jueves, 28 de agosto de 2008

¿Hubo complicidad gubernamental en el 11-S?

20-08-2008


Lo que sigue es un pasaje del libro de Mark H. Gaffney que está por publicarse, The 9-11 Mystery Plane and the Vanishing of America [El misterioso avión del 11-S y la desaparición de EE.UU.] que aparecerá en septiembre de 2008.

Desgraciadamente, existe considerable evidencia de que elementos del gobierno de Bush fueron cómplices en el ataque del 11-S e incluso pueden haber ayudado a organizarlo. Examinemos parte de lo que considero como la evidencia más convincente. Sin embargo, la siguiente discusión no pretende ser exhaustiva.

Sabemos que dentro de minutos después del “peor ataque terrorista” en la historia de EE.UU., incluso antes del derrumbe de la Torre 2 del World Trade Center, a las 9.59 de la mañana, responsables estadounidenses conocían los nombres de varios de los presuntos secuestradores. CBS informó que una auxiliar de vuelo en el vuelo 11 de AA, Amy Sweeney, tuvo la presencia de ánimo de llamar a su oficina y de revelar los números de asiento de los secuestradores que se habían apoderado del avión. El director del FBI, Robert Mueller, dijo más tarde: “Fue la primera pieza de evidencia concreta.” En sus memorias, el director de la CIA, George Tenet, subraya la importancia de los manifiestos de pasajeros, como lo hace el zar del contraterrorismo Richard A. Clarke. Todo lo cual es muy extraño porque los manifiestos publicados posteriormente por las aerolíneas no incluyen los nombres de ninguno de los presuntos secuestradores. Tampoco se ha explicado en algún momento esa discrepancia.

Según MSNBC, el plan de invadir Afganistán y “eliminar a al-Qaeda de la faz de la tierra” ya estaba sobre el escritorio de G.W. Bush en la mañana del 11-S esperando su firma. El plan, en la forma de una directiva presidencial, había sido desarrollado por la CIA y según Richard Clarke incluía “el armamento de la Alianza del Norte... para pasar a la ofensiva contra los talibanes [y] que se presionara a la CIA para... que persiguiera a bin Laden y a la dirigencia de al-Qaeda.”

Un antiguo diplomático paquistaní, Niaz Naik, relata prácticamente la misma historia. Durante una entrevista de la BBC, tres días después del 11-S, Naik afirmó que altos responsables estadounidenses le habían informado a mediados de julio de 2001, que EE.UU. atacaría a los talibanes “antes de que la nieve comience a caer en Afganistán, a más tarde a mediados de octubre.” Naik dijo que recibió esa información en Berlín en un grupo de contacto internacional sobre Afganistán auspiciado por la ONU. También predijo, correctamente, que el ataque de EE.UU. sería lanzado desde bases en Uzbekistán y Tayikistán. Pero ¿cómo podían funcionarios estadounidenses saber a mediados de julio que fuerzas de EE.UU. invadirían Afganistán en octubre a menos que hayan tenido conocimiento previo del ataque?

Es probable que el conocimiento previo explique como el general Richard Myers, el presidente interino del Estado Mayor Conjunto el 11-S, pudo anunciar en la primera reunión posterior al 11-S del Consejo Nacional de Seguridad de Bush, realizado en video-conferencia en la tarde del ataque, que “existen cuarenta y dos importantes objetivos talibanes a ser bombardeados.” ¿Pero cómo llegó a poseer Myers información tan detallada sobre objetivos militares en Afganistán, tan pronto después del ataque del 11-S? Este importante detalle contradice afirmaciones repetidas frecuentemente de que los militares de EE.UU. no estaban preparados para atacar Afganistán, y apunta hacia una amplia planificación de la guerra antes del 11-S. El periodista Steve Coll llegó a una conclusión similar mientras investigaba para su libro de 2004 “Ghost Wars” [Guerras fantasma], una excelente historia del período precedente al ataque del 11-S. Coll entrevistó a dos funcionarios del gobierno de Clinton, quienes le informaron que “el Pentágono había estado estudiando posibles objetivos en la misma primavera [es decir 1998] en la que la CIA había estado preparando su plan secreto para atacar Tarnack Farm,” ubicada cerca de Kandahar, Afganistán, donde bin Laden había establecido su cuartel por invitación del líder talibán Mullah Omar.

Según Clarke, en la misma reunión en la tarde del 11-S, el director de la CIA. George Tenet, informó al presidente que “al-Qaeda cometió estas atrocidades.” [9] Pero, de nuevo, ¿cómo pudo saberlo Tenet tan pronto después del ataque, en especial ya que habían ocurrido “fallas en la seguridad,” a menos que haya tenido conocimiento previo?

Texto completo en www.rebelion.org

martes, 26 de agosto de 2008

El diario ruso Pravda pide penas de muerte para el gobierno USA por el 11-S

El pasado 22 de agosto el diario Pravda publicó en una columna de opinión un artículo en el que el norteamericano Gregory F. Fegel acusa al gobierno de los Estados Unidos de estar, entre otros, detrás de los atentados del 11-M, del 7-J, y por supuesto, del 11-S. Asimismo, dice que la destitución no sería suficiente y pide la pena de muerte para todos los altos mandos implicados.

La destitución no es suficiente
22.08.2008 - Pravda.Ru
Original en inglés

En español (extraído de trinityatierra.wordpress.com)

Hay Indicios de que todos los funcionarios del Gobierno de los USA y sus aliados planearon y llevaron acabo los ataques del 11/S

Pruebas irrefutables muestran que los más altos funcionarios de la Administración Bush en conspiración con muchos otros funcionarios del Pentágono, la CIA, el FBI, el FEMA, NSA, el NORAD, funcionarios de la ciudad de Nueva York, controladores de tráfico aéreo, ejecutivos de líneas aéreas, expertos de demolición controlada, técnicos de gráfica por ordenador, ejecutivos de los medios de comunicación y otros juntos planearon y cometieron los horribles ataques del 9/11/2001 contra el Pentágono y las Torres Gemelas del Centro World Trade en la ciudad de Nueva York. Los ataques del 9/11 se cargaron a la cuenta de unos supuestos “secuestradores árabes”, media docena de personas que, según se ha confirmado, siguen vivas y por lo tanto son inocentes de estos crímenes.

Los ataques bajo la falsa bandera del 9/11 proveyeron de una excusa para la “Guerra contra el Terrorismo” llevada a cabo por el Gobierno de los USA, cuyo propósito principal fue ganar el control para los Estados Unidos de los lucrativos campos de petróleo de Oriente Medio. Un segundo propósito fue elevar los impuestos a los ciudadanos de los Estados Unidos para aumentar gastos de defensa en apoyo del enorme complejo militar/industrial de USA y un tercer propósito fue establecer una justificación de la puesta en marca de medidas de un estado policial dentro de los Estados Unidos bajo el paraguas políticamente ambiguo de la ”Seguridad Nacional”. Cuando los derechos de libertad de expresión y reunión sean recortados a los ciudadanos de los USA, el gobierno de los Estados Unidos será capaz de establecer su agenda de dominación mundial sin la distracción doméstica de opiniones disidentes, protestas o manifestaciones.

El Pentágono, la CIA y FBI y otras agencias y funcionarios del gobierno de USA han perpetrado muchos crímenes, y las bombas falsas y ataques contra los ciudadanos de los USA y los intereses USA durante los pasados cinco años, además de los asesinatos políticos de John Fitzgerald Kennedy, Robert Fitzgerald Kennedy, y Martin Luther King, la bomba de una discoteca de Berlin en 1988, la bomba del World Trade Center en 1993, la bomba de la ciudad de Oklahoma en 1995, los ataques de cartas con ántrax de octubre en 2001.


