracaso en mencionar que la Casa Blanca trató primeramente de impedir la creación de la Comisión [Oficial de Investigación sobre los Ataques Terroristas del 11 de Septiembre] y que obstaculizó después el trabajo de esta, como lo hizo al asignarle un presupuesto extremadamente restringido (283-85). (ndt: Presupuesto estimado en 15 millones de dólares cuando el film de ficción «Vuelo 93» de Paul Greengrass costó 18 millones y «World Trade Centre» de Oliver Stone costó CUATRO VECES MÁS, o sea 60 millones de dólares. En lo tocante al primer punto, la creación de la Comisión no se produjo hasta después de 441 días de los ataques y el presidente Bush propuso que fuera presidida por Henry Kissinger… para luego retractarse ante las violentas críticas de la opinión pública contra esa proposición.)

114. Fracaso en mencionar que el presidente de la Comisión, la mayoría de los demás miembros de la Comisión, y por lo menos la mitad del personal de la misma tenía serios conflictos de intereses (285-90, 292-95).

115. Fracaso de la Comisión, la cual se vanagloriaba de que la presentación de su informe final había tenido lugar «sin disensión», en mencionar que esto fue posible únicamente porque Max Cleland, el miembro de la Comisión más crítico en cuanto a la actuación de la Casa Blanca –juró incluso «que no sería cómplice de un tratamiento parcializado de las informaciones»–, tuvo que renunciar a su puesto dentro de la Comisión para poder aceptar un cargo en el Banco Export-Import y que la Casa Blanca dio a conocer su nominación para ese cargo únicamente después que las críticas emitidas por Cleland se hicieron especialmente directas (290-291).

Terminaré precisando que concluí mi estudio del texto que he dado en llamar «el informe Kean-Zelikow» escribiendo lo siguiente: Finalmente, el Informe de la Comisión Investigadora sobre el 11 de septiembre, lejos de evacuar mis dudas en cuanto a una complicidad oficial, no hizo más que confirmarlas. ¿Qué podría llevar a los responsables encargados de la redacción de ese informe final a montar una superchería de tanta envergadura si no el intento de enmascarar enormes crímenes? (291).

(Extraído de www.voltairenet.org)

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Secuestros de la CIA pasan factura

Romina López La Rosa
1/2/2007

El sentimiento de solidaridad surgido entre los gobiernos europeos hacia Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre, que en medio de la conmoción los llevó al parecer incluso a permitir el secuestro de personas, ha comenzado a pasar una grave factura en Alemania.

La Fiscalía de Munich emitió ayer una orden de detención contra 13 presuntos agentes de la CIA estadounidenses por su participación en el secuestro del ciudadano alemán Jaled El Masri, mientras otro caso, el de Murat Kurnaz, que estuvo cinco años preso en la base de Guantánamo, tiene contra las cuerdas al actual ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.

De 43 años y origen libanés, la historia de El Masri podría servir para una versión de la novela El conde de Montecristo, al menos en la parte de las penalidades: Al parecer debido a que su nombre es casi idéntico al de un sospechoso de haber ayudado a una célula de Al Qaeda en Hamburgo (Jalid al Masri), fue detenido cuando iba de vacaciones a Macedonia en diciembre de 2003.

Las autoridades macedonias creyeron que su pasaporte alemán -ciudadanía que adoptó en 1994- era falso y alertaron a la CIA, que acabó llevándoselo en un vuelo secreto procedente de la ciudad española de Palma de Mallorca a una prisión de Afganistán, donde fue torturado, hasta que los agentes se dieron cuenta de que su documentación era legal.

En marzo de 2004 El Masri protagonizó una huelga de hambre exigiendo que se lo juzgara debidamente o liberara, y en mayo, tras haber reconocido los servicios secretos que se trataba de un error, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ordenó su puesta en libertad.

El Masri cree que las autoridades alemanas hicieron muy poco por su liberación, pero el caso de Kurnaz resulta mucho más delicado para el actual gobierno de coalición germano, porque Steinmeier era durante su captura el coordinador de los servicios secretos.

Kurnaz, quien lanzará en abril un libro con sus experiencias en Guantánamo, fue detenido en Paquistán en noviembre de 2001, durante un viaje en el que afirma que pretendía "profundizar en el islam". El joven nació en Bremen en el seno de una familia turca, aunque nunca adoptó la nacionalidad alemana.

En medio de las presiones que se vivían tras el 11-S sobre todo en Alemania -de donde provenían varios de los secuestradores de los aviones- las autoridades no hicieron nada por liberar a Kurnaz.

