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lunes, 28 de marzo de 2011

Documento revela intenciones bélicas de Estados Unidos contra Venezuela, Libia...


Eva Golinger
28/3/2011

Un documento titulado la “Doctrina de Guerra Irregular de la Armada de Estados Unidos”, publicado en 2009, revela los planes expansionistas de Washington en el mundo. Dentro del documento, fue incluido un mapa que supuestamente define el nuevo “campo de batalla” de Estados Unidos a nivel mundial. El mapa destaca un “arco de la inestabilidad”, dentro de lo cual se encuentran los blancos de esta “batalla”, que incluyen la gran mayoría de países desde Asia Central, el Medio Oriente, el Norte de Africa y Venezuela.

Hay algo que tienen en común estos países: las más grandes reservas estratégicas del mundo. Poco a poco, Estados Unidos ha venido extendiendo su guerra por todos estos territorios, buscando adueñarse de sus ricos recursos.

DOMINAR A LAS POBLACIONES

La Doctrina de Guerra Irregular se oficializa con la llegada al poder del Presidente Barack Obama en 2009. Esta forma de guerra se diferencia de la guerra convencional, que tiene como objetivo derrotar a las fuerzas armadas del adversario y emplea tácticas tradicionales como la invasión con tropas y el bombardeo aéreo. Pero la guerra irregular tiene otro objetivo: dominar e influir sobre las poblaciones civíles, y sus tácticas son distintas. En ésta forma de guerra asimétrica, se utilizan técnicas como la subversión, la penetración y la infiltración en la “sociedad civil”, empleando mecanismos de operaciones psicológicas y promoviendo el caos, la desestabilización y el descontento para generar conflictos internos, debilitando a los pilares del poder.

En el presupuesto del Pentágono del 2010, fue destacado el cambio de doctrina de la guerra clásica a la guerra irregular: “El presupuesto del 2010 apoya al esfuerzo del Pentágono para institucionalizar las capacidades necesarias para conducir la Guerra Irregular…El Pentágono debe desarrollar nuevas capacidades para enfrentar el rango de desafíos irregulares. Para este fin, el presupuesto del 2010 aumenta los recursos para la Guerra Irregular…” (DoD FY 2010 Budget Request Summary Justification).

Simultáneamente, el Pentágono fue expandiendo su presencia militar dentro de su nuevo “campo de batalla”, con la creación del Comando Africa (AFRICOM) y los acuerdos de “cooperación en defensa y seguridad” con Colombia, Panamá, Brasil y Costa Rica. Estos acuerdos, que permitieron ampliar la presencia de equipos, fuerzas y recursos militares de Washington en América Latina, formaron parte de la nueva estrategia de “movilidad aérea”, revelada en el Libro Blanco del Comando Aéreo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

En dicho documento, Estados Unidos enfatizó la necesidad de ocupar bases militares en Colombia, particularmente en Palanquero, para permitir un alcance aéreo de “amplio espectro” por todo el continente de Suramérica. Según ese documentos y otros de la Fuerza Aérea, esa presencia estadounidense era necesaria para combatir los “gobiernos anti-estadounidenses” en la región: principalmente Venezuela y otros países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

El Libro Blanco también destacó la necesidad de ampliar la presencia militar de Estados Unidos en Colombia, y ahora en Panamá y Centroamérica, para poder asegurar el alcance global, enlazándose con las bases de AFRICOM, y luego por todo el Medio Oriente, Europa y Asia, donde el Pentágono es la fuerza dominante.

AMPLIANDO AL CAMPO DE BATALLA

Con las recientes revueltas en Egipto, Tunéz, Yémen, Bahrein y Libia, Estados Unidos ha venido cumpliendo con sus objetivos- expandiendo su presencia militar y asegurando el control sobre los recursos estratégicos en esa región. Y aunque en todos esos países hubo matanzas por parte de los gobernantes, solo en el caso de Libia, Washington impulsó la invasión militar. En los otros casos, los gobiernos voluntariamente se han subordinado a la agenda estadounidense, pero en Libia, el gobierno de Muammar al-Gaddafi ha resistido.

Desde que Obama llegó al poder, su administración ha ampliado las guerras en Afganistán e Irak, y ha abierto nuevos “campos de batalla” en Pakistán y Yémen, y ahora Libia. Analizando al mapa del “campo de batalla” de la Guerra Irregular, se puede deducir que solo faltará expandir las operaciones militares hacia América Latina; hacia Venezuela en particular, donde residen las más grandes reservas petroleras del mundo.

Las amenazas de Washington contra Venezuela y Cuba se han endurecido durante los últimos meses. Hace pocos días, el Washington Post – periódico influyente sobre la política estadounidense – publicó un artículo promoviendo acciones militares contra Venezuela, acusando al gobierno de Hugo Chávez de ser un “centro de terrorismo mundial”, justo al sur de la frontera de Estados Unidos. En el artículo, pidieron al gobierno de Obama actuar contra Venezuela y clasificarlo como un país “patrocinante del terrorismo”, algo que abriría la puerta a una intervención militar. Al mismo tiempo, el gobierno de Obama ha venido aumentando el financiamiento multimillonario a grupos anti-chavistas dentro de Venezuela, buscando alimentar al conflicto y fomentar alguna acción que podría resultar en un “cambio de régimen”.

Desde el 2001, el plan de invasión a Venezuela fue diseñado. El llamado “Plan Balboa”, ejercicio militar de la OTAN que fue realizado en España en mayo 2001, tenía como objetivo invadir a Venezuela y tomar el control de sus recursos petroleros. De hecho, en el Plan Balboa, la estrategia era invadir y atacar a Venezuela desde las bases militares de Estados Unidos en Colombia, Panamá, Aruba y Curazao, y Puerto Rico, ocupando la zona occidental del país desde Zulia a Apure (la media luna venezolana) y tomando control de la misma. Era un plan secesionista que buscaba dividir a Venezuela en dos partes, dejando el control sobre las reservas petroleras en manos de las fuerzas invasoras.

Ese mapa de invasión fue un simple borrador, sobre lo cual el Pentágono ha venido trabajando e intentando convertir en una realidad. Durante los últimos años, la presencia militar de Estados Unidos en América Latina ha llegado a su nivel más grande de toda la historia, y principalmente está rodeando a Venezuela. El deseo del Pentágono es no tener que activar ningún plan militar contra Venezuela, sino lograr el objetivo de derrocar al gobierno de Hugo Chávez a través de otras estrategias, como el golpe suave (las “revoluciones de colores”), la desestabilización y subversión interna, y una campaña feróz de operaciones psicológicas a nivel mundial que ha satanizado al gobierno venezolano, justificando cualquier agresión en su contra.

El ejemplo de Libia demuestra hasta que punto está dispuesto a llegar el gobierno estadounidense cuando pone en marcha un plan de “cambiar un régimen” que no le conviene, en un país con grandes reservas estratégicas. El campo de batalla de Washington sigue extendiéndose, y Venezuela está claramente en su mira.

lunes, 17 de mayo de 2010

Terrorismo en Nueva York y guerra en Pakistán


Carlos Sardiña
Periodismo Humano
16/5/2010

El atentado frustrado del pasado 1 de mayo en la neoyorkina Times Square ha vuelto a llevar el espectro del terrorismo a la gran urbe estadounidense, ha sido objeto de numerosas conjeturas y ha ocupado la primera plana de los medios de comunicación de casi todo el mundo. El espacio que los medios han dedicado al suceso ha sido enorme, sobre todo si se tiene en cuenta que el atentado no llegó a producirse, aunque ha servido para recordar a la población que existe una amenaza terrorista.

El presunto terrorista Faisal Shahzad, un pakistaní que obtuvo el año pasado la nacionalidad estadounidense, fue detenido dos días después del intento de atentado, cuando intentaba salir del país con rumbo a Dubai. Las autoridades estadounidenses afirman que confesó casi inmediatamente la autoría del atentado frustrado y que mantenía vínculos con una organización talibán pakistaní.

La detención de Shahzad no ha estado exenta de polémica. Los agentes del FBI que le detuvieron le interrogaron durante varias horas antes de leerle sus derechos, acogiéndose a una excepción que permite a los agentes hacer preguntas a un detenido si existe una situación de emergencia para la seguridad pública. La administración Obama está fomentando el uso de esta excepción en los casos de terrorismo para aplacar a los republicanos, que piden que se trate a los terroristas como “combatientes enemigos” sin derechos.

Supuestos vínculos con los talibán

El tabloide New York Post ha afirmado que, según algunas fuentes, Shahzad trató de vengarse por los ataques estadounidenses con aviones no tripulados en el noroeste de Pakistán, ataques que habría presenciado durante los meses que supuestamente estuvo en un campo de entrenamiento talibán en la provincia de Waziristán.