El Gobierno de los Estados Unidos y sus aliados tambien son los responsables de las bombas del 2002 y 2005 en Bali, las bombas del tren en Madrid en el 2004, las bombas del 7/7/2005 en Londres y las recientes bombas de Ahmedabad, Jaipur, Bangalore, y de la embajada india en Kabul durante el verano de 2008.

Desde la Segunda Guerra Mundial, ideólogos fanáticos de extrema derecha con conexiones corporativas han ganado gradualmente el control absoluto de las agencias militares de USA, de la inteligencia, el gobierno y los medios de comunicación de masas de USA. El fascismo en USA no es solamente una amenaza real en manos de la administración republicana de G. W. Bush; es una situación completamente establecida desde hace décadas. El fascismo en USA es un tema resulto realmente.

El largo descenso de USA hacia el fascismo no puede ser frenado o eliminado simplemente colocando a un miembro del partido demócrata en la Presidencia o votando a una mayoría demócrata en el Congreso. La infiltración y el control del gobierno de los USA por parte de extremistas de extrema derecha está mucho más avanzada y completa. Ellos manipulan a nuestros funcionarios elegidos como a marionetas y una buena parte de nuestros funcionarios elegidos son parte del establisment fascista. La toma de extrema derecha del gobierno de los USA ha sido un golpe fascista gradual y muy exitoso que no se revertirá sin una lucha a muerte muy seria. Dada la historia de violencia indiscriminada y extrema mostrada por la elite en el poder de los USA, parece bastante obvio que restaurar la democracia de los USA requeriría inevitablemente una Revolución armada violenta en la que los americanos se opongan contra las fuerzas del gobierno de los USA y sus militares.

Como ciudadano de USA y ser humano, personalmente considero que el asesinato de personas inocentes en países extranjeros por parte de la CIA, los militares estadounidense y sus marionetas en apoyo de intereses económicos de las corporaciones multinacionales con sede en USA son totalmente inmorales e intolerables y considero mi solemne deber oponerme a la agresión de USA y al imperialismo de cualquier forma que conozca. El Gobierno de USA y la propaganda de los medios de comunicación promueven un clima en el que las acciones y actividades de las tropas de los Estados Unidos son vistos más allá de cualquier reproche, pero no hay nada de noble ni de heroico en la agresión militar sin causa previa y el genocidio contra la población extranjera inocente y vulnerable.

George W. Bush, George H. Bush, Jeb, Neil, and Marvin Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Condaleezza Rice, Karl Rove, Wolfowitz, Perle, Powell, Armitage, Ashcroft, Abrams, Adelman, Feith, Bolton, Libby, Kissinger, Mueller, Tenet, Goss, Giuliani, Hayden, Chertoff, Baker y muchos otros cientos de indiviuos que trabajan para la Casa Blanca, la CIA, el FBI, el FEMA, el Pentágono, la NSA, el NORAD, la industria de aviación y los medios de comunicación de USA juntos planearon y ejecutaron los ataques del 9/11.

Todos ellos y sus cómplices tienen que ser juzgados por traición y asesinato en masa, y la pena de muerte sería el justo y necesario castigo por haber cometido dichos crímenes.

Necesitamos un juicio al estilo de Nuremberg por Traición y Asesinato en Masa de todos los miembros del gobierno, los militares de USA, las agencias de inteligencia de USA y sus cómplices civiles en la industria de la aviación y los medios de comunicación que participaron en los crímenes asesinos del 9/11. La pena de muerte debería ser aplicada a todos los líderes y sus cómplices, incluso si esto significa ejecutar a cientos o incluso a miles de personas, porque los crímenes de esta magnitud contra los americanos y la República de Estados Unidos no pueden saldarse sin castigo y el castigo debe ser extremo para enviar el mensaje de que los americanos no tolerarán la Traición, ni ahora ni en el futuro. Si se permite que quede sin castigo y en libertad, estos individuos representarán una enorme amenaza para la seguridad y protección de todos los americanos. Si son juzgados de los atroces crímenes del 9/11, la pena de muerte es la única forma de asegurar que ellos y sus aliados no conseguirán atacar América ni a los americanos de nuevo. Las ejecuciones deberían producirse en público y ser televisadas internacionalmente para que el mundo entero sea testigo.

Soy consciente de que existen razones de peso para oponerse a la pena de muerte en muchas situaciones. Sin embargo, también me parece bastante claro que cualquier muestra de clemencia que pudiera mostrarse a los perpetradores de los ataques del 9/11 del gobierno de los Estados Unidos dejaría abierta la posibilidad de que sus simpatizantes pudieran impedir el establecimiento de una democracia en América volcando su violencia hacia los americanos amantes de la paz. Esa es la razón por la que defiendo la pena capital sin consideración alguna de piedad ni clemencia para los asesinos del gobierno de USA que cometieron los ataques del 9/11 y a sus aliados.

Nadie dentro ni fuera del gobierno de USA debería quedar exento de un proceso penal y de la aplicación de la pena capital por los ataques traicioneros del 9/11. A los que planificaron y participaron en los ataques del 9/11 dentro del gobierno de USA y sus cómplices no se les debe permitir protegerse detrás de la cómoda excusa de la “Seguridad Nacional”. La auténtica seguridad y la supervivencia de nuestra república dependen enteramente de esto.

Autor: Gregory F. Fegel

Traducción: Trinity a Tierra

Relatividad de los crímenes

Javier Ortiz
23 Jul 2008

Es bien sabido: la Historia la escriben los vencedores. Y la padecen los vencidos, aunque eso suela mencionarse con menos frecuencia.

No he tenido jamás noticia de ningún bando bélico, sea del signo que sea, cuyo alto mando no integrara a personajes cuyas acciones despiadadas contra poblaciones civiles o contra prisioneros enemigos obligara a catalogarlos como criminales de guerra.

Todos ellos han sido siempre tratados en función del desenlace del conflicto.

Un ejemplo: la oleada de bombardeos que las fuerzas aéreas anglo-norteamericanas lanzaron contra la población civil de Dresde en febrero de 1945 causó unas 35.000 víctimas mortales, según los propios atacantes. La jefatura aliada trató de justificarse alegando que Dresde era un punto industrial clave, pero lo cierto es que sus bombas apenas afectaron al aeropuerto y las zonas industriales del norte de la ciudad. Se cebaron en los barrios más densamente poblados.

Al ex presidente de la República Serbia de Bosnia, Radovan Karadzic, se le acusa de la matanza de 7.000 personas en Srebrenica, a las que hay que añadir las víctimas del asedio de Sarajevo, que causó la muerte a 10.000 de sus habitantes.

Los carniceros de Dresde nunca fueron procesados: los vencedores tienen bula. Karadzic será juzgado y condenado como criminal de guerra: los perdedores están para eso.

Karadzic es una mala bestia, no me cabe ninguna duda, pero ¿qué no decir, por ejemplo, del ex secretario de Estado norteamericano Henry A. Kissinger? Resumamos su trayectoria: está documentada su participación en los sangrientos golpes de estado militares de Chile, Uruguay y Argentina; se sabe que fue inspirador y consejero en las operaciones de “desaparición” de miles de militantes de izquierda del Cono Sur; se conoce su implicación personal en los bombardeos secretos de Laos y Camboya, que facilitaron el acceso de los jemeres rojos al poder (dos millones de muertos); fue claro su respaldo a la dictadura indonesia de Suharto cuando ésta masacraba timorenses…

A esa escoria humana, arquetipo del criminal de guerra de cuello blanco, le concedieron el Nobel de la Paz. Jamás se lo han retirado.

(Extraído de publico.es)

¿Quién es Henry Kissinger?