Steinmeier, del socialdemócrata SPD, asegura no haber tenido conocimiento del caso, pero a la vez se defiende. "Alemania era vista como el país preferido de las células terroristas 'durmientes' y como tal mirado con desconfianza por Estados Unidos. Encima teníamos que prestar atención de que no ocurrieran más atentados", argumenta.

El caso ha desatado una verdadera tormenta en torno al ministro, aumentada tras su afirmación de que de todos modos el joven tenía "sus raíces" en Turquía, pese a haber pasado toda su vida en Alemania.

El escándalo hace tambalear incluso a la coalición entre el SPD y los democristianos de Angela Merkel, quien fue al final la que gestionó la liberación de Kurnaz.

Los pedidos de captura de la Fiscalía alemana tendrán probablemente un efecto nulo -al igual que unos similares realizados hace unos meses por Italia- porque Estados Unidos no extradita a sus ciudadanos, pero los presuntos agentes podrían ser arrestados de viajar a Europa. Mientras tanto, El Masri ha iniciado un proceso también ante los tribunales estadounidenses en busca de una indemnización.

En Alemania, Steinmeier enfrentará aún una compleja batalla en su defensa política. Y tampoco está cerrado el capítulo de los vuelos secretos de la CIA en Europa, que involucran a muchos Estados, entre ellos España, donde se cree que hicieron escala 24 vuelos en los últimos dos años, según el Consejo de Europa. Los El Masri y Kurnaz podrían seguir multiplicándose.

(Extraído de prensa.com)


El 6 de diciembre de 2005 la American Civil Liberties Union ayudó a El-Masri a plantear una demanda en Estados Unidos contra el antiguo director de la CIA, George Tenet, y contra los propietarios de los aviones privados, usados por la CIA para transportarle. El-Masri tuvo que participar a través de video conferencia porque las autoridades estadounidenses otra vez le confundieron con el terrorista de al-Qaeda Jalid al-Masri y le negaron la entrada al país cuando su avión llegó a Estados Unidos. También negaron la entrada a su abogado, Manfred Gnjidic.

El 9 de octubre de 2007, la Corte Suprema de los Estados Unidos declinó, sin hacer comentarios, una apelación de demanda civil de El-Masri contra los EE.UU, permitiendo que se mantuviera un veredicto previo emitido por un juez federal de una corte de distrito, la cual fue confirmada por la Corte de Apelaciones del Cuarto Circuito de los Estados Unidos. Estas cortes habían estado de acuerdo con el gobierno en que el caso no podía avanzar sin exponer secretos de Estado.

Cinco meses en manos de la CIA

Un observador de aviones mallorquín, azote de la CIA

Los aeropuertos españoles, en el punto de mira

domingo, 7 de septiembre de 2008

¿Cerrada www.voltairenet.org?


Rectificación/añadido a la entrada del martes 5 de agosto de 2008 Cierran la web de la Red Voltaire debido a un artículo que vinculaba a Sarkozy con la CIA

Entrevista a Thierry Meyssan, director de Red Voltaire, en kaosenlared.net:

Las averías observadas en las últimas semanas en VoltaireNet.org, ¿eran debidas al éxito de la llamada a los lectores o a las respuestas electrónicas de los opositores a la acción de la Red Voltaire? Según su opinión, ¿qué hay detrás de esos ataques?

En primer lugar fuimos víctimas de nuestro éxito. El servidor que utilizábamos no soportó el aumento del tráfico en nuestro sitio. En efecto, además de Voltairenet.org, nosotros editábamos en los sitios de nuestros socios y en las bases de datos documentales. Con esas perturbaciones, nuestro lugar principal, Voltairenet.org, perdió audiencia. Pero a pesar de todo ha vuelto a los 1,3 millones de visitas mensuales.

A eso se añadieron diversos ataques difíciles de interpretar hasta que llegamos a la conclusión de que existía un sabotaje interno. Pero nos encontramos con que más de 1.500 lectores respondieron a nuestra petición de ayuda económica y eso nos permitió agarrar el toro por los cuernos y cambiamos de alojamiento y de equipo técnico. Ahora disponemos de una maquinaria ultramoderna, una banda de transmisión muy amplia y un equipo técnico capaz de intervenir las 24 horas del día. Cambiaremos los DNS en los próximos días y reanudaremos progresivamente el ritmo de nuestras publicaciones.

Hemos sido objeto de numerosos ataques informáticos. No sólo los típicos ataques de mensajes múltiples para saturar el sitio, sino cosas más sofisticadas, por ejemplo la penetración en las bases de datos para cambiar el contenido. Sin hablar de los ataques físicos, como la destrucción de una de nuestras máquinas albergada en un centro de telecomunicaciones a pesar de que estaba protegida.