La organización Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) hizo público recientemente un video en el que uno de sus líderes asumía la responsabilidad de un atentado que se iba a cometer en Estados Unidos y afirmaba que había sido una venganza por los ataques estadounidenses contra yihadistas en Pakistán y otros países.

Cada vez se están pregonando más los supuestos vínculos de Shahzad con los talibán pakistaníes, hasta el punto de que altos funcionarios de la administración Obama, como el fiscal general Eric Holder, han declarado que los investigadores han encontrado “pruebas que muestran que los talibán pakistaníes están detrás del atentado”.

John O. Brennan, el principal asesor de Obama en materia de lucha antiterrorista, ha afirmado que la ineptitud de Shahzad demuestra claramente “la eficacia de la actual estrategia antiterrorista” del gobierno estadounidense, al haber limitado su capacidad hasta el punto de que sólo pueden intentar atentados tan poco sofisticados como el de Times Square. De ser ciertas estas acusaciones, ésta sería la primera vez que los talibán (una organización regional) habrían intentado organizar un atentado fuera de Afganistán o Pakistán, y sería consecuencia precisamente de “la actual estrategia antiterrorista” de Estados Unidos: el año pasado el líder talibán Hakimullah Mehsud juró venganza contra Pakistán, Estados Unidos y los países de la OTAN por los ataques con drones en Pakistán.

Sin embargo, los agentes pakistaníes que se ocupan de la investigación han declarado que no han hallado ninguna prueba que demuestre que existen vínculos entre Sahzad y los talibán. No son los únicos escépticos. La semana pasada, seis funcionarios estadounidenses dijeron que no hay ninguna prueba de que terroristas pakistaníes entrenaran a Sahzad y el mismísimo general David Petraeus, comandante en jefe del Mando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses, declaró estar convencido de que Sahzad había actuado en solitario.

Todos ellos coinciden en afirmar que, dejando aparte la ausencia de pruebas, Sahzad carecía del entrenamiento que se llega a adquirir en un campamento talibán y que habría sido extremadamente difícil que le hubieran aceptado en uno de ellos. De hecho, un portavoz de los talibán pakistaníes ha negado que su organización esté involucrada en la tentativa de atentado y que Sahzad pertenezca a ella.

La guerra contra el terrorismo en Pakistán

Estados Unidos está utilizando esos “vínculos” para presionar a Pakistán a fin de que emprenda una nueva ofensiva militar en la región de Waziristán contra los talibán que supuestamente entrenaron a Sahzad. Durante una entrevista, Hillary Clinton advirtió el pasado domingo de que, en el caso de que se produjera un atentado en Estados Unidos y se descubrieran vínculos con Pakistán, el país se enfrentaría a “consecuencias muy serias”. De momento, el gobierno y las fuerzas armadas pakistaníes han anunciado que no tienen intención de ceder a las presiones estadounidenses.

Como señalaba ayer el periodista Jeremy Scahill, actualmente hay dos guerras aéreas en las regiones del noroeste de Pakistán: la de los bombardeos de los aviones no tripulados de la CIA y la que están librando las fuerzas armadas pakistaníes contra los grupos talibán de la región a instancias de Estados Unidos, que además lleva años proporcionando armamento al ejército pakistaní. Estados Unidos vendió a Pakistán mil bombas guiadas por láser el pasado mes de marzo y está entrenando a pilotos pakistaníes para pilotar los cazas F-16 que le va a entregar a partir de junio. A principios de abril, la fuerza aérea pakistaní mató a más de setenta civiles en un bombardeo en un pueblo del noroeste.

Según el veterano periodista británico Patrick Cockburn, es probable que durante el último año hayan muerto más personas en la “guerra oculta” de Pakistán contra los talibán del noroeste del país que en Afganistán o Iraq. Se trata de una guerra sobre la que existe muy poca información y que apenas aparece en los medios de comunicación, ya que los periodistas no pueden acceder a la zona, pero que el año pasado provocó más de tres millones de refugiados. La táctica del ejército pakistaní consiste en ordenar a la población civil que abandone un distrito determinado para después bombardearlo indiscriminadamente, asumiendo que todos los que se hayan quedado son partidarios de los talibán.

No sólo el ejército pakistaní mata indiscriminadamente en la región del noroeste de Pakistán. Desde Obama que accedió al poder, el gobierno estadounidense ha optado sistemáticamente por asesinar a los presuntos terroristas que ha logrado localizar en lugar de detenerlos, lo que le ahorra problemas legales y hace que disminuya considerablemente el riesgo de bajas estadounidenses. El último ejemplo es un ataque con un avión no tripulado en Waziristán en el que murieron catorce personas.

El periódico Los Angeles Times ha revelado recientemente que en 2008 el presidente George W. Bush concedió permiso a la CIA para matar a sospechosos de los que ni siquiera se conoce el nombre. Conforme a esa autorización, que sigue vigente con la administración Obama, los objetivos de los drones ya no figuran en una lista aprobada previamente, sino que se deciden tras observar el comportamiento de los sospechosos a través de las cámaras de vigilancia de los aviones, incluso si se dispone de poca información sobre su identidad.

Probablemente nunca sepamos a ciencia cierta qué impulsó a Faisal Sahzahd a tratar de hacer estallar una bomba en Times Square, ni si los ataques con drones tuvieron algo que ver, pero es evidente que la guerra contra el terrorismo que inició Bush tras el 11-S y que ha continuado Obama no está haciendo más que fomentar, al emplear el terrorismo de Estado a gran escala, lo que supuestamente está tratando de combatir.

(Extraído de elgranjuego.periodismohumano.com)

jueves, 13 de mayo de 2010

Servicios secretos detrás de los ataques terroristas


Un espía de EE.UU. involucrado en el atentado de Mumbai en India
por M. K. Bhadrakumar

12/5/2010

En noviembre de 2008, la ciudad de Mumbai, centro financiero de India fue atacado por un grupo armado que asesinó a 173 personas y dejó más de 300 heridos, todos civiles. La masacre fue reivindicada por un desconocido grupo que la prensa señaló como siendo los islamistas de los «Muyahidines del Decán». Hoy sin embargo, las investigaciones apuntan que detrás de todo esto se esconden la mano de algunos servicios secretos extranjeros, -como el ISI paquistaní, sucursal de la CIA- que tienen mucho interés en apoyar y fomentar estos tipos de ataques para poder seguir con su estrategia mundial de «Guerra al terrorismo».


La noticia de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha llegado a un convenio declaratorio con David Coleman Headley, quien tuvo un papel crucial en la planificación del atentado terrorista en Mumbai en noviembre de 2008, en el que murieron 166 personas, ha causado gran alboroto en India.

El convenio permite que el gobierno de EE.UU. no revele formalmente ninguna evidencia contra Headley ante un tribunal que podría haber incluido detalles de sus vínculos con los servicios de inteligencia de EE.UU. u obligue a algún contrainterrogatorio de Headley por la fiscalía.

Tampoco podrán ser representadas por un abogado las familias de las 166 víctimas para interrogar a Headley durante su proceso que comienza en Chicago. Los vínculos de Headley con los servicios de inteligencia de EE.UU. seguirán siendo información confidencial y los nacionales paquistaníes involucrados en los ataques de Mumbai saldrán impunes.

Además, el FBI no permitirá la extradición de Headley a India y limitará el acceso de modo que las agencias indias no pueden interrogarlo con respecto a sus vínculos con los servicios de inteligencia de EE.UU. y Pakistán.

A cambio de acordar su culpabilidad por las acusaciones en su contra, Headley recibirá un castigo más ligero que la pena de muerte que era lo más probable.

El arresto de Headley en Chicago en octubre pasado pareció inicialmente un gran adelanto en la clarificación de las operaciones y actividades en India de Lashkar-e-Taiba (LeT), la organización terrorista basada en Pakistán. Pero en su lugar los esfuerzos frenéticos del gobierno de Obama por encubrir los detalles del caso han llevado a su conclusión lógica.

El convenio declaratorio provoca algunas preguntas delicadas. LeT comenzó a planificar el ataque contra Mumbai alrededor de septiembre de 2006. Según el convenio declaratorio Headley realizó cinco visitas a India en misiones de reconocimiento entre 2006 y el ataque de noviembre de 2008, volviendo cada vez a EE.UU. vía Pakistán donde se reunió «con varios coconspiradores, incluyendo, pero sin limitarse, a miembros de LeT.»

El convenio declaratorio se refiere simplemente a los «manipuladores» paquistaníes de Headley como A, B, C y D. ¿Pero quiénes son? Nunca lo sabremos.