El informe Kissinger

domingo, 24 de agosto de 2008

Los bancos centrales, la otra oligarquía

Jorge Gómez Barata
Argenpress
07-04-2008

En Estados Unidos un representante se elige por cuatro años, un senador por ocho y el presidente por cuatro, pudiendo ser reelegido una vez. El presidente de la Reserva Federal es designado, puede permanecer 14 años en el cargo y no rinde cuentas de su gestión ante ningún organismo político. Todo ello en democracia.

A lo largo de 41 años, desde 1776 hasta 1817, los Estados Unidos fueron gobernados por los líderes históricos de la Revolución. James Madison fue el último de los “históricos” y James Monroe el primero de la segunda generación. George Washington, el primer presidente tuvo en su gabinete a tres de sus sucesores.

Aquellos lideres, brillantes y avisados, redactaron la Declaración de Independencia, la Constitución y las primeras 15 Enmiendas, efectuaron las elecciones, condujeron la formación de los primeros congresos, nombraron a los primeros jueces para el Tribunal Supremo y trataron de dar un perfil republicano a su país.

Conocedores del papel de la metrópolis colonial y del carácter de rapiña de sus instituciones las rechazaron, no sólo en su forma sino principalmente en su contenido. Ni una sola de las nuevas instituciones se pareció a las británicas. En lugar de un rey, eligieron un presidente que no habitó en un lujoso palacio sino en una Casa Blanca y al frente de las fuerzas armadas en lugar de a un general colocaron a un civil. Con especial énfasis rechazaron el modo inglés de conducir la economía y sus prácticas bancarias.

Benjamín Franklin, uno de los precursores de la Nación y el más veterano de los redactores de la Constitución, tarea que cumplió teniendo 80 años, sostuvo que más que contra el rey, la Revolución Norteamericana se realizó contra el Banco de Inglaterra, del que el rey Jorge VI era accionista, que estuvo a punto de arruinarlas al lograr que en 1764, mediante el Acta de Divisas, se prohibiera a las colonias crear su propio dinero.

En el examen de las relaciones de Inglaterra con sus colonias no se puede obviar el hecho de que mientras la colonización iberoamericana fue una actividad estatal, financiada y regida por las coronas de España y Portugal, la de América del Norte fue una empresa privada en la que el rey también era accionista.

A diferencia de las autoridades coloniales españolas que eran empleados de la Corona y en su nombre saqueaban el Continente y cargaban flotas enteras con lingotes de oro y plata, el gobierno inglés que lidiaba con verdaderos colonos, empresarios que no le debían obediencia, se vio obligado a diseñar un saqueo más sofisticado, basado en impuestos, sellos, restricciones comerciales y sobre todo, mediante el control de la emisión de la moneda.

Desde cualquier punto de vista que se le considere, el hecho de que durante más de 130 años los mandatarios norteamericanos se hayan negado a aceptar la existencia de una banca central y otorgarle la facultad para crear el dinero, evidencia un rechazo basado en la creencia de que semejante institución no es de bien público.

El hecho de que en 1913, bajo la administración de Woodrow Wilson, los magnates de las finanzas norteamericanas, hayan tenido que acudir a conspiraciones y prácticas fraudulentas para hacer aprobar la creación de la Reserva Federal indica que algo sucio se escondía tras un proyecto que resulta insólito.

Toda la mística de la democracia es desmentida cuando la gente se entere de que el sistema capitalista, presumiblemente basado en la voluntad ciudadana expresada mediante el sufragio y las elecciones, pone en manos privadas las finanzas públicas, en primer lugar, la emisión de dinero.

Lo más grave no es que Estados Unidos haya adoptado un sistema antidemocrático para administrar las finanzas nacionales, sino que ese sistema, como si fuera el mejor de los modelos, se haya propagado por el mundo dando a los bancos centrales un poder ilegitimo y totalmente desproporcionado, sobre todo una independencia que los hace inmunes al control social.

Tal vez muchos europeos no sepan, porque nadie se lo ha explicado exhaustivamente que el Tratado de Maastricht, que creó la Unión Europea, prohíbe al Banco Central Europeo aceptar órdenes o sugerencias del poder político. De hecho toda la política monetaria europea es regida por una Junta de Gobernadores de un banco que es una mega corporación de bancos privados.

La idea de mantener las manos del gobierno lejos del dinero no es una mala idea, pero dejar a los países a merced de una banca privada, ajena a todo control de la sociedad, parece peor.

El círculo parece cerrarse cuando en el umbral de una crisis monetaria y financiera de proporciones devastadoras amenaza al mundo, lo único que se le ocurre al gobierno de los Estados Unidos es elaborar un programa que amplía la potestad de la Reserva Federal. Ese mundo tiene derecho a saber que en parte, su destino depende de un grupo de inescrupulosos banqueros por quienes nadie ha votado y que muchos ni siquiera conocen.

(Extraído de www.rebelion.org)

La Reserva Federal y la orden ejecutiva 11110


Documental America Freedom to Fascism (Subtítulos en español)

viernes, 22 de agosto de 2008

¿Hay un millón de terroristas en EE.UU.?

Por Juan Gelman
20/7/2008

Desde 2003 el Centro de Detección de Terroristas (TSC, por sus siglas en inglés), organismo dependiente del FBI alimentado además por la CIA y otros servicios, elabora listas de sospechados de preparar, o tener la intención de preparar, atentados en suelo estadounidense. Son gordas esas listas. En septiembre de 2007, el inspector general del Departamento de Justicia informó que el TSC tenía registrados 700.000 nombres en su base de datos y que ese número crecía a razón de más de 20.000 asientos cada mes. Dicho de otra manera: habría actualmente más de un millón de presuntos terroristas en suelo estadounidense o con la pretensión de entrar en él. Bastantes muchos.

El Centro proporciona a las compañías aéreas los nombres de tales sospechosos, que pasan a integrar una llamada “No-Fly List” con ciertas consecuencias. En los vuelos internos no los dejan subir al avión o los bajan del avión y algo más: los agentes del FBI estacionados en el aeropuerto suelen detenerlos, interrogarlos durante horas, revisar su persona y su equipaje, someterlos a ninguneos varios. Al menos doce Robert Johnson han padecido y aún padecen esos problemas por mera portación de nombre: ése fue el alias de un afroamericano de 62 años condenado por planear la voladura de un templo hindú y de un teatro en Toronto, pero figura en la lista negra sin mayores especificaciones. El periodista Steve Kroft, de CBS News, entrevistó a los doce homónimos, entre otros un empresario, un político, un entrenador de fútbol, incluso un militar. A todos les espera lo mismo.

“Casi siempre tengo dificultades para abordar un avión, me ha pasado por lo menos 15 o 20 veces”, contó uno de los Robert Johnson. Otro declaró que, para él, lo peor era la humillación sufrida: “Tuve que sacarme los pantalones, tuve que sacarme los zapatos, después tuve que sacarme las medias. Me trataron como a un criminal”. Nadie ofrece disculpas, la seguridad antiterrorista ante todo. Pero los Robert Johnson no están solos: los acompañan viajeros de prestigio nacional e internacional, como el senador Edward Kennedy. Su caso fue el primero en adquirir notoriedad.

No era para menos: el hermano del ex presidente asesinado, miembro de una familia de abolengo y senador desde 1962, fue detenido e interrogado cinco veces en aeropuertos de la costa este de EE.UU. en marzo del 2004. Le costó tres semanas que quitaran su nombre de la lista de sospechados de terrorismo merced a la intervención de la Casa Blanca. Al más que famoso músico británico Cat Stevens le fue peor: convertido al islamismo, adoptó el nombre de Yusuf Islam y el vuelo a Washington que lo traía de Londres fue desviado a Maine. Seis robustos agentes federales lo esperaban y lo sometieron a un curioso interrogatorio. Viajaba con su hija para grabar un disco y finalmente fue expulsado.