Entrevista completa en www.kaosenlared.net

Fotografías muestran a Bush borracho en las Olimpíadas de Pekín

¿Por qué la prensa no difundió esta noticia?

Mientras el gobierno de Georgia lanzaba su ataque a Osetia del Sur, creando un nuevo foco de conflicto mundial, su protector George Bush se presentaba al público completamente borracho en las Olimpíadas de Beijing, según las reveladoras fotografías publicadas en Gawker.com y difundidas por numerosos sitios web, entre otros Aporrea y Yvke Mundial de Venezuela.

George W. Bush tuvo su propia competencia con el alcohol entre el 9 y el 11 de agosto. Acudió ostensivamente borracho al Centro Acuático Nacional de China, conocido mejor como "Cubo de Agua", y a otros centros olímpicos, ante fotógrafos y periodistas de todo el mundo. El comportamiento del “máximo líder mundial” fue revelado en diferentes sitios web, pero la gran prensa mundial esquivó esta noticia.

El sitio web estadounidense Gawker.com dijo que el Presidente se dedicó furtivamente a los tragos, mientras “su presidencia retrocede apocalípticamente en la historia”. Aporrea se pregunta qué hubiera pasado si Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa hubieran sido los protagonistas de estas borracheras públicas.

Artículo original y fotos en www.voltairenet.org


jueves, 4 de septiembre de 2008

Amy Goodman y otros dos comunicadores arrestados por cubrir protestas en la Convención Republicana

Prensa Web YVKE (Patricia Rivas), Democracy Now!
Saint Louis, Minnesota
2/09/2008

Ésta es la libertad de prensa en Estados Unidos. Tres periodistas y una docena de activistas fueron brutalmente arrestados, acusados de "motín". Fueron liberados horas después. La policía empleó gas pimienta, balas de caucho y granadas de conmoción contra las personas que se manifestaban ante la Convención del Partido Republicano.

Amy Goodman, presentadora y productora ejecutiva del reconocido noticiero independiente Democracy Now!, fue ilegalmente detenida en el centro de la ciudad de Saint Paul, Minnesota, aproximadamente a las 5.00 p.m. hora local. La policía maltrató violentamente a Goodman, forzando su brazo, mientras la arrestaban.

Goodman es una de las periodistas más conocidas y respetadas en los Estados Unidos. Ella, junto a Juan González, entrevistaron en exclusiva al Presidente venezolano Hugo Chávez, durante la visita de éste a la ciudad de Nueva York en 2005, con motivo de la reunión anual de Naciones Unidas.

La comunicadora fue arrestada mientras protestaba por el arresto de dos productores del canal de televisión independiente Democracy Now! cuando estaban siendo detenidos ilegalmente. Los productores son Sharif Abdel Kouddous y Nicole Salazar. Kouddous y Salazar fueron arrestados mientras realizaban sus labores periodísticas, al cubrir una marcha frente a la Convención Nacional Republicana. Parece que el delito de Goodman fue defender a sus colegas y la libertad de prensa.

El Sheriff del condado de Ramsey Bob Fletcher declaró a Democracy Now! que Kouddous y Salazar fueron detenidos bajo sospecha de motín. Fueron retenidos en la prisión del condado de Ramsey en Saint Paul, y fueron liberados horas después.

Democracy Now! apoya a Goodman, Kouddous y Salazar y condena esta acción de la ley de orden público como una clara violación de la libertad de prensa y de los derechos garantizados por la primera enmienda a estos periodistas.

Durante la manifestación en la que fueron arrestados, los oficiales del orden público utilizaron gas pimienta, balas de caucho, granadas de conmoción y fuerza excesiva. Otras doce personas fueron arrestadas durante esta acción.

Democracy Now! es un programa de radio y tv público sindicado nacionalmente que sale al aire a través de más de 700 estaciones de radio y televisión a lo largo y ancho de Estados Unidos y del planeta.



(Extraído de www.radiomundial.com.ve)

¿Por qué fuimos injustamente arrestados sin motivo?
Por Amy Goodman



martes, 2 de septiembre de 2008

¿Fueron volados deliberadamente los diques de Nueva Orleans?

Muchos habitantes han presentado evidencias de que además los diques fueron volados intencionadamente.

Total Information Analisys ha informado de que el experto en inteligencia Tom Heneghen afirma que "hay 25 personas que escucharon explosiones inmediatamente antes de la ruptura del dique."