Artículo completo aquí

martes, 17 de noviembre de 2009

Pakistán al descubierto


por Saad Ali
WE ARE CHANGE CHICAGO
12/11/2009
Traducido por Martin (investigar11S), publicado el 17/11/2009

Pakistán ha sido catalogado como el país más peligroso del mundo, (un refugio seguro para los terroristas). Los líderes de nuestro país están ansiosos por invadirlo y los medios de comunicación están trabajando incansablemente para crear el temor que les permitirá hacerlo. El hecho de que sólo 6 cadenas dominen nuestros principales medios de comunicación, es obvio que nuestras fuentes de información sirven a los intereses de los que tienen el control. Por esa razón, preparé un viaje a Pakistán para descubrir lo que está pasando actualmente en ese país. Lo que descubrí me impresionó.

La primera parada de mi viaje fue Islamabad, Pakistán, la capital de la nación. Islamabad ha sido víctima de muchos ataques suicida en los útlimos años. Miles de personas han sido asesinadas por manos terroristas, también conocidos como Blackwater. Ex-miembros de la CIA han confirmado que Blackwater tiene más de 3000 operativos en todo el país. La cadena de noticias internacional de Pakistán informó de un creciente y sospechoso movimiento de extranjeros en Peshawar. Un habitante del lugar afirmó, “lo que que hemos estado oyendo sobre la presencia de Blackwater en Pakistán es alarmante”. El periodista de investigación Wayne Madsen daclaró en una entrevista para Russia Today, “fuentes de información provenientes de contratistas militares privados (CMP) me han dicho que un ex-agente de los servicios secretos británicos está básicamente poniendo anuncios en periódicos locales de Pakistán tratando de alquilar barracones para esta llegada de CMP”. Madsen también habló de 3 ex-generales pakistaníes que han estado dando conferencias, afirmando que estos contratistas están presentes en Islamabad y Peshawar.

También sabemos de los despiadados asesinatos de incontables civiles inocentes de los que Blackwater es responsable en Irak y Afganistán. Estos asesinos no son leales más que al dinero y su presencia en Pakistán ha enfadado a muchos. Hablando a varios medios independientes de comunicación diferentes pude situar el área que le ha sido asignada a los mercenarios de Blackwater en Islamabad ( en el caso de que lo quieras saber, permanecen en la región F-7). Ahora no es fácil llegar cerca de ese área porque la seguridad es extremadamente estricta. Pasar cerca de allí con el coche fue lo más que me pude aproximar.

No obstante, el hablar a gente diferente acerca de Blackwater y su agenda me abrió muchas puertas. Los EE.UU. no pueden invadir Pakistán sin una razón. Blackwater USA ha sido contratada para desestabilizar el país y crear la razón para su invasión. Se ha informado también que junto con Blackwater, agencias de inteligencia, la CIA, Mossad y Raw están trabajando en Pakistán. Ahora probablemente te estés preguntando cómo Blackwater y esas otras agencias desestabilizarían Pakistán. Bueno, están jugando con la carta del terror, como hicieron en Irak y Afganistán. ¿Quién está tras los ataques suicida que ocurren a diario en Pakistán? Para contestar a esto, echemos un vistazo a los hechos.

El 20 de septiembre de 2008 un camión volquete lleno de explosivos fue detonado frente al Hotel Marriott de Islamabad, matando a 54 personas e hiriendo a 266. Los medios de comunicación nos largaron la típica historia del ataque terrorista, como hicieron con el 11S. Pero según la noticia de Tariq But de la Gaceta Saudí, testigos afirmaron que marines descargaron un camión de la embajada que llevaba cajas de metal y las llevaron adentro del Hotel Marriott el miércoles, 3 días antes del atentado. Fue una operación de alta seguridad llevada a cabo con las dos puertas principales del hotel cerradas. Sólo los marines pudieron aproximarse al camión, descargar las cajas metálicas y meterlas. Fuentes del hotel afirmaron que las cajas no pasaron por las cámaras de seguridad del vestíbulo del hotel y que fueron llevadas a las plantas 4ª y 5ª del Marriott.

Atentados como el del Hotel Marriott de Pakistán ocurren rutinariamente. Pruebas circunstanciales confirman que el hecho de que Blackwater y otras agencias de inteligencia están profundamente involucradas en en estos atentados y los están usando para desestabilizar el país y crear miedo echando la culpa a los llamados “extremistas”. Hace poco, Peshawar fue víctima de una devastadora explosión en la que murieron 117 civiles pakistaníes inocentes.

La agencia de noticias local NNI ha informado de que Hakimullah Mehsud, el jefe del movimiento de los pastúnes pakistaníes ha culpado a Blackwater del atentado. Mehsud afirmó que “Blackwater y agencias pakistaníes están involucradas en los atentados en lugares públicos para [malintencionadamente] culpar a los militantes”.

Blaxkwater y otras agencias de inteligencia juegan sus cartas de diferente forma a lo largo del país. En algunas partes, incluyendo Islamabad, ellos crearon la guerra entre los militantes y el gobierno. En otros, sin embargo, vemos una guerra entre los chiíes y los suníes. Este tema me lleva a mi siguiente parada, Dera Ismail Khan. Esta ciudad ha visto más atentados que cualquier otra ciudad en el país. Más de 4000 personas han sido asesinadas en los últimos años. Según iba entrando en la ciudad me quedé de piedra ante lo que vi. Lo que una vez fue una pacífica y próspera ciudad ahora parecía un caótico estado policial. La policía recorría las calles armada completamente con ametralladoras y tanques. Soldados con AK-47s estaban situados en cada esquina de la ciudad. Todas las universidades y escuelas estaban cerradas y estábamos viviendo bajo el toque de queda. Tenía que mirar mi espalda todo el tiempo con la preocupación de que podía explotar una bomba, o alguien, salido de ninguna parte, empezaría a disparar contra gente inocente.

La mayoría de los días, mientras informaba, la gente me decía que me fuera a casa y estuviera a salvo; que había amenaza de bomba. Podía sentir la tensión entre los suníes y los chiíes dondequiera que iba. Mucha gente me dijo que crearon una guerra entre las dos sectas. Lo que me confundía era que los suníes y los chiíes habían convivido en Pakistán durante décadas y que nunca se habían enfrentado de esta forma. ¿Por qué han empezado a matarse ahora? Hablé con líderes suníes y chiíes y ambos me dijeron que había una tercera parte involucrada.

Inmediatamente pensé en la involucración de Blackwater en el conflicto Suní-Chií en Irak. Más tarde hablé con gente de los medios y líderes de partidos políticos acerca de Blackwater, y como yo había predicho, confirmaron su presencia. Este CMP está ahí fuera comprando y reclutando terroristas. Según la gente del lugar con la que hablé, Blackwater está reclutando a individuos golpeados por la pobreza para que lleven a cabo misiones. Estos reclutas no se pueden ni imaginar nada de lo que van a cometer. Por ejemplo, a un recluta al que se le ha pagado podría mandársele a que envíe un paquete, ese paquete después sería automáticamente detonado en el camino, cumpliendo la misión éxitosamente. Hablé con ex-miembros de los Talibán y me dijeron, “ estas explosiones de bombas no son obra de musulmanes que se suicidan por voluntad propia junto con cientos de hermanos, hermanas y niños. Pakistán ha sido salpicado con la sangre derramada por las manos de Blackwater, el Mossad, la CIA y Raw”.

La razón de que no hayamos oído hablar mucho de Blackwater en Pakistán, es porque los periodistas del país están siendo silenciados. Un reciente ejemplo de esto es la Dra. Shireen Mazari, una respetada periodista del News y analista de defensa. Hace dos meses, la columna semanal de la Dra. Mazari fue censurada cuando destapó la presencia de mercenarios de Blackwater en Pakistán. Según la Media Luna Online, el embajador de los EE.UU. en Pakistán, Anne Patterson acusó a la Dra. Mazari de difundir información “totalmente falsa” que había comprometido la seguridad de americanos. Hablé con un periodista (que por motivos de seguridad, deseó permanecer en el anonimato) en Islamabad, acerca de por qué se estaba silenciando a los periodistas. Dijo, “decir la palabra Blackwater” es un delito para los periodistas, no hay un código de conducta, te matarán a ti o a tu familia, es así de simple. Me contó cómo Blackwater tiene autoridad suprema en Pakistán, debido al corrupto gobierno. El llamado gobierno democrático de Pakistán ha sido vendido a los intereses del Nuevo Orden Mundial. No hay ley ni orden que venga de Islamabad. Los políticos, los medios de comunicación, los mandos del ejército son marionetas que son manejadas por el presidente Obama y sus manipuladores.

El presidente Obama dijo una vez, “tengo un gran respeto por la gente de Pakistán”. Asesinar a más de 800 hombres, mujeres y niños pakistaníes no es respeto Sr. Presidente. Los medios se avalanzan ante el hecho de que acabamos éxitosamente con el jefe de los talibán, Baitullah Mehsud, pero casi no se refirieron a los cientos asesinados en el camino. D.I. Khan es ahora el hogar de muchos refugiados supervivientes de Waziristán. Tuve la opotunidad de hablar con estos individuos acerca de su situación y sus sentimientos hacia este atroz crímen. Hamid Abdullah, un refugiado sobreviviendo con dificultad, perdió a su mujer y a sus hijos en los ataques. En su lengua materna, el Pastún, dijo, “América ha sido despiadada con nosotros, han matado a nuestras familias y no nos queda nada más que nuestra fé en Alá. Obama cree que su plan va a triunfar, sin embargo, en palabras del Sagrado Corán, Aunque ellos planeen, Alá también lo hace. Y Alá es el mejor de los planificadores”. Abdullah y otros viven actualmente en campos de refugiados cuyas condiciones son las peores de las peores.