No es la única figura extranjera de relieve que padece cuestiones semejantes. El ex presidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela figura en el padrón de presuntos terroristas y debe pedir un permiso especial para entrar a EE.UU. Nahib Berri, vocero del Parlamento libanés y ex abogado de la General Motors, suele reunirse con Condoleezza Rice, pero eso no lo saca de la lista. También está incluido el presidente boliviano Evo Morales, al que han registrado con tres nombres: Evo Morales, Juan Evo Morales Aima y Evo Morales Ayma. Los tres nacieron el 26 de octubre de 1959 y tal abundancia –se supone– es por las dudas.

A la monja McPhee, que supervisa todos los niveles de la educación católica en el marco del Departamento de Educación estadounidense, le fue peor que a Ted Kennedy: tuvo que luchar nueve meses para que la borraran de la “No-fly list” y cesaran de apartarla de la fila de pasajeros para revisarla de arriba abajo. Nada diferente le ha sucedido al mayor general (R) Vernon Lewis, condecorado con la Medalla de Servicios Distinguidos, la más alta distinción que otorga el ejército de EE.UU., ni a Jim Robison, ex asistente del fiscal general de la nación. Pero no todas son celebridades: se estima que más de 30.000 pasajeros han presentado protestas por tratos semejantes.

La Casa Blanca afirma que esa lista negra es la herramienta más eficaz para la lucha “antiterrorista” en EE.UU. Quién sabe si lo mismo piensa Ingrid Sanders: iba a tomar un vuelo de Phoenix a Washington cuando le anunciaron que su hija de un año de edad estaba registrada como sospechosa de actividades terroristas. Es apenas una de los catorce infantes de menos de dos años que el TSC considera posibles terroristas. No está claro contra quién combate realmente W. Bush. ¿Contra los terroristas? ¿Contra los norteamericanos?

(Extraído de www.pagina12.com.ar)


Niño de 5 años considerado terrorista en aeropuerto estadounidense

martes, 19 de agosto de 2008

La CNN y «el enemigo musulmán»

27/11/2006

El 7 de noviembre de 2006, durante las elecciones intermedias, los electores de Minnesota eligieron al demócrata Keith Ellison como nuevo miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Lo interesante de ese resultado es que Ellison es el primer musulmán que se convierte en congresista. En un país que considera la religión como un elemento de la vida pública y cuyo gobierno ha conformado la imagen mediática «del» musulmán terrorista, esa elección no es neutra. Es por eso que el congresista de Minnesota fue emplazado a probar su fidelidad a Estados Unidos en medio de una entrevista que concedió a la CNN. En efecto, el periodista Glenn Beck simplemente le dijo al nuevo congresista: «Ok, no se ofenda. Yo conozco a los musulmanes, aprecio a los musulmanes, he estado en mezquitas, no creo realmente que el Islam sea una religión maléfica. Yo… usted sabe… Creo [esa religión] ha sido desviada, francamente. Pero aún diciendo eso, usted es un demócrata. Usted dice «Hay que salir [de Irak]» y yo tengo que preguntarle a usted, estoy nervioso en esta entrevista con usted por lo que siento al decirle esto: «Señor, déme la prueba de que usted no trabaja con nuestros enemigos». »

Al margen de los rodeos políticamente correctos que anteceden la pregunta en sí y lo que demuestran o no sobre la contrariedad real o aparente del presentador, la pregunta misma constituye ante todo una muestra del clima intelectual reinante en Estados Unidos. Hoy por hoy, aunque ciertas precauciones de rutina se imponen aún cuando se hace este tipo de pregunta (precauciones que se hacen quizás obligatorias únicamente cuando se trata de un congresista), la lealtad de los ciudadanos musulmanes a Estados Unidos parece ser el tipo de cuestión que necesita ser verificado mediante una pregunta. En las representaciones mediáticas posteriores al 11 de septiembre todo musulmán se convirtió en un aliado potencial «del» terrorismo y el esnobismo de Daniel Pipes («Todos los musulmanes no son terroristas pero todos los terroristas son musulmanes») es parte integrante de la reflexión de los personajes mediáticos estadounidenses.

En semejante contexto, poco importa la respuesta de Ellison, quien se acogió al discurso patriótico habitual. Lo importante es que le hicieron la pregunta y que esa interrogante sea considerada como una cuestión legítima (por cierto, el flamante congresista no se dio por ofendido). La industria del entretenimiento impuso desde hace mucho la imagen del musulmán/árabe enemigo, los neoconservadores la remachan y, hoy en día, los medios de difusión mainstream plantean abiertamente la cuestión de la «doble obediencia» de los ciudadanos musulmanes.

La pregunta de Beck viene a confirmar el estado avanzado del proceso de demonización de los musulmanes en Estados Unidos y del unanimismo de las élites estadounidenses alrededor de la ideología posracialista del « Choque de civilizaciones ».

(Extraído de www.voltairenet.org)

domingo, 17 de agosto de 2008

Dos imbéciles, Bush y Saakashvili

Paul Craig Roberts
CounterPunch
17-08-2008

El régimen neoconservador de Bush y los medios estadounidenses ocupados por Israel llevan a un mundo inocente hacia la guerra nuclear.

En los años de Reagan fue creada la Fundación Nacional por la Democracia como instrumento de la guerra fría. Actualmente la NED es una agencia controlada por los neoconservadores para la hegemonía mundial de EE.UU. Su principal función es dedicar mucho dinero estadounidense y amañar elecciones estadounidenses en antiguas partes constituyentes de la Unión Soviética a fin de rodear a Rusia con Estados marionetas de EE.UU.

El régimen neoconservador de Bush utilizó la NED para intervenir en los asuntos internos de Ucrania y Georgia, de acuerdo con el plan neoconservador de establecer regímenes políticos amigos de EE.UU. y hostiles a Rusia en esas dos antiguas partes constituyentes de Rusia y de la Unión Soviética.

La NED también fue utilizada para desmembrar la antigua Yugoslavia con sus intervenciones en Eslovaquia, Serbia y Montenegro.

Allen Weinstein, quien ayudó a redactar la legislación que estableció la NED, declaró al Washington Post en 1991 que gran parte de lo que la NED hace “actualmente fue realizado de modo clandestino por la CIA hace 25 años”.

Tras haber situado como presidente de Georgia al títere Mikhail Saakashvili, el régimen de Bush trató de introducir Georgia en la OTAN.

Los lectores demasiado jóvenes han de saber que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue una alianza militar entre EE.UU. y países europeos occidentales para resistir cualquier acción soviética en Europa Occidental [y para asegurarse de que los países europeos se alinearan en apoyo de EE.UU. y compraran sus sistemas de armamentos. La OTAN ha perdido su justificación desde la implosión política de la Unión Soviética hace casi dos décadas. Los neoconservadores convirtieron a la OTAN en otro instrumento, como la NED, de la hegemonía mundial de EE.UU. Subsiguientes gobiernos de EE.UU. violaron los acuerdos que el presidente Reagan había establecido con Mikhail Gorbachev, el último dirigente soviético, y han incorporado a antiguas partes del imperio soviético en la OTAN. El objetivo neoconservador de cercar a Rusia con una alianza militar hostil ha sido proclamado en numerosas ocasiones.

Los miembros europeos de la OTAN se negaron a admitir a Georgia, ya que lo consideraban una afronta provocadora contra Rusia de la que depende Europa Occidental para su suministro de gas. A los europeos también les inquieran las intenciones de Bush de instalar defensas de misiles balísticos en Polonia y en la República Checa ya que la consecuencia será que habrá misiles crucero nucleares rusos apuntados hacia capitales europeas. Los europeos no ven la ventaja de ayudar a EE.UU. a bloquear represalias rusas contra EE.UU. a costas de su propia existencia. Las defensas de misiles balísticos no son útiles contra misiles crucero.