La residente Andrea Garland, realojada en Texas, escribió "Oí que parte de la razón por la que nuestra casa se inundó fue que dinamitaron una sección del dique cuando la primera sección se rompió - hicieron esto para prevenir que Uptown (la zona rica de la ciudad) se inundase. Aparentemente usaron demasiada dinamita y provocaron una mayor inundación en varias zonas como donde estaba mi casa. Mi casa no la hundió el Katrina, fue nuestro gobierno".

Hay muchos informes similares:
"Él también mencionó que justo antes de la gran inundación se escuchó un ruido alto como una explosión".
"Te diré lo peor que he oído y lo he oído de los labios de mi madre. Me dijo que escuchó varias explosiones justo antes de que se rompieran los diques. Varias explosiones, y entonces toda el agua se nos vino encima".
"Mis vecinos han vivido en Nueva Orleans desde siempre. La mayor parte de su familia ha sido evacuada de aquí, pero un sobrino que tenía una pierna rota se quedó atrapado en Nueva Orleans y no pudo salir hasta hace unos días. Hoy hablé con su tío sobre estas alegaciones de que los diques fueran volados intencionadamente. Su sobrino estaba con él y confirma que los residentes escucharon una serie de explosiones antes de que el dique "fallara".

Aunque estas fuentes son sólo testimonios, es interesante señalar la cantidad de gente que está informando de esto. Es tanta que hasta los medios convencionales no están teniendo más remedio que dar cuenta de ello también.
Por ejemplo el Washington Post informó de los comentarios del profesor de escuela retirado John Mullen III, un afroamericano en el Houston Superdome. John Mullen III vivia en Lower Ninth Ward, un barrio habitado por gente de color:
"Mullen tiene el porte amable de un profesor de escuela, por lo que resultaba impresionante escucharle decir que sospecha que las roturas de los diques habían sido planeados de alguna manera para mantener secos los barrios ricos de French Quarter y Garden District a expensas de los barrios pobres y de negros como Lower Ninth Ward una sospecha que se escucha de muchos otros supervivientes negros".
The Globe and Mail también tiene una historia parecida.

ABC World News Tonight informaba de una entrevista con un habitante local que describía cómo una barcaza flotante se había estrellado contra el dique. El hombre parecía convencido de que el dique se había roto a propósito" Sé que volaron el dique a propósito". Parte de esta entrevista ha aparecido transcrita en internet.
La misteriosa historia de la barcaza también ha sido contada por muchos otros residentes. "Los evacuados que también vieron la barcaza chocando contra el dique quieren saber por qué los principales medios de comunicación no están informando de esta historia".
Ante estos informes de que se escucharon múltiples explosiones en Nueva Orleans, los dirigentes dicen que fue el sonido de los transformadores explotando.
El alcalde Nagin dijo que "no existen pruebas de que esto haya sido así. La tormenta movilizó tanta agua que nadie podría saber si dinamitando el dique se salvaría el French Quarter".
El entrevistador zanjó con la opinión de los expertos que en este caso basaron su autorizada afirmación en un vídeo: "un experto del LSU que analizó el vídeo hoy ha concluido que lo más probable es que fuera la fuerza del agua la que rompiera el dique".
Una periodista preguntó al ex-presidente Bill Clinton por qué muchos de los habitantes creen que los diques se rompieron a propósito. No hubo respuesta.
No es la primera vez que esto sucede. Los diques también se rompieron intencionadamente cuando el huracán Betsy asoló Nueva Orleans en 1965, aunque con menores consecuencias.
Y antes en 1927 como está históricamente documentado.
Además hay evidencias de una batalla con 5 muertos entre la policía de Nueva Orleans y ciertos individuos identificados como agentes militares cerca del punto donde los diques se rompieron.

Un informe de Associated Press, que ha desaparecido, afirmaba que al menos cinco personas del personal del Departamento de Defensa de EEUU habían muerto por disparos de oficiales de policía de Nueva Orleans en las proximidades del dique roto. Las noticias originales de los medios en relación con estos enfrentamientos han sido "limpiadas" para encubrir el asunto pero puedes acceder al original.