¿Cuál es la verdadera razón tras esta agenda de deteriorar Pakistán? Para unir las piezas del puzzle, empecemos mirando a lo que los medios y nuestros líderes nos están contando. Para empezar, uno de los firmantes del PNAC, Richard Holbrooke, ha insistido en la absoluta necesidad de aprobar el proyecto de ley Kerry-Lugar, la ayuda de 1500 milones de dólares durante cinco años que se dará a Pakistán para combatir la guerra contra el terror. Además, un artículo del Huffington Post, informa de que los consejeros de la administración del presidente Obama dicen que su peor pesadilla es la posibilidad de que Pakistán – una potencia nuclear – pudiera caer bajo el control de militantes de Al Qaeda. Últimamente, el contribuyente del PNAC, Henry Sokolski, en un artículo, insinúa que la relación Pakistán-China supone una amenaza para el mundo y que se debe hacer algo para eliminarla. Una investigación más detallada de estas asunciones revela una mayor imagen de la que nos están mostrando.

El proyecto de ley Kerry-Lugar, que fue redactado por el presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado, John Kerry y el importante republicano Richard Lugar, autoriza una ayuda de 1500 millones de dólares anuales durante 5 años. El proyecto de ley, explícita y falsamente afirma que “Pakistán ha sido un proliferador nuclear y que parte de sus territorios son refugios seguros para redes de terrorismo. El proyecto de ley le concede al presidente Obama el poder de desarrollar una exhaustiva estrategia de seguridad regional de interagencias para eliminar amenazas terroristas y cerrar los refugios seguros de Pakistán en colaboración con el gobierno – para implementar de la mejor manera unos esfuerzos efectivos en contrainsurgencia y contraterrorismo en las áreas y zonas próximas de la frontera de Pakistán y Afganistán, incluyendo la FATA (Areas Tribales Federalmente Administradas), la NWFP (Provincia de la Frontera del Noroeste), partes de Baluchistán y partes del Punjab. En otras palabras, el poder del presidente de los EE.UU. ahora ha sido extendido a diferentes provincias de Pakistán. Ahora puede tomar decisiones no sólo para los EE.UU., sino también para el estado soberano de Pakistán. El proyecto de ley Kerry-Lugar acabará éxitosamente con la soberanía de Pakistán. La gente está muy enfadada por ello, de hecho es conocido en Pakistán como el “documento de la rendición”.

Pakistán es una de las pocas naciones soberanas con poder nuclear y ha sido cada vez más evidente que los globalistas desean suprimirla. Los medios han creado este falso miedo entre el público americano de que los llamados terroristas están viviendo libremente en Pakistán y que derrocarán al deteriorado gobierno estableciendo un estado esponsor del terrorismo. Así que, por lo tanto, América debe invadir Pakistán y estabilizar la situación, antes de que los terroristas pongan sus manos sobre las armas nucleares. Un ejemplo de esto podría ser el artículo de Fredrick W. Kagen en el New York Times, escribe “ mientras el gobierno de Pakistán se tambalea, debemos afrontar un hecho: Los EE.UU. no pueden simplemente quedarse de pie a medida que una armada nuclearmente Pakistán desciende al abismo. La verdad es que, Pakistán está sufriendo los efectos de una guerra dirigida por los EE.UU. ¿Por qué invadir un país que no ha amenazado ni atacado a los EE.UU.?

La próxima amenaza para la agenda del Nuevo Orden Mundial yace detrás del crecimiento de las relaciones entre China y Pakistán. Para que China mantenga su estatus de superpotencia económica emergente, debe dar los pasos necesarios para poder tener suficientes recursos energéticos para el futuro próximo. Según un think-tank pakistaní, Brass Tacks, los intereses chinos en el Océano Índico se hicieron visibles en 2002, cuando inviertieron fuerte y empezaron a trabajar en el puerto de Gwadar, situado en Baluchistán, provincia de Pakistán. El puerto de Gwadar tiene beneficios para los dos países. Según Abdus Sattar Ghazalim, director ejecutivo de “Perspectiva Musulmana Americana”, "La relación costo-beneficio para China por utilizar el puerto de Gwadar en el oeste para las importaciones y exportaciones son tan evidentes como lo son los beneficios económicos a largo plazo para Pakistán, al convertirse Gwadar en un puerto para mercancías chinas”. Gwadar no sólo permite a China ver cumplidas sus necesidades energéticas, sino que también proveerá de un punto militar estratégico en en Mar Arábigo, que tiene preocupado a los EE.UU.

Para poder detener esto, los globalistas necesitan bloquear el acceso de China hacia el Mar Arábigo por Gwadar. Según Brass Tacks, para hacer esto, “ se necesita que haya un 'nuevo Pakistán' como se explica en la operación Enduring Turmoil (Torbellino Duradero). La Operación Torbellino Duradero es un plan del PNAC para desmembrar Pakistán en tres partes. Según la estrategia diseñada por el Teniente Coronel Ralph Peters en un artículo de 2006 de la Revista de las Fuerzas Armadas, “Las tribus de la provincia de la Frontera Noroeste de Pakistán serían reunidas con sus hermanas afganas y también perderían sus territorios de Baluch en favor de “Baluchistán Libre”. Lo que queda del Pakistán natural yacería enteramente al este del Indo, excepto por un saliente hacia el oeste cerca de Karachi. Con esto hecho, lo que una vez fue la NWFP, provincia de Pakistán, es ahora parte de Afganistán, y lo que fue una vez Baluchistán, provincia de Pakistán, es ahora su propio estado, Baluchistán Libre. Esto forzaría a China a ir imposiblemente a través de Afganistán y Baluchistán Libre para llegar al Mar Arábigo. Tal arreglo cortarían la ruta de China hacia el Mar Arábigo. Ver el mapa inferior para obtener un detallado resumen del plan.

Pakistán se ha convertido en un producto del Nuevo Orden Mundial. La agenda ha sido marcada, y está en marcha mientras hablamos. El país ha sido invadido por todas partes y la gente ha sido silenciada. Mi viaje a Pakistán contestó muchísimas preguntas que yo tenía sobre la región. Ver la destrucción de Pakistán con mis propios ojos realmente me dejó impresionado. Me di cuenta que tras Pakistán se desplazarán hacia otra región y continuarán con su plan para el Nuevo Orden Mundial. Lo que hemos visto que ocurre en aquellos países bien podremos verlo aquí en América, algo de lo que ya hemos visto. La destrucción de aquellos países no sólo está cumpliendo con una agenda, sino que también se está usando para examinar los terrenos. Debemos salir ahí fuera y destapar la agenda del Nuevo Orden Mundial antes de que sea demasiado tarde. Espero que mi artículo haya respondido a las preguntas que hayas podido tener y que te de una más idea amplia de lo que está ocurriendo en Pakistán.

(Extraído de www.11-septiembre-2001.biz)

Artículo original: Pakistan uncovered, by Saad Ali

jueves, 5 de noviembre de 2009

Pastunes de Pakistán responsabilizan a Blackwater (XE Services) por la mortífera explosión de Peshawar


Truth Alliance Network - (Xinhua)
Islamabad
29/10/2009

El líder del Movimiento pastún de Pakistán, Hakimullah Mehsud, ha responsabilizado a la polémica firma privada estadounidense Blackwater (Xe Services) de la explosión de la bomba en Peshawar, en el que murieron más de 117 de personas, según informó el jueves la agencia de noticias locales NNI.

La bomba explotó en un concurrido mercado en Chowk Yadgar (Peshawar, Pakistán) el miércoles 28 de octubre de 2009. En el atentado también resultaron heridas más de 250 personas.

Hakimullah Mehsud explicaba a los medios que si los pastunes de Pakistán pueden llevar a cabo atentados en Islamabad contra el cuartel general de ejército, por qué razón tendrían que hacerlo contra la población civil. Afirmó que la agencia de seguridad estadounidense Blackwater (Xe Servicios) y agencias pakistaníes están implicadas en los ataques en lugares públicos para malintencionadamente responsabilizar a los pastunes.

A la observación de que el pueblo cree que militantes están tras estos ataques el líder pastún respondió: "Nuestra guerra es contra el gobierno corrupto y tiránico del [PPP-ANP-MQM-JUIF] y las fuerzas de seguridad, no contra la población. No tenemos nada que ver con las explosiones".