Todos los países están cansados de guerras con la excepción de EE.UU. La guerra, incluyendo la guerra nuclear, es la estrategia neoconservadora para la hegemonía mundial.

Todo el mundo, con la excepción de los estadounidenses, sabe que el desencadenamiento de un conflicto armado entre Rusia y las fuerzas georgianas en Osetia del Sur se debió enteramente a EE.UU. y a su títere en Georgia, Saakashvili. En todo el mundo, sólo los estadounidenses ignoran que las hostilidades fueron iniciadas por Saakashvili, porque Bush, Cheney y los medios estadounidenses ocupados por Israel han vuelto a mentirles.

Texto completo en www.rebelion.org

jueves, 14 de agosto de 2008

Un cámara ruso acusa a la CNN de transmitir filmaciones falsas

Sesgo informativo y manipulación de la mayoría de los medios de comunicación occidentales


13-08-2008

"El canal CNN está transmitiendo filmaciones engañosas del conflicto entre Georgia y Rusia, torciendo la opinión pública a favor de lo georgianos", según un cámara de Rusia Today en una entrevista.

El cámara acusó a la CNN de haber usado su filmación de fuerzas georgianas atacando a civiles rusos en Tskhinvali, la capital provincial de Osetia del Sur. CNN afirmó que las imágenes eran de rusos atacando georgianos en el pueblo georgiano de Gori.

El asalto georgiano a Tskhinvali, descrito por los oficiales rusos y otros testigos como un acto de genocidio y crimen de guerra, condujo a la masacre de al menos 2000 civiles. El hecho de que Georgia, apoyada por los EEUU e Israel, fuera responsable por la provocación que llevó a la respuesta rusa, ha sido ocultado por la mayoría de los medios de comunicación occidentales.

Un ejemplo de sesgo mediático para escudar a Georgia de responsabilidades por la carnicería, es el hecho de que canales como la BBC continúan informando que miles de civiles fueron asesinados en Georgia, con la obvia deducción de que estas son víctimas del ataque ruso. Sin embargo, estas víctimas no fueron asesinadas en Georgia, fueron masacradas en Osetia por fuerzas georgianas.

Como detalla el Blog Campanadas de Libertad, “mientras los habitantes de Osetia reclamaron más de 1000 muertos, ni la BBC reportó esto ni cualquier otro noticiero saliendo de Osetia, mostrando la destrucción causada por el bombardeo georgiano de la república separada. Todo lo que estamos obteniendo son informes desiguales de la destrucción causada por los rusos.”

El Presidente ruso Dmitri Medvedev ordenó inmediatamente interrumpir las operaciones militares contra Georgia. “Los propósitos de esta operación han sido alcanzados….La seguridad de nuestras fuerzas de paz y de la población civil ha sido restaurada,” lo citó textualmente Interfax.




CNN acusada de usar tomas de guerra engañosas

La televisora norteamericana CNN ha sido acusada por usar tomas engañosas en sus coberturas del conflicto en Osetia del Sur. Un camarógrafo ruso afirma que las tomas de tanques destrozados y de edificios en ruinas, las cuales aparentaban ser en la ciudad de Gori, eran de hecho la capital Tskhinvali de Osetia del Sur.

Se dijo que Gori está a punto de caer bajo el control del ejército ruso pero el camarógrafo dice que el video fue realmente tomado en Tskhinvali, la cual ha sido arrasada por el bombardeo georgiano.

Aleksandr Zhukov, del canal Russiya Al-Yaum, dijo: “Cuando llegamos y salieron noticias de que Gori estaba siendo bombardeada, observé mis tomas. Dije: ¡eso no es Gori!, ¡eso es Tskhinvali!. Habiéndome arrastrado a lo largo y ancho de Tskhinvali, no necesito mucho para decir de cual punto ésta o esa toma fue grabada. Puedo jurarlo ante cualquier tribunal. Puedo señalar a esta localidad en el mapa de la ciudad, porque el camarógrafo del canal Russiya y yo grabamos eso.”


Entrevista al cámara ruso Aleksandr Zhukov
en Russia Today (en inglés)


(Extraído de www.aporrea.org)

miércoles, 13 de agosto de 2008

Con la bendición de EE.UU.

El masivo ataque georgiano sobre Osetia del Sur estaba acordado con Washington

Knut Mellenthin
Junge Welt
12-08-2008

¿Tenía el presidente georgiano Michail Saakasjwili, "luz verde" de Washington, cuando en la noche del viernes dio la orden a sus fuerzas armadas de atacar Osetia del Sur? La respuesta es un rotundo sí, y sólo puede discutirse el porqué el Gobierno estadounidense decidió esta vez soltarle la correa al perro, cuando en el pasado siempre le había tenido retenido.

La reconquista de Osetia del Sur y de Abjasia es "el objetivo de mi vida", había comunicado Saakasjwili en noviembre de 2003, antes de su imposición como presidente a finales de enero del 2004 gracias a una subversión apoyada por EE.UU. "Haremos lo máximo posible para que la próxima fiesta nacional también se pueda celebrar en Sujumi, la capital de Absajia." Esto hubiera sido normalmente en enero de 2009; sin embargo, había entre medias unas nuevas elecciones. En su discurso de toma de posesión Saakasjwili habló de la necesidad de construir un ejército poderoso, "para volver a rehacer la unidad de Georgia". El 25 de mayo de 2004 se celebró en Georgia el mayor desfile militar de la historia del país y Saakasjwili dijo: "Si se pregunta a cualquier soldado georgiano porqué sirve en el ejército, todos te contestarán: para reconstruir la integridad territorial de Georgia".

¿Podía ser esto un malentendido? La cúpula georgiana pasó pronto a los hechos: tras enfrentamientos militares de varios días en Osetia del Sur, en la madrugada del 19 de agosto de 2004, tropas de elite georgianas asaltaron varias colinas estratégicamente importantes en las inmediaciones de la capital Tsjinwali. Todos los observadores competentes estuvieron de acuerdo en que era el preludio de un ataque mayor. Sin embargo, en un giro de los acontecimientos sorprendente y sin declaración oficial, los soldados georgianos desocuparon pocas horas después las posiciones conquistadas. Las suposiciones que se barajaron entonces, eran que el gobierno estadounidense había intervenido a través de su poderoso embajador en Tbilisi.

El veto estadounidense también intentaba probablemente evitar una escalada bélica en septiembre de 2006. En aquel entonces, el ministro de defensa Irakli Okruaschwili, un "loco atrevido" no muy responsable de sus actos, había tenido que aterrizar de emergencia con su helicóptero en territorio de Osetia del Sur, después de que antes hubiera estado media hora sobrevolando provocadoramente sobre Tsjinwali. "Todos deberían entender que los impulsos de esos bandidos van a terminarse de una vez por todas muy pronto", amenazó a continuación Okruaschwili e informó de que próximamente dirigiría personalmente "una expedición de castigo". En el verano del 2007 alardeaba que se bebería el próximo champán de año nuevo en la capital surosetia. En lugar de eso cayó en desgracia con Saakasjwili, fue enviado incluso temporalmente a una cárcel georgiana y vive en la actualidad exiliado en Francia.

El primer indicio de que el Gobierno georgiano tiene ahora la bendición de Washington para su agresión a Osetia del Sur, fue la actitud del congresista estadounidense Zalmay Khalilzad, antiguo representante estadounidense en Kabul, en el Consejo de Seguridad de la ONU: en la reunión especial nocturna convocada precipitadamente después del comienzo del ataque georgiano, bloqueó cada toma de posición conjunta para la renuncia a la violencia. Hasta el momento no ha llegado de Washington ni una sola palabra de crítica al proceder de Saakasjwilis.