El informe original de AP fue confirmado por un portavoz del Departamento de Ingenieros del ejército que dijo que se trataba de agentes federales que estaban "reparando" el muro en la calle 17.
Pero si estaban reparando el muro ¿por qué les disparó la policía?
El jefe de la policía de Nueva Orleáns, W.J. Riley, informó que sus policías habían disparado sobre 8 individuos sospechosos cerca del lugar donde el dique se rompió matando a 5 o 6.
¿Quiénes eran esos agentes militares, qué hacían allí, por qué se produjo la batalla?
Hay además informes verificables de que por lo menos 100 oficiales de la policía de Nueva Orleans han desaparecido y 2 se han suicidado.
Nada de esto ha sido aclarado, si no todo lo contrario; el informe fue eliminado.
La historia de AP ha sido borrada actualmente de los sitios Web.
El informe original y un enlace espejo se encuentran aquí

Texto completo
Algunas mentiras sobre el huracán Katrina. 1ª parte

Algunas mentiras sobre el huracán Katrina. 2 ª parte

Presentación en Powerpoint (Resumen del texto) Para descargar haz click aquí

lunes, 1 de septiembre de 2008

Nueva Orleáns: Trabajo de esclavos para Halliburton

Revolución #024
27/11/2005

Después de la destrucción que causó el huracán Katrina, el presidente Bush anunció la creación de una "Zona de oportunidad del Golfo" para facilitar la "reconstrucción". Muchas de las compañías que han recibido proyectos de reconstrucción por centenares de millones de dólares (como Halliburton) son las mismas que sacan provecho de la muerte y la miseria en Irak.

La semana pasada informamos que en Nueva Orleáns "muchos multifamiliares siguen vacíos, y hay montañas de basura y escombros en manzanas enteras, como si el huracán hubiera sido ayer. Muchas casas tienen una enorme X pintada, que indica que las van a tumbar y, como se está viendo, las autoridades no tienen ningún plan de construir vivienda para los damnificados".

Miles de pobres y negros siguen sufriendo una situación horrorosa: no tienen agua corriente y viven rodeados de moho, agua estancada y productos químicos tóxicos. Pero las grandes corporaciones, como KBR (subsidiaria de Halliburton), Bechtel y otras, se forran los bolsillos con proyectos que les adjudicaron sin licitación. El sindicato Laborers International Union informó que ni siquiera el Congreso ve los contratos "para proteger la seguridad nacional".

Bush cambió las leyes federales para pagar menos del promedio salarial de la región y contratar a inmigrantes indocumentados. (Después se vio obligado a revocar esos cambios, pero las compañías corrieron a sacar provecho mientras podían).

En un artículo de Salon.com ("Gulf Coast Slaves"), Robert Lovato desenmascaró que los subcontratistas de KBR han contratado a centenares de inmigrantes, muchos de los cuales son mexicanos, en condiciones de semiesclavitud para reparar las bases militares del Golfo.

El 11 de octubre, Bush habló en la base naval Belle Chasse cerca de Nueva Orleáns, donde trabajaban centenares de inmigrantes a quienes no les pagaron por tres semanas de trabajo, los echaron de la base y tuvieron que dormir en la calle. Un trabajador, Arnulfo Martínez, dijo: "Nos daban dos comidas diarias y a veces solo una".

Un grupo de defensa de los inmigrantes ha entablado quejas ante el Departamento del Trabajo en nombre de Arnulfo y otros 73 trabajadores para recuperar los $56,000 que les debe un agente de empleos de Carolina del Norte contratado por United Disaster Relief, una compañía que trabaja para KBR.

El Senado investigó a BE&K, otra compañía que trabaja para KBR, en octubre porque despidió a 75 trabajadores de Belle Chasse (que recibían en promedio $22 la hora) y contrató a unos inmigrantes para hacer los mismos trabajos por $8 a $14. Felipe Reyes, de Linares, Nuevo León (México), dijo que el presidente de DRS Cosmotech (otro subcontratista de KBR) les prometió que "íbamos a vivir en un hotel o una casa". Pero en vez, "nos dieron unas carpas y el agua caliente olía a petróleo".

Lovato escribió: "Se sabe que la ciudad de Belle Chasse, donde hay varias plantas de grandes corporaciones energéticas, es una de las más contaminadas por productos tóxicos de la región. Una amplia gama de grupos han advertido de los serios riesgos a la salud pública de los trabajadores que van a limpiar la zona devastada por Katrina".

Reyes dijo: "No querían pagarnos dos semanas de trabajo. Por eso nos lanzamos a la huelga en la base". Reyes y otros trabajadores dijeron que a fin de cuentas solo les pagaron una parte de lo que les debían.

Otro inmigrante contratado por el mismo agente que Arnulfo Martínez para trabajar en otro proyecto de KBR dijo: "Iban a pagarnos siete dólares la hora, con comida y casa, pero no nos dieron nada. Nada de comer. Durante cinco días solo comimos galletas y nada más".