Azam Tariq, portavoz de los pastunes pakistaníes que acompañaba a Hakimullah Mehsud, advirtió que los medios de comunicación corruptos del país como Geo News TV, ARY News TV, Dawn News TV, Dunya News TV, Samaa TV, Express News TV, Aaj TV, Business Plus TV, Channel 5 TV, Indus News TV, News One TV, PTV, Radio Pakistan, y otros medios de comunicación corruptos y mercenarios, podrían ser nuevos objetivos ya que están injusta y maliciosamente difamando a los pastunes de Pakistán.

El ministro de información de la provincia frontera del noroeste Iftikhar Hussain y el portavoz del ejército paquistaní, Teniente General Athar Abbas, responsabilizaron sin ninguna prueba a los militantes pastunes de la explosión de Peshawar, afirmando falsamente que los militantes pastunes están al borde de la derrota en la región tribal de Waziristán del Sur y ahora están yendo contra la población civil.

Los pastunes son un grupo etno-lingüistico que habita en las zonas sur y este de Afganistán y varias zonas del norte de Pakistán, donde son la segunda mayor etnia. También se les reconoce el haber sido la etnia que mayor número de miembros aportaba a los Talibán. Se estima que su población es superior a 40 millones.

Pakistani-Pashtuns Say Blackwater USA (Xe Services) Exploded Peshawar Bomb Blast

Fuente original

(Extraído de investigar11s.blogspot.com)


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EE.UU. invade y ocupa Pakistán


viernes, 8 de mayo de 2009

Afganistán: poner fin a la ocupación

La Jornada
7/5/2009

Un ataque aéreo de las fuerzas de ocupación europeas y estadounidenses en la provincia occidental de Farah, en Afganistán, lanzado en contra de insurgentes talibanes entre el lunes y el martes, dejó como saldo decenas de civiles muertos y un número indeterminado de heridos, según lo informó el Comité Internacional de la Cruz Roja y lo confirmaron posteriormente las autoridades de la nación centroasiática. La titular del Departamento de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, señaló ayer que lamentaba profundamente estas muertes y aseguró que se llevarán a cabo las investigaciones correspondientes para determinar las responsabilidades en torno a estos sucesos. Por su parte, el mandatario estadounidense, Barack Obama, luego de una reunión en Washington con sus homólogos de Pakistán, Asif Zardari, y de Afganistán, Hamid Karzai, señaló que su gobierno realizará todos los esfuerzos posibles para evitar bajas civiles en la lucha en contra del integrismo sunita.

No bastan las disculpas. La masacre de civiles de esta semana es sólo una más entre muchas de las que han perpetrado las fuerzas ocupantes en la infortunada nación centroasiática, y exhibe de nueva cuenta lo insostenible de la presencia militar que las fuerzas occidentales, encabezadas por Estados Unidos, mantienen en Afganistán desde hace casi ocho años. A lo que puede verse, el gobierno de Barack Obama, si bien ha impreso un giro perceptible en la política exterior de Estados Unidos, ha decidido preservar la incursión militar de su país en suelo afgano, al parecer como una concesión a los halcones de Washington, a los sectores más conservadores e imperialistas de la sociedad estadounidense y a los representantes del complejo militar-industrial de ese país, el cual constituye, cabe recordarlo, un importante poder fáctico en la nación vecina.

La invasión que Estados Unidos y sus aliados mantienen en Afganistán desde octubre de 2001 es un atropello colonialista similar al cometido en Irak; pero, a diferencia de la aventura bélica que el gobierno de George W. Bush emprendió en contra del régimen de Saddam Hussein en 2003, y que enfrentó, desde un principio, la desaprobación de la comunidad internacional y muestras masivas de repudio de la opinión pública, la ocupación del país centroasiático se efectuó sin gran oposición aparente e incluso gozó de cierta legitimidad por el respaldo de la ONU y de la OTAN, y por los probados vínculos entre el régimen talibán –hoy depuesto– y la red terrorista Al Qaeda, organización que, de acuerdo con la información disponible, planeó y ejecutó los atentados del 11 de septiembre en Washington y Nueva York.

No obstante estas consideraciones, la presencia militar estadounidense en suelo afgano constituye una agresión criminal e injustificable que ha significado cuotas adicionales de sufrimiento y zozobra para la población de ese país. Por añadidura, lejos de lograr la pacificación y la normalización de la vida institucional de Afganistán, la ocupación ha agudizado los problemas que enfrenta esa nación desde hace décadas: en los pasados ocho años se ha acentuado la violencia tribal interna, se ha disparado la producción de amapola –planta de donde se obtienen opio y heroína– y no se ha contrarrestado en forma significativa, para colmo, el fundamentalismo imperante en la sociedad afgana: baste mencionar, como botón de muestra, el entorno de violencia, discriminación y maltrato que continúan enfrentando las mujeres en ese país con el consentimiento de la población y del propio gobierno títere presidido por Hamid Karzai.


Pero lo más exasperante de la ocupación militar es la propensión de las tropas extranjeras a perpetrar masacres de población civil como la ocurrida a inicios de esta semana en la provincia de Farah. De acuerdo con la Misión de Naciones Unidas en Afganistán, tan sólo en 2008 el número de no combatientes muertos en ese país llegó a 2118, un crecimiento de 40 por ciento con respecto al año anterior. A diferencia de las matanzas de civiles inocentes ocurridas en otras partes del mundo, que tienden a ser condenadas y repudiadas, la sangría cotidiana de la nación centroasiática suele ser vista casi con normalidad, y los mandos castrenses y civiles de occidente se limitan a considerar a los muertos como bajas colaterales, y cancelan la posibilidad de fincar responsabilidad penal en contra de los autores intelectuales y materiales de esos asesinatos.


Ante estos hechos, es necesario que los gobiernos occidentales, empezando por el de Washington, entiendan que la presencia de sus tropas representa, en la circunstancia actual, un lastre fundamental para lograr la pacificación en Afganistán, que realicen las investigaciones necesarias para esclarecer y sancionar los crímenes contra la población, que emprendan a la brevedad el retiro de sus fuerzas del país centroasiático y que transfieran al ámbito civil la tarea de pacificar el territorio afgano.

(Extraído de www.jornada.unam.mx)

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lunes, 6 de abril de 2009

El terror como instrumento del imperio


Chris Floyd
FFF/ICH
5/4/2009

I.

Lo que sigue es un guión enteramente hipotético. Supongamos que fuerais fervorosos militaristas imperiales que creyeran que la seguridad, el prestigio y los intereses financieros de vuestro país son mejor servidos por la guerra y por la omnipresente amenaza de guerra. Supongamos que tuvierais en marcha algunas operaciones verdaderamente excitantes y suculentas, interminables conflictos mortíferos que canalizan cientos de miles de millones de dólares a vuestra maquinaria bélica y que arraigan la política nacional aún más profundamente en la filosofía militarista – la ‘machtpolitik’ [política del poder en alemán, N. del T.] en la que creéis.

Pero existe un problema. El público en general – la manada intimidada que os rodea y no entiende de grandes estrategias tal como lo hacéis vosotros y vuestras elites – se preocupa y se pone nervioso por vuestra Larga Guerra. El tesoro nacional está en bancarrota, la infraestructura nacional se pudre, las comunidades de la nación se mueren; millones de personas carecen de empleo, pierden sus casas, pierden sus sueños, caen por una espiral descendiente hacia la necesidad, la privación y la desesperación. Pero tenéis grandes planes para escalar la guerra, expandir vuestra maquinaria bélica, y mantener la dominación global que creéis es el rol justo y natural de vuestra nación tan especial – y sus elites. ¿Qué hacer? ¿Cómo incitar a la manada truculenta, absorta en sus pensamientos, para que vuelva a apoyar con entusiasmo vuestra agenda vital?

Bueno, lo que sigue es un enfoque puramente hipotético que podríais probar. Azuzáis y provocáis a grupos extremistas violentos para que tomen represalias por vuestros ataques, invasiones e incursiones asesinas de civiles en sus territorios. Al no poder enfrentar directamente vuestra maquinaria bélica – la mayor, más avanzada, fuerza militar en la historia del mundo, sustentada por un tsunami de dineros públicos que cada año sobrepasa los gastos militares del resto del mundo – reaccionan naturalmente con operaciones “asimétricas”. Al principio, van dirigidas contra objetivos cercanos: vuestras líneas de aprovisionamiento, las fuerzas de vuestros testaferros y aliados locales, y otras depredaciones que llevan al caos en las regiones del grupo, con la intención de estropear vuestras líneas de control y de expulsaros. Con la misma naturalidad, aprovecháis esos ataques para justificar una presencia militar aún mayor en sus regiones. El ciclo progresa inevitable e inexorablemente hacia arriba y hacia afuera, hasta que finalmente los extremistas atacan vuestra tierra natal – sea con vuestra complicidad, con vuestra aquiescencia oculta o, en todo caso, con vuestro conocimiento previo de que es seguro que un ataque semejante tenga lugar. Es el momento que habéis esperado; es exactamente lo que queríais. Ahora podéis volver a fustigar a la manada hacia un frenesí marcial, continuar la Larga Guerra, y dejar de lado los deseos miserables, limitados, de una vida pacífica y próspera en casa, de la chusma preocupada de sus propios asuntos.

