Jean-Guy Allard (Granma)
25 febrero 2009
Caleb McCarry, procónsul del Plan Bush para la anexión de Cuba, ha dejado ese puesto después de regalarse dos años de salario, para pasar a la firma Creative Associates International, una empresa de la CIA subsidiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con más de 1 500 millones de dólares anuales para realizar internacionalmente operaciones de subversión.
Ex funcionario de la oficina del ultraconservador Jesse Helms, el "procónsul" —hijo de un ex agente de la Agencia Central de Inteligencia— fue designado el 29 de julio del 2005 por Condoleezza Rice para administrar su plan de anexión de la Isla.
Se suma a la Creative Associates International con título de Asesor Principal de la Presidencia.
Dos años de salario... ¡y más!
Fuentes de Miami muy bien informadas afirman que el llamado "Coordinador para la ‘transición’ en Cuba" convirtió su salida de la comisión creada por Bush en un verdadero desfalco que hizo pasar a su cuenta bancaria personal unos cientos de miles de dólares correspondientes a dos años de remuneración, bajo el subterfugio de una indemnización.
El funcionario "bushista" recogió además ilegalmente otras cantidades pertenecientes a los proyectos orientados a desestabilizar a la Revolución cubana.
Recuérdese cómo hace unos meses Felipe Sixto, brazo derecho de Frank Calzón en el Center for a Free Cuba, organización financiada por la mencionada agencia norteamericana de injerencia internacional, confesó un desfalco de medio millón de dólares realizado con la compra, a precio inflado, de fantasmagóricos radios de onda corta, supuestamente destinados a la Isla.
El fraude fue identificado por la oficina federal de auditoría GAO y sancionado por el propio Congreso norteamericano. Sin embargo, los pagos al Center for a Free Cuba retomaron su curso después de unas pocas semanas.
Subversión privatizada
Según observadores, McCarry proseguirá en Creative Associates International sus actividades anticubanas, además de orientar agresiones similares en otros países.
Para la especialista venezolana Eva Golinger, autora de El Código Chávez, Creative Associates International forma parte de un grupo de contratistas quasi-privados que reciben subsidios multimillonarios de Washington, a través de la USAID y demás agencias del Departamento de Estado, para ejecutar los llamados "proyectos de transición, estabilidad y reconstrucción" bajo un supuesto pretexto de "promover la democracia".
"En realidad, estas entidades, fachadas de los servicios de inteligencia y seguridad de Estados Unidos, son los ejecutores de la estrategia de subversión y contrainsurgencia de Washington, cumpliendo un papel paralelo a sus contrapartes en el ambiente de defensa y seguridad, como Blackwater, Lockheed Martin, Dyncorp y otros, contratados por el Pentágono y el Departamento de Estado para funcionar como un ejército privado", precisa la experta.
Empresas como Creative Associates International entregan millones de dólares a ONG y partidos políticos que promueven la agenda de Washington en países estratégicamente importantes para los intereses estadounidenses.
Los billones de la USAID
Las sumas de dinero derrochado son colosales. Explica Golinger: "Durante los últimos años, esta entidad ha financiado campañas electorales en América Latina, en países como Nicaragua, El Salvador, Bolivia y Venezuela, siempre apoyando a la política estadounidense. En septiembre del 2008, la empresa recibió un contrato de 1 500 millones de dólares de la Oficina de Iniciativas para una Transición (OTI) de la USAID, para ejecutar programas de ‘transición, estabilidad y democracia’ en países como Afganistán, Sri Lanka, El Salvador, Venezuela y otros".
En Venezuela, la OTI está funcionando desde el año 2002 con un presupuesto anual de cerca de cinco millones de dólares, ha financiado y suministrado asesoramiento estratégico a más de 450 partidos políticos, ONG y grupos de la oposición".
Para la investigadora, la firma a la cual se suma el saliente jefe del Plan Bush entra en este grupo elitista de fachada intervencionista a través del cual los servicios de inteligencia de Washington filtran millones de dólares a sus actores regionales.
McCarry "estimuló" a terroristas
En más de tres años como gerente del Plan Bush, McCarry ha derrochado cientos de millones de dólares del contribuyente norteamericano en costosísimas operaciones propagandísticas en Europa.
En varias de estas misiones, McCarry ha utilizado como protagonistas a algunos de los elementos más conocidos de la fauna terrorista de Miami entre los cuales Reynaldo "El Chino" Aquit, famoso en Miami por una larga serie de acciones criminales y Ángel Cuadra Landrova, conocido en Cuba por su participación en la quema de campos de caña con gatos convertidos en antorchas.
Ambos están vinculados a la pandilla mafiosa de Luis Posada Carriles.
También apoyó sus operaciones sobre individuos tan desprestigiados como Carlos Alberto Montaner y unos politiqueros europeos de extrema derecha identificados por su afiliación al Departamento de Estado.
(Extraído de ww.visionesalternativas.com)
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