Lovato informó que Victoria Cintra, la organizadora de la costa del Golfo de la Alianza pro Derechos de Inmigrantes de Mississippi, lo llevó a ver "miserables parques para caravanas como el de Arlington Heights en Gulfport, donde hasta 19 trabajadores de KBR vivían en una caravana. No recibían salario o comida y no tenían documentos, pero les cobraban $70 al mes cada uno por dormir en la caravana. En los parques y las bases, los trabajadores sufren de diarrea, tronchaduras, cortadas, moretones y heridas en los lugares de trabajo de KBR, y nunca reciben atención médica a pesar de que había clínicas en las bases donde limpiaban y hacían trabajo de construcción".

Cintra, que tiene un campamento de carpas para inmigrantes frente a su iglesia en Gulfport, dijo: "Es una gran maldad encima de una gran maldad". Agregó: "El gobierno de Bush y Halliburton han abierto la caja de Pandora y no podrán volver a cerrarla".

(Extraído de revcom.us)

jueves, 28 de agosto de 2008

¿Hubo complicidad gubernamental en el 11-S?

20-08-2008


Lo que sigue es un pasaje del libro de Mark H. Gaffney que está por publicarse, The 9-11 Mystery Plane and the Vanishing of America [El misterioso avión del 11-S y la desaparición de EE.UU.] que aparecerá en septiembre de 2008.

Desgraciadamente, existe considerable evidencia de que elementos del gobierno de Bush fueron cómplices en el ataque del 11-S e incluso pueden haber ayudado a organizarlo. Examinemos parte de lo que considero como la evidencia más convincente. Sin embargo, la siguiente discusión no pretende ser exhaustiva.

Sabemos que dentro de minutos después del “peor ataque terrorista” en la historia de EE.UU., incluso antes del derrumbe de la Torre 2 del World Trade Center, a las 9.59 de la mañana, responsables estadounidenses conocían los nombres de varios de los presuntos secuestradores. CBS informó que una auxiliar de vuelo en el vuelo 11 de AA, Amy Sweeney, tuvo la presencia de ánimo de llamar a su oficina y de revelar los números de asiento de los secuestradores que se habían apoderado del avión. El director del FBI, Robert Mueller, dijo más tarde: “Fue la primera pieza de evidencia concreta.” En sus memorias, el director de la CIA, George Tenet, subraya la importancia de los manifiestos de pasajeros, como lo hace el zar del contraterrorismo Richard A. Clarke. Todo lo cual es muy extraño porque los manifiestos publicados posteriormente por las aerolíneas no incluyen los nombres de ninguno de los presuntos secuestradores. Tampoco se ha explicado en algún momento esa discrepancia.

Según MSNBC, el plan de invadir Afganistán y “eliminar a al-Qaeda de la faz de la tierra” ya estaba sobre el escritorio de G.W. Bush en la mañana del 11-S esperando su firma. El plan, en la forma de una directiva presidencial, había sido desarrollado por la CIA y según Richard Clarke incluía “el armamento de la Alianza del Norte... para pasar a la ofensiva contra los talibanes [y] que se presionara a la CIA para... que persiguiera a bin Laden y a la dirigencia de al-Qaeda.”

Un antiguo diplomático paquistaní, Niaz Naik, relata prácticamente la misma historia. Durante una entrevista de la BBC, tres días después del 11-S, Naik afirmó que altos responsables estadounidenses le habían informado a mediados de julio de 2001, que EE.UU. atacaría a los talibanes “antes de que la nieve comience a caer en Afganistán, a más tarde a mediados de octubre.” Naik dijo que recibió esa información en Berlín en un grupo de contacto internacional sobre Afganistán auspiciado por la ONU. También predijo, correctamente, que el ataque de EE.UU. sería lanzado desde bases en Uzbekistán y Tayikistán. Pero ¿cómo podían funcionarios estadounidenses saber a mediados de julio que fuerzas de EE.UU. invadirían Afganistán en octubre a menos que hayan tenido conocimiento previo del ataque?

Es probable que el conocimiento previo explique como el general Richard Myers, el presidente interino del Estado Mayor Conjunto el 11-S, pudo anunciar en la primera reunión posterior al 11-S del Consejo Nacional de Seguridad de Bush, realizado en video-conferencia en la tarde del ataque, que “existen cuarenta y dos importantes objetivos talibanes a ser bombardeados.” ¿Pero cómo llegó a poseer Myers información tan detallada sobre objetivos militares en Afganistán, tan pronto después del ataque del 11-S? Este importante detalle contradice afirmaciones repetidas frecuentemente de que los militares de EE.UU. no estaban preparados para atacar Afganistán, y apunta hacia una amplia planificación de la guerra antes del 11-S. El periodista Steve Coll llegó a una conclusión similar mientras investigaba para su libro de 2004 “Ghost Wars” [Guerras fantasma], una excelente historia del período precedente al ataque del 11-S. Coll entrevistó a dos funcionarios del gobierno de Clinton, quienes le informaron que “el Pentágono había estado estudiando posibles objetivos en la misma primavera [es decir 1998] en la que la CIA había estado preparando su plan secreto para atacar Tarnack Farm,” ubicada cerca de Kandahar, Afganistán, donde bin Laden había establecido su cuartel por invitación del líder talibán Mullah Omar.