Observadores expertos en Moscú, se habían preparado para un peor desarrollo del conflicto, después de que la Secretaria de Estado Condoleezza Rice se hubiera encontrado con Dimitri Sanakojew, el "presidente de Osetia del Sur" nombrado por el Gobierno georgiano, en su visita a principios de julio en Tbilisi. Hasta ese momento había, entre los EE.UU. y la UE, unidad para ignorar a esta figura creada para las provocaciones y las aventuras militares.

Pocos días después de la visita de la Secretaria de Estado, en la que supuestamente también se hablaría sobre la inminente agresión, comenzaron en la base de Vaziani cerca de Tbilisi, maniobras conjuntas con el nombre de "Respuesta Inmediata" dónde junto a 600 georgianos y pequeños grupos de oficiales de Ucrania, Azerbaiján y Armenia participó un contingente más fuerte de 1000 soldados estadounidenses con diferente armamento. Los ejercicios duraron del 17 al 31 de julio. Un día después de terminar, en la noche del 1 al 2 se agosto, comenzaron las provocaciones militares de las fuerzas armadas georgianas en los alrededores de Tsjinwali.

Cuando Saakasjwili dio la orden de atacar en la noche del 7 de agosto, se encontraban todavía en Georgia parte de las tropas estadounidenses que tomaron parte en las maniobras, aunque por lo visto ya no estaban en la base de Vaziani, que fue atacada por los aviones de guerra rusos.

Igualmente había en Georgia 127 instructores militares estadounidenses, entre ellos 35 empleados de empresas privadas de seguridad. El Gobierno estadounidense había empezado ya en abril de 2002 con el predecesor de Saakasjwilis, Eduard Shevardnadze, a entrenar unidades de elite del ejército georgiano y a equiparlos con las armas más modernas. Con un coste de 65 millones de dólares, este programa representaba por aquel entonces un tipo de proyecto piloto con una dimensión absoluta sin precedentes en el campo de la antigua URSS. Oficialmente terminó en el año 2004, pero continuó bajo otros nombres. Además se unieron instructores de Gran Bretaña y un número desconocido de militares y "asesores de seguridad" de Israel.



Putín acusa a Estados Unidos de transportar tropas desde Iraq a Georgia

13-08-2008
Agencias

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, criticó el lunes duramente a Occidente, y dijo que ha confundido a los verdaderos agresores por las víctimas en su conflicto con Georgia por la región separatista de Osetia del Sur.

Putin destacó a Estados Unidos y dijo que Washington está ayudando al regreso de las tropas georgianas de Iraq.

En un discurso emotivo ante altos cargos que fue retransmitido por la televisión estatal, Putin dijo que algunos políticos de Estados Unidos todavía tienen una mentalidad de la Guerra Fría. "Es una vergüenza que algunos de nuestros socios no nos estén ayudando, sino esencialmente nos están estorbando", declaró. "Quiero decir (...) el traslado por parte de Estados Unidos de un contingente georgiano en Iraq con aviones de transporte militar prácticamente hasta la zona de conflicto".

Estados Unidos transporta tropas desde Georgia

Previamente, un cable de AFP indicó que la mitad de los 2.000 soldados georgianos desplegados en Iraq volvieron este domingo a su país para apoyar a las tropas involucradas en los combates en la región georgiana separatista pro rusa de Osetia del Sur, indicaron las autoridades georgianas.

Un responsable militar georgiano en Iraq, el coronel Bondo Maussuradze, dijo que la retirada "total" llevará "algunos días". Y añadió que los soldados georgianos habían abandonado la base de Kut (160 km al sur de Bagdad) a bordo de aviones militares estadounidenses con destino al aeropuerto internacional de Tiflis. La mayor parte del contingente georgiano se encontraba en la base del campamento Delta, en Kut.

"Los georgianos iniciaron su partida y los ayudamos con el transporte", había declarado antes un portavoz del ejército estadounidense sin precisar la modalidad de esta partida precipitada.

La primera parte del contingente georgiano que estaba en Iraq ya ha vuelto a Georgia y próximamente será trasladada a la zona del conflicto, precisó el ministro georgiano de Integración, Temur Iakobachvili. "Cerca de un millar de militares ya están en Tiflis", había declarado en Bagdad otro responsable georgiano que había pedido el anonimato.

Cinismo estadounidense

Putín añadió: "La escala de este cinismo es pasmosa - el intento de convertir el blanco en negro, el negro en blanco, y de diestramente retratar a las víctimas de la agresión como agresores y poner la responsabilidad de las consecuencias de la agresión en las víctimas".

El ex presidente ruso también dijo que Rusia va a concluir su misión de paz en Osetia del Sur. "Rusia, por supuesto, llevará su misión de mantenimiento de la paz a una conclusión lógica. Nos esforzaremos por trabajar en las relaciones con todos los participantes en este conflicto, y eso, por supuesto, incluye el lado georgiano", agregó.

(Extraído de www.rebelion.org)

lunes, 11 de agosto de 2008

El nuevo enemigo

Por Bruno Cardeñosa

07/10/2007


El diario más serio del planeta publicaba el domingo 30 de septiembre de 2007 una información a toda página – e incluso en portada – en la que podía verse una enorme fotografía de dos muchachos que van a ser ahorcados. La imagen provoca escalofríos. Es despreciable. Y debajo de la fotografía, el titular de la noticia: “Ser homosexual en el país de Ahmadineyah”


De esta forma, la impresión que se lleva el lector es que en Irán se condena a muerte a los homosexuales. No nos engañemos: la mayor parte de los lectores miran titulares y pasan página (Me temo que, realmente, esos lectores son los que interesan al sistema). Y, de refilón, se leen algún titular y, como mucho, la entradilla del reportaje. Quienes así lo hicieran, en este caso, leerían lo siguiente: “Gays iraníes relatan la dureza de vivir en un régimen que niega su existencia y que mantiene la pena de muerte para los desviados”. Así las cosas, dicha entradilla no haría sino reforzar esa idea de que los ahorcados de la imagen han sido asesinados por ser homosexuales.

Ahmadineyad en EE.UU.


La historia que nos ocupa comienza el 24 de septiembre. Seis días antes. Con esa fecha, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, fue invitado a dar una conferencia en la Universidad de Columbia. Sin lugar a dudas, el rector, Lee Bolinger, cuando le invitó, lo hizo pensando en lo instructivo que podía ser y en las buenas lecciones que podía ofrecer a los alumnos. Evidentemente, la invitación no tenía nada que ver su presunta intención por acaparar la atención de los medios, generar publicidad para su universidad y “suministrar” noticias para las televisiones. Evidentemente, cuando Bolinger le presentó, recordando que había negado el Holocausto y que había amenazado con borrar del mapa Israel, tampoco buscaba aparecer en las noticias. Tampoco buscaba su cita de gloria en la prensa del día siguiente cuando delante de Ahmadineyad le calificó de “cruel y mezquino dictador” (es moda llamar dictadores a quienes han sido elegidos por las urnas, mientras que a quienes no lo han sido – en Pakistán o Arabia, por ejemplo – se les denomina amigos). Tampoco le molestó que cientos de jóvenes se manifestaran a las puertas del recinto protestando contra el iraní, por prometer destruir Israel y negar el Holocausto. Otrora, cuando los estudiantes lo hacían para reclamar sus derechos, eran calificados de revolucionarios infestados…

El problema es que, durante su conferencia, el presidente iraní dijo que el Holocausto sí había existido. En realidad, nunca ha negado su existencia. Ahmadineyad nunca ha dicho que no murieran cruelmente asesinados seis millones de judíos en los campos de concentración de los míseros nazis. Y volvió a insistir en ello en la Universidad de Columbia. Del mismo modo, tampoco ha dicho jamás que quisiera destruir Israel. Se trata de otra leyenda urbana que aclaró durante su charla ante Bollinger. Caray, los manifestantes quedaban en ridículo. Estaban protestando por algo que el hombre contra quien clamaba nunca había dicho. Mal asunto.