Evidentemente, uno nunca sabe exactamente lo que sucede tras los cortinajes imperiales de los palacios del Potomac; los ciudadanos estadounidenses comunes fueron convertidos hace tiempo en kremlinólogos de su propio gobierno, tratando de discernir – mediante señales ceremoniales, rumores entre bastidores, y ligeras desviaciones de una retórica ritualizada – lo que realmente se proponen sus amos. Pero algunos cínicos sospechan ocultamente que guiones como el esbozado anteriormente ya han sido implementados; por ejemplo, en el “nuevo Pearl Harbor” que azotó a EE.UU. el 11 de septiembre de 2001 – un año después que un grupo que canalizaba los puntos de vista de los futuros peces gordos del gobierno Bush (incluidos Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Scooter Libby y muchos otros) había anhelado abiertamente un “nuevo Pearl Harbor” para “electrizar” al pueblo estadounidense para que apoyara su agenda militarista, que incluía una invasión de Iraq – con Sadam Husein en el poder o no.

Pero dejando de lado por el momento el problema siempre peliagudo de adivinar las diversas proporciones de complicidad, aquiescencia, conocimiento previo, explotación, incompetencia y fatalidad involucrados en el 11-S, podemos decir como un hecho establecido que: Es política del gobierno de EE.UU. provocar la acción de grupos extremistas. Una vez que están en juego, sus reacciones pueden ser utilizadas del modo que considere apropiado el gobierno que las provocó. Y también sabemos que esas provocaciones son utilizadas, como política deliberada, para provocar a grupos violentos en el frente "Af-Pak" para que lancen ataques terroristas.

En otras palabras, como escribí por primera vez en Moscow Times hace más de seis años (y lo reiteré tres años después), EE.UU. fomenta deliberadamente ataques terroristas a fin de promover sus agendas políticas y militares.

[Para más sobre cómo esas políticas y usos similares del terrorismo y de escuadrones de la muerte han sido realizadas en Iraq y otros sitios, vea: "A Furnace Seal'd: The Wondrous Death Squads of the American Elite," "Ulster on the Euphrates: The Anglo-American Dirty War in Iraq," y "Willing Executioners: America's Bipartisan Atrocity Deepens in Somalia."]

Los ojos de lince de Jason Ditz en Antiwar.com hacen la conexión entre esta política y el más reciente ataque “asimétrico” por un grupo terrorista “cosquilleado” en Pakistán: el mortífero ataque contra un centro policial en Lahore por Tehreek-e Taliban Pakistan (TTP). El grupo, dirigido por Baitullah Mehsud, dijo que el ataque era una represalia por la campaña estadounidense de ataques con aviones sin tripulación en las regiones fronterizas de Pakistán – ataques que han matado a numerosos civiles junto con “militantes” usualmente no identificados. Como señala Ditz, un objetivo de la campaña – intensificada por Barack Obama – es precisamente el fomento arriba mencionado de la actividad terrorista:

El gobierno de Obama ha lanzado una cantidad cada vez más intensa de ataques en la FATA [Áreas Tribales bajo Administración Federal de Pakistán], que apuntan generalmente a las instalaciones de entrenamiento de Mehsud en Waziristán del Norte y del Sur. En septiembre, el entonces director de la CIA, Michael Hayden, dijo que los ataques eran un intento de “provocar una reacción” de los grupos militantes dirigidos por Mehsud. Parece que ahora, seis meses más tarde, han terminado por hacerlo. [Hayden describió esa sangrienta estrategia como “cosquilleo” de los terroristas para que reaccionen.]

Lo que va más lejos, Mehsud ha prometido ahora que llevará la lucha a suelo estadounidense. Como señala The Times (a través de Antiwar.com):

“Pronto lanzaremos un ataque en Washington que sorprenderá a todos en el mundo,” [declaró Mehsud.] “Lo más que pueden hacer es convertirme en mártir. Pero nos vengaremos desde dentro de EE.UU.”

Queda por ver si el variopinto TTP puede realmente llevar a cabo una amenaza semejante, como señala Juan Cole. Pero no se trata realmente de eso. Se trata de que, una vez más, se hostiga a sabiendas a un grupo violenta para que entre en una acción asesina. Mejor todavía, ahora ha sido establecido como “mortífera amenaza terrorista” a la sagrada Patria: otro supermalvado hecho a medida por el reparto de papeles.

Y notablemente, esta nueva amenaza abierta para llevar el terror al corazón de EE.UU. viene sólo días después de que Barack Obama anunciara su cacareada ‘oleada’ en la Guerra Af-Pak, citando - ¿qué otra cosa iba a ser? – la necesidad de proteger a EE.UU. contra terroristas basados en Afganistán y Pakistán como la principal razón para escalar y expandir el conflicto. Otra sorprendente coincidencia para justificar la agenda militar, que necesita un suministro constante de malvados plausibles para las relaciones públicas, y amenazas exageradas que estremezcan a la nación, tal como un drogadicto necesita heroína. Y una vez más, no nos queda otra alternativa que sorprendernos ante la variable proporción de complicidad, aquiescencia, explotación, suerte, etc. involucrados en este fortuito apareamiento de declaraciones de Obama y Mehsud.

II.

Vale la pena considerar de nuevo las implicaciones de esta política de cosquilleo de terroristas. Como lo señaláramos recientemente, esas cosas no son sólo fichas en el Gran Tablero de Juego: son mortíferas realidades que matan, mutilan y despojan a multitudes de personas inocentes en todo el mundo. Así que volvamos a los primeros indicios de esa estrategia en su contexto de la Guerra contra el Terror. Lo siguiente es del artículo en Moscow Times en noviembre de 2001:

En un artículo [en Los Angeles Times] del analista militar William Arkin... [aparece] la revelación del plan de Rumsfeld de crear una “Actividad de Apoyo de súper Inteligencia” que juntará a la CIA y la acción militar encubierta, guerra informática, inteligencia, encubrimiento e impostura.” Según un documento confidencial preparado para Donald] Rumsfeld por su Consejo de Ciencia de la Defensa, la nueva organización – el “Grupo Proactivo de Operaciones Preventiva (P2OG, por sus siglas en inglés)” – realizará misiones secretas diseñadas para “estimular reacciones” de grupos terroristas, provocándolos a realizar actos violentos que los expondrán a “contraataques” de fuerzas de EE.UU.

En otras palabras – y digámoslo clara, explícita y sobriamente, para que nadie pueda confundir la intención del plan de Rumsfeld – el gobierno de EE.UU. planifica el uso de “encubrimiento e impostura” y operaciones militares secretas para provocar ataques terroristas asesinos contra gente inocente. Volvamos a decirlo: Donald Rumsfeld, Dick Cheney, George W. Bush y los otros miembros del régimen no elegido en Washington planean fomentar deliberadamente el asesinato de gente inocente – vuestra familia, vuestros amigos, vuestras amantes, vosotros mismos – a fin de impulsar sus ambiciones geopolíticas.

Porque el P2OG no está destinado sólo para exponer a terroristas y llevarlos ante la justicia – en sí un objetivo digno de alabanza, aunque la manera de Rumsfeld de combatir el terrorismo al provocarlo es pura demencia moral… No, parece que P2OG tenga en vista a peces más gordos. Una vez que ha desencadenado la acción de terroristas - ¿matando a miembros de sus familias? ¿atrayéndolos con botín? ¿cargándolos con drogas? ¿inundándolos de propaganda yihadista? ¿abusando de sus madres? ¿O mediante agentes provocadores, tal vez, que infiltren los grupos y luego planifiquen y dirijan ellos mismos los ataques? – pueda entonces tomar medidas contra los “Estados/sub-Estados participantes” por “albergar” a las pandillas provocadas por Rumsfeld. ¿Qué clase de medidas exactamente? Bueno, el programa confidencial del Pentágono lo dice de esta manera: “Su soberanía estará en peligro.”

El P2OG, por lo tanto, será útil cada vez que el Régimen ansíe agregar unos pocos bienes raíces cargados de petróleo o una nueva base militar a la cartera floreciente del Imperio. Basta con encontrar un nido de descontentos violentos, agitarlos con un garrote, y listo: hay una “justificación” instantánea para cualquier nivel de intervención/conquista/rapiña que se desee.

Cuando el gobierno de Obama habla de “continuidad de la política exterior estadounidense,” esto forma parte integral de lo que está hablando. De modo que podemos contar con que veremos mucho más sobre TTP y el Satanás de jure, Baitullah Mehsud, mientras la Larga Guerra bipartidaria avanza a trancas y barrancas, con su omnipresente necesidad de “incitar” – y aterrorizar – al pueblo de EE.UU. para que apoye el proyecto militarista.