Según Clarke, en la misma reunión en la tarde del 11-S, el director de la CIA. George Tenet, informó al presidente que “al-Qaeda cometió estas atrocidades.” [9] Pero, de nuevo, ¿cómo pudo saberlo Tenet tan pronto después del ataque, en especial ya que habían ocurrido “fallas en la seguridad,” a menos que haya tenido conocimiento previo?

Texto completo en www.rebelion.org

martes, 26 de agosto de 2008

El diario ruso Pravda pide penas de muerte para el gobierno USA por el 11-S

El pasado 22 de agosto el diario Pravda publicó en una columna de opinión un artículo en el que el norteamericano Gregory F. Fegel acusa al gobierno de los Estados Unidos de estar, entre otros, detrás de los atentados del 11-M, del 7-J, y por supuesto, del 11-S. Asimismo, dice que la destitución no sería suficiente y pide la pena de muerte para todos los altos mandos implicados.

La destitución no es suficiente
22.08.2008 - Pravda.Ru
Original en inglés

En español (extraído de trinityatierra.wordpress.com)

Hay Indicios de que todos los funcionarios del Gobierno de los USA y sus aliados planearon y llevaron acabo los ataques del 11/S

Pruebas irrefutables muestran que los más altos funcionarios de la Administración Bush en conspiración con muchos otros funcionarios del Pentágono, la CIA, el FBI, el FEMA, NSA, el NORAD, funcionarios de la ciudad de Nueva York, controladores de tráfico aéreo, ejecutivos de líneas aéreas, expertos de demolición controlada, técnicos de gráfica por ordenador, ejecutivos de los medios de comunicación y otros juntos planearon y cometieron los horribles ataques del 9/11/2001 contra el Pentágono y las Torres Gemelas del Centro World Trade en la ciudad de Nueva York. Los ataques del 9/11 se cargaron a la cuenta de unos supuestos “secuestradores árabes”, media docena de personas que, según se ha confirmado, siguen vivas y por lo tanto son inocentes de estos crímenes.

Los ataques bajo la falsa bandera del 9/11 proveyeron de una excusa para la “Guerra contra el Terrorismo” llevada a cabo por el Gobierno de los USA, cuyo propósito principal fue ganar el control para los Estados Unidos de los lucrativos campos de petróleo de Oriente Medio. Un segundo propósito fue elevar los impuestos a los ciudadanos de los Estados Unidos para aumentar gastos de defensa en apoyo del enorme complejo militar/industrial de USA y un tercer propósito fue establecer una justificación de la puesta en marca de medidas de un estado policial dentro de los Estados Unidos bajo el paraguas políticamente ambiguo de la ”Seguridad Nacional”. Cuando los derechos de libertad de expresión y reunión sean recortados a los ciudadanos de los USA, el gobierno de los Estados Unidos será capaz de establecer su agenda de dominación mundial sin la distracción doméstica de opiniones disidentes, protestas o manifestaciones.

El Pentágono, la CIA y FBI y otras agencias y funcionarios del gobierno de USA han perpetrado muchos crímenes, y las bombas falsas y ataques contra los ciudadanos de los USA y los intereses USA durante los pasados cinco años, además de los asesinatos políticos de John Fitzgerald Kennedy, Robert Fitzgerald Kennedy, y Martin Luther King, la bomba de una discoteca de Berlin en 1988, la bomba del World Trade Center en 1993, la bomba de la ciudad de Oklahoma en 1995, los ataques de cartas con ántrax de octubre en 2001.


El Gobierno de los Estados Unidos y sus aliados tambien son los responsables de las bombas del 2002 y 2005 en Bali, las bombas del tren en Madrid en el 2004, las bombas del 7/7/2005 en Londres y las recientes bombas de Ahmedabad, Jaipur, Bangalore, y de la embajada india en Kabul durante el verano de 2008.

Desde la Segunda Guerra Mundial, ideólogos fanáticos de extrema derecha con conexiones corporativas han ganado gradualmente el control absoluto de las agencias militares de USA, de la inteligencia, el gobierno y los medios de comunicación de masas de USA. El fascismo en USA no es solamente una amenaza real en manos de la administración republicana de G. W. Bush; es una situación completamente establecida desde hace décadas. El fascismo en USA es un tema resulto realmente.