Peor era el papel que tenían los medios de comunicación, que podían quedar en entredicho si reflejaban fielmente las palabras de Ahmadineyad, que estaba negando que él hubiera dicho alguna vez eso que los medios dicen de él. Me imagino a más de un periodista, en la sala de conferencias, tragando saliva: “¿Y sobre qué escribo yo mañana? ¿Digo que llevo años diciendo que ha dicho lo que no ha dicho? ¿Que yo también he sido víctima de la interesada leyenda urbana?”

Y he aquí que el presidente iraní dijo que era necesario investigar el 11-S y aclarar quién estuvo detrás. Evidentemente, pocos pensaron en hacer demasiado eco del asunto, habida cuenta de que, además, un alto porcentaje de la población tiene la mosca detrás de la oreja sobre qué pasó exactamente. Pero como respuesta a un asistente a la charla dijo algo que sí tenía “jugo”. Su ya famosa frase: “En Irán no existen homosexuales”. Entonces, el mundo entero se lanzó al cuello de Ahmadineyad ante semejante barbaridad. No era para menos. Sin querer, el líder iraní había solucionado la papeleta de los comunicadores. Ya tenían titular. Ya no podían decir que negaba el Holocausto o que había prometido destruir Israel, porque el mismo negó ante cámaras y taquígrafos que hubiera insinuado tales cosas, pero sí podían focalizar todas sus críticas hacia la nueva “revelación”. A las pocas horas, todos los grandes medios de comunicación destacaban en sus titulares que Ahmadineyad aseguraba que no existen gays en Irán. El problema es que tampoco dijo eso exactamente, sino que en realidad se refería a que no existía un movimiento homosexual. Evidentemente, esta apreciación no justifica absolutamente nada, porque no quiere decir otra cosa más que la existencia de una discriminación tal hacia el movimiento homosexual que raya en la persecución, pero en ningún momento negó su existencia.

Información falseada


Es en este contexto en el que surge la información de la que hablaba al comienzo. Se aprovecho el dislate de Ahmadineyad para cargar las tintas contra él, para, en definitiva, seguir dibujando la imagen del enemigo número uno. Y es que la noticia de la que hablaba al comienzo – publicada por el diario El País – genera un lectura a modo de mensaje: “Si eres homosexual en Irán te ahorcan”. Evidentemente, esa es la razón por la cual no existen gays en este país. Sin embargo, a quien se atreviera a leer el reportaje completo – los menos – la primera sensación se diluye, pese a que al comienzo se señala que ser homosexual en Irán es motivo para ser condenado a muerte. No es cierto. Pero es que cuando se lee más dicho reportaje, se descubre que la imagen que ilustra el texto –la de dos hombre que van a morir ajusticiados – corresponde a dos hombres que han sido condenador a morir ahorcados por haber violado a un niño de 13 años. Es decir, que esa presunta sentencia a muerte no existen contra los “desviados” sino contra asesinos y violadores. El matiz es bien relevante en este caso, pese a que nada, ni el peor de los crímenes, justifica bajo concepto alguno la existencia de pena de muerte (que también existe por los mismos motivos en las legislaciones de algunos países que han puesto en su punto de mira a Ahmadineyad). Pero lo importante es que la interpretación original de que ser homosexual en Irán te lleva a la horca se transforma en la letra pequeña en que la condena a muerte es por violación y asesinato. Es bien distinto.

Es más, el lector que hubiera decidido adentrarse en el reportaje, leerá que en Teherán existen barrios homosexuales –como en Madrid, por ejemplo, añado – pese a que exista miedo a mostrar públicamente las tendencias sexuales –como aquí hace apenas unos años, vuelvo a añadir –. E incluso el texto acaba citando la existencia de informes elaborados por organismos internacionales como la Unión Europea en donde se cuestiona que exista persecución a los homosexuales, al menos, más de la que puede existir en muchos países “avanzados”. Sin embargo, al lector visual y de titulares se le ha entregado en bandeja, tanto en portada como en el interior del periódico, la lectura “homosexual en Irán = pena de muerte”. Así se está haciendo campaña para crear un nuevo enemigo. Y no pocos medios de comunicación han entrado en ese juego, hasta los que se autoconsideran como los más serios del mundo…


(Extraído de brunocardenosa.blogspot.com)


Conferencia de Ahmadineyad en la Universidad

de Columbia (en inglés)

viernes, 8 de agosto de 2008

Estados Unidos pretende perpetuar los asesinatos masivos en Iraq

Peter Phillips
Global Research
24-07-2008

Estados Unidos es directamente responsable de alrededor de un millón de muertos iraquíes desde que invadió Iraq hace cinco años y medio. En un informe de enero de 2008, un grupo británico de sondeos, Opinión Research Business (ORB), informó que: “El trabajo de investigación realizado confirma nuestra estimación previa de que alrededor de un millón de ciudadanos iraquíes han muerto como consecuencia del conflicto iniciado en marzo de 2003… En estos momentos valoramos que el número de víctimas, entre marzo de 2003 y agosto de 2007, ha sido probablemente del orden de 1.033.000 muertos. Si tenemos en cuenta el margen de error asociado a los datos de una investigación de esta naturaleza, la cifra estimada se situaría entonces entre los 946.000 y 1.120.000 muertos”.

El informe de ORB seguía las huellas de dos estudios anteriores dirigidos por la Universidad Johns Hopkins que se publicaron en la revista médica británica Lancet ( ver aquí) y que confirmaban las cifras continuas de muertes masivas en Iraq. Un estudio realizado por el Dr. Les Roberts, del 1 de enero de 2002 al 18 de marzo de 2003, fijaba las muertes de civiles en aquel momento en alrededor de 100.000. Un segundo estudio publicado en Lancet en octubre de 2006 documentaba alrededor de 650.000 muertos civiles en Iraq desde el comienzo de la invasión estadounidense (*). El estudio de 2006 confirma que fueron los bombardeos aéreos estadounidenses sobre barriadas civiles los que causaron la tercera parte de esas muertes, y que alrededor de la mitad de las muertes son directamente atribuibles a las fuerzas de EEUU.

La cifra ahora estimada, en julio de 2008, de 1.200.000 muertos incluye niños, padres, abuelos, bisabuelos, taxistas, clérigos, profesores, obreros, policías, poetas, trabajadores sanitarios, proveedores de servicios de guardería, trabajadores de la construcción, canguros, músicos, panaderos, trabajadores de la hostelería y muchos más. Porque Estados Unidos decidió invadir su país, en Iraq han muerto personas de todas las clases, de todos los sectores. Son muertes que exceden sobremanera las tasas normales de muertos civiles bajo el anterior gobierno.

La magnitud de esas muertes es innegable. La ocupación continuada de las fuerzas de EEUU garantiza una tasa de mortalidad masiva en exceso de 10.000 personas por mes, y de esa cifra la mitad mueren a manos de las fuerzas estadounidenses, una carnicería tan grave y tan concentrada que es equiparable a las más atroces matanzas masivas perpetradas en la historia del mundo. Ese acto no ha pasado desapercibido.