……

Chrys Floyd es un periodista estadounidense y colaborador frecuente de CounterPunch. Es autor del libro “Empire Burlesque: High Crimes and Low Comedy in the Bush Imperium. Su página en Internet es: www.chris-floyd.com

(Extraído de www.rebelion.org)

martes, 10 de marzo de 2009

El atentado al equipo de críquet en Pakistán fue un autoatentado


En los principales periódicos de Londres, THE INDEPENDENT, THE TIMES, THE DAILY MAIL y THE TELEGRAPH, y en los medios de Agence France-Presse:

Las evidencias apuntan a la complicidad del Gobierno en el ataque al equipo de "Críquet" en Pakistán el pasado día 3 de Marzo

Según lo cuento la prensa europea (no la española) los acontecimientos sugieren una estrategia de enfrentamiento para la expansión de "La Guerra Contra el Terror".

Por: Steve Watson de Infowars.net
Traducido por: Greg Grisham de investigar11s.org


Los mismos medios más convencionales han hecho suyos los gritos de "Inside Job" (autoatentado), debido a que se amontonan las pruebas de que el ataque al equipo de Críquet de Sri Lanka fue un evento orquestado por elementos dentro del Gobierno Pakistaní.

Los artículos en the Independent, the Times, the Daily Mail, Agence France-Presse, y the Telegraph enfocan en las preguntas todavía sin contestar, sobre actividad muy irregular y sospechosa de las Fuerzas de Seguridad, que ha sido ignorada por el Gobierno.

La evidencia contradice la versión oficial de lo sucedido. El ataque que costó la vida a seis policías y dos civiles, e hirió a otras 19 personas, no ha sido obra de una banda de itinerarios, sino un ataque cuidadosamente coordinado.

Entre los detalles que destacan en los distintos periódicos:

Ninguno de los doce atacantes ha sido abatido o capturado y han salido en las cadenas de televisión imágenes de vídeo de tele-vigilancia de los francotiradores tranquilamente abandonando la escena después del asalto, incluso delante de un vehículo de policía, sin que ningún agente de las fuerzas de seguridad interviniese.


El ataque sucedió a salir del hotel donde se hospedaban los dos equipos al empezar el tercer día del torneo. En los primeros dos días, ambos equipos de Críquet, el de Sri Lanka y el de Pakistán, salieron en autobús juntos. Sin embargo, en este, el tercer día, según el árbitro Chris Broad ha relevado, el autobús de Pakistán salió cinco minutos después de el de Sri Lanka.

"El Martes el autobús de Pakistán salió cinco minutos más tarde que el de Sri Lanka, ¿Por qué?" pregunta el árbitro Chris Broad. "Me pasó por la cabeza mientras salimos del hotel, ¿Dónde está el bus de Pakistán?" Broad declara, "las fuerzas de seguridad dejaron al convoy desprotegido y no había ni rastro de policía por ninguna parte cuando empezó el ataque." El árbitro postuló ante periodistas en conferencia de prensa ayer, "Te hace pensar, ¡Díos mió! ¿Alguien sabía algo y detuvo al bus de Pakistán?"

Simon Taufel, un árbitro australiano presente en el ataque, corroboró las declaraciones de Broad, "Nuestro autobús salió desprotegido cuando empezó el ataque. Explíquenme, ¿por qué los veinte comandos que estaban en nuestro convoy se fueron y nos dejaron tirados? No tengo las respuestas a estas preguntas." dijo Taufel.

Otro árbitro, Steve Davis comentó, "Sólo había un hombre en uniforme llevando una pistola. Pero, pensé que era un infiltrado encargado de matarnos desde dentro el autobús."

El famoso jugador de Críquet Pakistaní, Muttiah Muralitharan, defiende los testimonios y sospechas de los árbitros, "Parecía que los terroristas tenían información interna." dijo. "Si hubiese estado alguien armado nos pudiésemos habernos defendido. Normalmente todos los autobuses salen juntos, escoltados por cuatro o cinco grupos de policía. Salimos a las 8:30 de la mañana y el autobús de Pakistán cinco minutos más tarde. Nos dividieron como si fuesen instruidos en el momento exacto." añadió Muralitharan.

Todos estos detalles y comentarios han sido diseminados por los medios convencionales de manera que considera la posibilidad de que la inteligencia pakistaní estuviese implicada en los ataques o que permitiera que sucediesen.

Desde luego, todo esto es posible. Sin embargo, recordemos que seis oficiales de seguridad pakistaní murieron intentando defender a la contingencia de Sri Lanka. Y el conductor del autobús niega tanto que saliese cinco minutos más tarde como que la policía no estaba presente.

En los ataques a los hoteles de Bombay, India el mes de Noviembre pasado, los medios corporativos y autoridades Indios señalaron con el dedo a la inteligencia pakistaní, así justificando el aumento de agresión militar estadounidense contra aquel país, tal como prometió el entonces Presidente-electo Barack Obama.

Sin embargo, como informamos entonces en investigar11s.org, la evidencia de aquel ataque indicaba que las autoridades indias habían asistido a los terroristas. La diferencia entre aquel ataque y el de este Martes es que los medios corporativos no se atrevieron ni a susurrar la idea de un "Inside Job" en cuanto a lo de Bombay. Pero, ahora en Lahore sí. Y a gritos.

Incluso más dudas surgen sobre los ataques de este Martes debido a un informe "secreto" que avisaba al gobierno federal de Pakistán y al provincial de Punjab, que India planeaba un ataque al equipo de Críquet de Sri Lanka. El informe, con fecha de 22 de Enero, avisó a los oficiales: "Se ha confirmado que RAW (la agencia de inteligencia India) ha asignado a agentes a atacar el equipo de críquet de Sri Lanka durante el torneo en Lahore, específicamente en el traslado entre el hotel y estadio. Se indica la necesidad de extremas medidas de vigilancia y seguridad."

Sin embargo, el gobierno provincial de Punjab, y los oficiales de seguridad superiores, que se preparaban para la visita del equipo de Sri Lanka, fueron destituidos de sus cargos por un fallo de juicio polémico sólo días antes del comienzo del torneo.

El Consejero Jefe del Ministerio del Interior de Pakistán, Rehman Malik, declaró ante rueda de prensa, "Una mano extranjera está detrás el ataque contra los equipos de críquet." Esto ha sido interpretado como una acusación a India.

Malik dijo, "Sospechamos una mano extranjera detrás este incidente. La democracia del país ha sido comprometida. Continuamente atacan a extranjeros en Pakistán para dañar la imagen de nuestro país."

Supuestamente Malik "compartió" el informe de la agencia de inteligencia pakistaní sobre el incidente con el director del FBI, Robert Mueller.

Algunos periódicos pakistaníes han sugerido que el servicio de inteligencia India estuvo involucrado y que en las armas encontradas después del ataque mostraban inscripciones indias.

El conductor del autobús del equipo cingalés, Mehar Mohammed Khalil, también comentó que cree que los atacantes eran de India. Dijo, "Sus rasgos eran indios. Lo que está claro es que no eran pakistaníes."

Además, se han indicado que los 12 atacantes en Lahore se parecen mucho a aquellos de los ataques de Bombay. Ambos grupos eran jóvenes, bien vestidos, con ropa tipo occidental, llevaban mochilas y andaban bien armados.

El Club de Prensa o Press Trust of India informa que la delegación de paz pakistaní, actualmente de visita en Pakistán, ha nombrado al incidente como "el Bombay Número 2, con la misma gente detrás."

Con tantas acusaciones a las inteligencias, tanto pakistaníes como indias, de estar involucradas, lo estratégicamente importante que es la región, ambos estados son potencias nucleares, y otras agencias de inteligencia globalistas como el CIA, Mossad y MI6 tienen mucho que ganar con un potencial enfrentamiento mucho más lucrativo que el críquet..

No obstante, de nuevo, la versión oficial dominante es la que pinta a Pakistán como un estado con problemas internos.

¿Se aprovechará de este último episodio de "terror" para justificar la extensión de La Guerra Global Contra el Terror y el aumento de actividad militar estadounidense en territorio Pakistaní como sugiere Barak Obama?

Ayer, el primer diplomático estadounidense en Kabul, avisó de que, "Pakistán es ahora una amenaza mayor que Afganistán." El jefe de la embajada de EE.UU. en Kabul, Christopher Dell, dijo, "Desde mi punto de vista Pakistán va a ser un problema mucho más gordo. Es una de aquellas potencias nucleares inestables que representan un gran reto para el resto del globo. Pakistán es más grande, más poblado, y tiene armas nucleares. El Islam radical ya es parte de su vida política y ya se ha integrado en su cultura política. Esto complica mucho la situación ahí."