El largo descenso de USA hacia el fascismo no puede ser frenado o eliminado simplemente colocando a un miembro del partido demócrata en la Presidencia o votando a una mayoría demócrata en el Congreso. La infiltración y el control del gobierno de los USA por parte de extremistas de extrema derecha está mucho más avanzada y completa. Ellos manipulan a nuestros funcionarios elegidos como a marionetas y una buena parte de nuestros funcionarios elegidos son parte del establisment fascista. La toma de extrema derecha del gobierno de los USA ha sido un golpe fascista gradual y muy exitoso que no se revertirá sin una lucha a muerte muy seria. Dada la historia de violencia indiscriminada y extrema mostrada por la elite en el poder de los USA, parece bastante obvio que restaurar la democracia de los USA requeriría inevitablemente una Revolución armada violenta en la que los americanos se opongan contra las fuerzas del gobierno de los USA y sus militares.

Como ciudadano de USA y ser humano, personalmente considero que el asesinato de personas inocentes en países extranjeros por parte de la CIA, los militares estadounidense y sus marionetas en apoyo de intereses económicos de las corporaciones multinacionales con sede en USA son totalmente inmorales e intolerables y considero mi solemne deber oponerme a la agresión de USA y al imperialismo de cualquier forma que conozca. El Gobierno de USA y la propaganda de los medios de comunicación promueven un clima en el que las acciones y actividades de las tropas de los Estados Unidos son vistos más allá de cualquier reproche, pero no hay nada de noble ni de heroico en la agresión militar sin causa previa y el genocidio contra la población extranjera inocente y vulnerable.

George W. Bush, George H. Bush, Jeb, Neil, and Marvin Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Condaleezza Rice, Karl Rove, Wolfowitz, Perle, Powell, Armitage, Ashcroft, Abrams, Adelman, Feith, Bolton, Libby, Kissinger, Mueller, Tenet, Goss, Giuliani, Hayden, Chertoff, Baker y muchos otros cientos de indiviuos que trabajan para la Casa Blanca, la CIA, el FBI, el FEMA, el Pentágono, la NSA, el NORAD, la industria de aviación y los medios de comunicación de USA juntos planearon y ejecutaron los ataques del 9/11.

Todos ellos y sus cómplices tienen que ser juzgados por traición y asesinato en masa, y la pena de muerte sería el justo y necesario castigo por haber cometido dichos crímenes.

Necesitamos un juicio al estilo de Nuremberg por Traición y Asesinato en Masa de todos los miembros del gobierno, los militares de USA, las agencias de inteligencia de USA y sus cómplices civiles en la industria de la aviación y los medios de comunicación que participaron en los crímenes asesinos del 9/11. La pena de muerte debería ser aplicada a todos los líderes y sus cómplices, incluso si esto significa ejecutar a cientos o incluso a miles de personas, porque los crímenes de esta magnitud contra los americanos y la República de Estados Unidos no pueden saldarse sin castigo y el castigo debe ser extremo para enviar el mensaje de que los americanos no tolerarán la Traición, ni ahora ni en el futuro. Si se permite que quede sin castigo y en libertad, estos individuos representarán una enorme amenaza para la seguridad y protección de todos los americanos. Si son juzgados de los atroces crímenes del 9/11, la pena de muerte es la única forma de asegurar que ellos y sus aliados no conseguirán atacar América ni a los americanos de nuevo. Las ejecuciones deberían producirse en público y ser televisadas internacionalmente para que el mundo entero sea testigo.

Soy consciente de que existen razones de peso para oponerse a la pena de muerte en muchas situaciones. Sin embargo, también me parece bastante claro que cualquier muestra de clemencia que pudiera mostrarse a los perpetradores de los ataques del 9/11 del gobierno de los Estados Unidos dejaría abierta la posibilidad de que sus simpatizantes pudieran impedir el establecimiento de una democracia en América volcando su violencia hacia los americanos amantes de la paz. Esa es la razón por la que defiendo la pena capital sin consideración alguna de piedad ni clemencia para los asesinos del gobierno de USA que cometieron los ataques del 9/11 y a sus aliados.

Nadie dentro ni fuera del gobierno de USA debería quedar exento de un proceso penal y de la aplicación de la pena capital por los ataques traicioneros del 9/11. A los que planificaron y participaron en los ataques del 9/11 dentro del gobierno de USA y sus cómplices no se les debe permitir protegerse detrás de la cómoda excusa de la “Seguridad Nacional”. La auténtica seguridad y la supervivencia de nuestra república dependen enteramente de esto.

Autor: Gregory F. Fegel

Traducción: Trinity a Tierra