El Ejército de EE UU ofrece a las familias de los militares destinados en Irak una imagen a tamaño real del familiar desplegado para cubrir el vacío emocional que dejan al ir a la guerra
Marta G. Hontoria
La Razón
Septiembre 2006
Washington- La idea parece descabellada, pero hay familias de militares en Estados Unidos cuyos padres, madres, hermanos se juegan la vida en las guerras de Irak y Afganistán, a las que un trozo de cartón -cortesía del Ejército- les ha dado la vida. La Guardia Nacional del estado de Maine, al noreste del país, está causando sensación con un proyecto de ayuda a las familias desmembradas temporalmente por la guerra que ya se conoce como el fenómeno "Flat Daddy" o "Flat Mommy" (literalmente, papi y mami planos).
Se trata de repartir versiones en cartón y tamaño natural de los soldados en el frente para que sus madres y mujeres disfruten al menos de la compañía de una versión en dos dimensiones del ser querido destinado en un lugar peligroso y de conflicto. Dos, no tres, que no haya confusión. El resultado es algo desconcertante ya que a la ya de por sí variopinta demografía estadounidense se han unido estos monigotes, soldados en tamaño real, que sus familiares llevan hasta al supermercado. Y es que los que ya tienen su "Flat Daddy" no se desprenden de ellos ni para las actividades más cotidianas, porque al parecer sólo sirven como terapia si uno se los lleva a todas partes: en el coche al trabajo, al colegio, a las barbacoas y, por qué no, a las bodas.
La presencia de un padre es irremplazable, pero esta estrategia, entre jocosa y patética, hace que por ejemplo Kay Judkins, cuyo marido Jim está desactivando minas antipersonas en Afganistán, lleve mejor el día a día. "Lo siento en la silla, incluso a veces lo pongo en el sofá y lo tapo con una manta", ha revelado al rotativo Boston Globe. "A veces el gato se acurruca en la manta y he conseguido engañar a varias personas que se creen que Jim ha vuelto a casa", añade Judkins. Y en el coche, la imagen de su marido se sienta detrás del asiento del conductor para que le pueda echar bien el ojo. (Ver galería de fotos)
Los familiares de militares en activo han pedido unas 200 fotos al cuartel de la Guardia Nacional en Augusta. Los responsables de los programas de apoyo a las familias se encargan de ampliar la foto, que muestra al soldado de cintura para arriba, y luego son las familias las que las pegan en un cartón como de gomaespuma.
La sargento Barbara Claudel, al cargo de la iniciativa "Flat Daddy", asegura que la respuesta de las familias de los militares ha sido muy entusiasta: "Si hay algo que podemos hacer para que tengan la vida más fácil, ése es nuestro trabajo".
Por su parte, John Goheen, portavoz de la Asociación de la Guardia Nacional de EE UU con sede en Washington, parece orgulloso de esta "estrategia novedosa". "Recuerda a los niños que este hombre o esta mujer son aún parte de sus vidas", explica Goheen. Naturalmente, no a todos convence la "estrategia". En internet se pueden encontrar repetidos comentarios que tachan de "patética" la idea, que surgió hace sólo ocho meses cuando la Compañía B del Tercer Batallón del 172 regimiento de Infantería de Montaña fue llamada al frente.
Pero el fenómeno sigue extendiéndose por todo el país sin aparentes complejos. Hoy hay hasta fiestas de "Flat Daddies", en las que las familias se reúnen para hacer las versiones planas de sus seres queridos de uniforme en las que se debate la mejor manera de pegar las fotos. Los comentaristas políticos advierten, sin embargo, que la imagen más frecuente de una familia con uno de sus miembros en la guerra no es la del recortable, y que al margen de expresiones un tanto infantiles de recuerdo, el sufrimiento de las familias es general.
(Extraído de noticiasabsurdas.blogspot.com)
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