(Extraído de investigar11s.blogspot.com)

jueves, 11 de diciembre de 2008

“Obviamente, son autoatentados”

9 Diciembre, 2008

Poco menos que polémicas fueron las declaraciones -en vivo y via satélite- del General Hamid Gul, ex jefe de los servicios secretos pakistanies (ISI) quien no reparó en repercusiones al declarar por el canal de noticias estadounidense CNN que tanto los atentados en Mumbai como los del 11-S, fueron operaciones de “falsa bandera”.

El General Hamid Gul habló sin rodeos. En una entrevista en el canal norteamericano CNN, el ex jefe del ISI calificó a los atentados de Mumbai y del 11 de septiembre como “operaciones desde adentro”, a lo que su entrevistador Fareed Zakaria, miembro del CFR, (Council on Foreign Relations) reaccionó diciendo a sus espectadores que las opiniones del General eran “erróneas y totalmente desacreditables”.

En estos días se efectuaron arrestos que arrojaron más evidencia que indica la complicidad interna en los atentados en el centro financiero indio.

Gul apuntó a Mukthar Ahmed, un oficial de policía de contrainsurgencia “que pudo haber estado en una misión encubierta” para las autoridades indias, quien fue arrestado por comprar ilegalmente tarjetas de teléfonos móviles utilizadas por los terroristas de Mumbai. Es aquí donde el General pakistaní acierta en que los hombres que aterrorizaron India no pudieron llevar a cabo su masacre sin ayuda interna.

Cuando Zakaria le preguntó al General sobre quién pudo haber sido el autor del 11-S, Gul respondió:

“Bueno, ya lo dije antes en público y dije que fueron los sionistas y los neoconservadores. Ellos lo hicieron, fue un autoatentado.”

Gul luego argumentó que el eje Anglonorteamericano-Israeli estaba “buscando una oportunidad” en un marco en donde la región eurasiática todavía tiene vacíos de presencia americana. La motivación principal “por supuesto es controlar el abastecimiento energético del mundo”, explicó Hamid Gul para luego anticiparse con el juego geopolítico-militar:

“En el presente es Medio Oriente, pero en el futuro se expandirán a Asia Central”

El ex jefe del ISI continuó diciendo que la evidencia de que los atentados al World Trade Center fueron planeados por Osama bin Laden y ejecutados por Al Qaeda nunca fueron presentadas y que aún hoy ese evento continua “envuelto en un misterio”.

El General Hamid Gul no es el único que tuvo las agallas de hacer este tipo de comentarios. Francesco Cossiga, ex presidente de Italia -y miembro fundador de los cuerpos clandestinos “Gladio”- en abiertas declaraciones al prestigioso Corriere della Sera italiano dijo: “Nos hicieron creer que Ben Laden había confesado [ser el autor] del ataque del 11 de septiembre de 2001 contra las dos torres de Nueva York ,cuando en realidad los servicios secretos estadounidenses y europeos saben perfectamente que aquel desastroso ataque fue planificado y ejecutado por la CIA y el Mossad, para acusar de terrorismo a los países árabes y así poder atacar Irak y Afganistán”

Gul concluyó que los ataques del 11-S fueron planeados dentro de Estados Unidos por un grupo de gente con una delicada agenda que “puso al mundo patas para arriba”.

(Extraído de apoliticos.com)


Extracto de la entrevista a Hamid Gul en la CNN
el 7 de diciembre de 2008 (con subtítulos en español)


Entrevista completa (en inglés)

martes, 9 de diciembre de 2008

India: preguntas pendientes

Guillermo Almeyra
La Jornada
08-12-2008

Según los servicios de seguridad de India –que, por supuesto, tienen sus propios intereses– la acción terrorista en Bombay en hoteles de lujo y en un centro judío tiene un actor claramente definido. En efecto, según declaraciones del único atacante sobreviviente, dice la policía india, el grupo de 10 combatientes pertenecía a un movimiento islamista nacionalista de Cachemira –el Lashkar-e-Taiba (LET)– cuyos militantes fueron entrenados durante un año en una base en Pakistán, primero, y en otra, clandestina, en Cachemira, después, por un especialista militar paquistaní en guerrilla y contraguerrilla.

Eran 45 hombres seleccionados, de los cuales fueron elegidos 10 (según el sobreviviente mencionado, o 15, según la policía india que encontró igual número de camastros y de mantas en el barco pesquero que usaron para llegar a Bombay). El entrenamiento físico y militar fue muy riguroso y propio de los mejores cuerpos de elite del mundo. En cuanto al armamento individual, era impresionante: 10 granadas de mano, explosivos, bombas de humo, ametralladoras portátiles con 60 cargadores, o sea un peso para atletas bien entrenados. Ya que sabían que la misión sería suicida, los mujahidines llevaban en cambio sólo frutas secas suficientes para combatir varios días sin reaprovisionamiento.

La tarea de información previa, por su parte, no había dejado nada al azar; conocían los hoteles que atacaron al dedillo, por haber residido en ellos y, además, según la policía, en el Taj Mahal se retiraron a otro piso del mismo por una puerta secreta que la policía desconocía. En resumen, el ataque exigió un año de preparación de mucha gente, con todo un gran aparato logístico y un sistema clandestino o semiclandestino de aprovisionamiento en alimentos, agua y parque (para el entrenamiento y para el ataque), y con un sistema de inteligencia vasto y eficaz. La misma idea de que los atacantes tomasen por asalto un pesquero indio y lo llevasen a Bombay después de matar a su tripulación, para convertirlo en su base en la ciudad, indica largas discusiones de evaluación sobre cuáles eran las mejores vías para la penetración en el centro financiero de India. Todo eso desborda la capacidad de un pequeño movimiento extremista musulmán, al que el gobierno paquistaní había puesto fuera de la ley ya tiempo atrás y, por lo tanto, conocía desde hace rato.

Todo eso nos lleva a algunas preguntas que hasta ahora no han recibido respuesta. En efecto, si los servicios de inteligencia indios ya habían anunciado, seis meses antes, la posibilidad de un ataque por mar contra la zona de los grandes hoteles porque, evidentemente, tenían una buena información de primera mano, ¿por qué no se hizo nada y cómo la CIA, que trabaja en India para remplazar la influencia militar soviética, no tenía conocimiento de un ataque que, para colmo, iba a “inaugurar” al nuevo presidente estadounidense?

Además, si el atentado fue organizado y preparado en Pakistán, con la asistencia de especialistas militares paquistaníes, que evidentemente han pasado por las unidades de elite anglosajonas, ¿cómo la inteligencia militar paquistaní, tan ligada a los que practican terrorismo en Cachemira, no tuvo información alguna? ¿Y cómo ignoraron todo, la CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado, que están mezclados con los 007 paquistaníes desde la lucha contra la Unión Soviética en Afganistán, en la que talibanes, gringos y militares paquistaníes (y también el mismo Bin Laden) combatieron juntos y establecieron viejos lazos de amistad personal y de cooperación?


Otra pregunta: Gates, el actual responsable de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, hombre que dirigió la CIA, seguirá en su cargo en el gabinete de Barack Obama. También lo hará el responsable de Defensa (Pentágono) y, en el Departamento de Estado, la rubia Hillary Clinton tiene las mismas ideas que la morena Condoleezza Rice. ¿Los atentados en India que ponen a dos potencias nucleares al borde de una guerra atómica que podría arrastrar a otras dos (Rusia y China) no merecen ni siquiera una investigación sobre ese continuismo, especialmente si se tiene en cuenta que este caso tan oportuno amenaza a una de las “potencias emergentes” –India– y a China, cuyo papel probablemente crecerá mucho con la crisis mundial que debilita a Estados Unidos? ¿Esto no tendrá relación con el informe del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos que dice que, de aquí al 2015, la hegemonía indiscutida de ese país será sólo un recuerdo y Washington deberá compartirla con Pekín y Moscú, entre otros candidatos?

Si una guerra nuclear indo-paquistaní, con armas tácticas, de terreno, incluso no total, a este nivel del conflicto probablemente será evitada mientras eso sea posible ¿los aprendices de brujo del complejo militar industrial gringo, que con Obama siguen en su puesto y mantienen su poder de decisión, no querrán aliviar la crisis de su país con una buena guerra con armas convencionales en el sudeste asiático, que obligue a sus competidores a armarse hasta los dientes y a frenar su competencia económica? ¿Estamos ante una nueva presentación en escena del dúo macabro crisis económica-guerra que, además, presenta la ventaja para el gran capital estadounidense de reavivar el patrioterismo y el odio fundamentalista al islam, que se ha metido, ¡vea Ud., señora!, hasta en la Casa Blanca, con ese musulmán Barak Hussein Obama del que un patriota piadoso nos acaba de liberar?

(Extraído de www.rebelion.org)

¿Quién estaba tras los ataques de Mumbai?