Recientemente, Dennis Kucinich introdujo un sencillo artículo en el que abogaba por el impeachment contra George Bush por mentir al Congreso y al pueblo estadounidense sobre las razones para invadir Iraq. El 15 de julio, la Cámara remitió la resolución al Comité Judicial por 238 contra 180 votos. Que Bush mintió sobre las armas de destrucción masiva y sobre la amenaza que Iraq representaba para EEUU está más allá de toda duda. La anterior fiscal federal Elizabeth De la Vega nos documenta con toda profundidad las mentiras de Bush en su libro “U.S. Vs Bush”, y numerosos otros investigadores han verificado asimismo las falsas declaraciones de Bush.
El pueblo estadounidense se enfrenta a un dilema moral muy serio. Se han cometido, en nuestro nombre, todo tipo de asesinatos y crímenes de guerra. Hemos permitido que la guerra/ocupación continúe en Iraq y, sin embargo, los dos principales candidatos a la Presidencia nos ofrecen muy pocas posibilidades de un cese inmediato de los asesinatos masivos. Por un lado, McCain aceptaría sin dudar la muerte de otro millón de civiles iraquíes para salvar la cara de Estados Unidos y, por otro, el calendario de 18 meses para la retirada de Obama va a acarrear, probablemente, otras 250.000 muertes de civiles, cuando no más.

Se lo debemos a nuestros hijos, nos lo debemos a nosotros mismos: un futuro sin la vergüenza de llevar asesinatos masivos en nuestra conciencia. La única solución a este dilema es la retirada inmediata de todas las tropas estadounidenses de Iraq y el enjuiciamiento y prisión de todos los responsables. Cualquier otra cosa conlleva un pecado original permanente en el alma de la nación del que nos tendremos que lamentar siempre.

Peter Phillips es Profesor de Sociología en la Universidad del Estado de Sonoma y director de Project Censores, un grupo de investigación de los medios. Es co-editor, con Dennis Loo, del libro: “Impeach the President: The Case Against Bush and Cheney”).

martes, 5 de agosto de 2008

Cierran la web de la Red Voltaire debido a un artículo que vinculaba a Sarkozy con la CIA


La página de la Red Voltaire, ha sido "aparcada". El motivo, el polémico artículo que escribió Thierry Meyssan en el último número, donde vincula al presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, con la CIA. El artículo ya no es accesible en la Red Voltaire pero puede leerse aquí entre otros sitios web.

La libertad de expresión debería fluir sin grandes trabas en los países democráticos, con lo cual surgen dudas de cuán democráticos son los países "democráticos", o si la libertad de expresión es real o solo se permite mientras no toque los puntos delicados que molestan a los poderosos.

Recientemente un colaborador de la Red Voltaire era encarcelado con oscuras excusas

Copio la síntesis de este caso de mediados de julio:

En este caso es un colaborador de Voltairenet.org ha sido el damnificado, Jurgen Cain Kulbel acaba de ser encarcelado en Berlín. Las artimañas legales utilizadas para condenarlo no dejan de esconder la intención política de esa decisión.

Jurgen había demostrado que el jefe de la misión investigadora de la ONU sobre el asesinato de Rafik Hariri tenía vínculos financieros con los asesinos y que su principal asistente es un agente de la CIA implicado en varios secuestros cometidos en Europa.

En cambio ahora es la web completa la que ha quedado "KO".

(Extraído de www.rebelion.org)

lunes, 4 de agosto de 2008

The New York Times: Cómo hacer respetable el exterminio nuclear

James Petras
3/8/2008

El 18 de julio de 2008, The New York Times publicó un artículo del historiador judío israelí Benny Morris. En ese artículo, el profesor Morris se pronuncia a favor de que Israel lance un ataque nuclear genocida contra Irán en el que podrían morir 70 millones de iraníes, doce veces más que las víctimas judías en el holocausto nazi. Según Morris, los líderes iraníes deberían pensar bien lo que está en juego y suspender su programa nuclear, pues de lo contrario, lo mejor que podría pasarles es que las fuerzas aéreas convencionales de Israel destruyan sus instalaciones nucleares. Claro está, esto significaría miles de víctimas iraníes y la humillación internacional del país, pero la alternativa es un Irán convertido en un desierto nuclear.

Morris actúa frecuentemente como conferencista y consultor del estamento político y militar israelí y disfruta de acceso especial a los planificadores de la estrategia militar israelí. No es ningún secreto que Morris ha defendido y apoyado públicamente la expulsión masiva y brutal de todos los palestinos. Su visión genocida, sin embargo, no ha impedido que reciba numerosos reconocimientos académicos. Los principales periódicos y revistas científicas de Israel publican sus escritos y opiniones. Como deja claro la publicación de su más reciente artículo de opinión en The New York Times, sus puntos de vista no son los delirios de un psicópata marginal.

¿Qué nos dice acerca de la política y la cultura de USA el hecho de que The New York Times publique un artículo que pide la incineración nuclear de 70 millones de iraníes y la contaminación de una buena parte de los cien mil millones de habitantes de Oriente Próximo, Asia y Europa? Porque se trata de The New York Times, un periódico que a través de sus suplementos dominicales, páginas editoriales y páginas literarias, informa a las “clases educadas” de USA y actúa como “conciencia moral” de importantes sectores de su élite cultural, económica y política.

The New York Times otorga una cierta respetabilidad al asesinato masivo, algo que las opiniones de Morris no tendrían si fuesen publicadas, por ejemplo, en una publicación neoconservadora semanal o mensual. El hecho de que The New York Times considere que el posible exterminio de millones de iraníes por Israel es parte del debate público sobre Oriente Próximo, revela el grado en el cual el “sionifascismo” ha infectado los “más elevados” círculos culturales y periodísticos de USA. En realidad, esto no es sino la consecuencia lógica del apoyo público que The New York Times ha otorgado al bloqueo económico que Israel ha impuesto a Gaza para matar de hambre a 1,4 millones de palestinos, de su ocultamiento de la influencia que el sionista AIPAC (American Israel Public Affairs Committee - Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel) ha tenido en la invasión de Iraq por USA, cuyo resultado es el asesinato de más de un millón de iraquíes.

El Times da la pauta a todo el sector cultural de Nueva York, el cual privilegia los intereses de Israel hasta el punto de asimilar al discurso político de USA no sólo sus violaciones rutinarias de la ley internacional, sino sus amenazas, más bien promesas, de arrasar vastas áreas de la tierra para lograr la supremacía regional. El hecho de que The New York Times esté dispuesto a publicar a un defensor del genocidio-etnocidio israelí nos revela cuán fuertes son los lazos entre una publicación pro israelí que supuestamente pertenece al “orden establecido liberal” y la derecha totalitaria de Israel. Es como decir que para el orden establecido “liberal” pro israelí los nazis no judíos son execrables, pero en cambio las opiniones y políticas de los judeo-fascistas deben ser objeto de estudio y, posiblemente, puestas en práctica.

El artículo de Morris sobre la “exterminación nuclear” publicado en The New York Times no provocó ningún comentario adverso de los 52 presidentes de las Principales Asociaciones Judías de USA (PMAJO), en cuyo boletín diario, Daily Alert, han publicado frecuentemente artículos de sionistas de USA e Israel que defienden el ataque nuclear de Irán por Israel o USA. En otras palabras, las opiniones totalitarias de Morris son parte de la matriz cultural enterrada en lo más profundo de las redes de organizaciones sionistas y tienen amplio “alcance” en los círculos culturales y políticos de USA. Al publicar la locura de Morris, el Times ha sacado el discurso genocida de los limitados círculos de influencia sionista para llevarlo al seno de la opinión pública de USA, a millones de lectores de ese país.

Salvo por un puñado de escritores (gentiles y judíos) que publican en sitios web marginales, ningún miembro del mundo literario, político o periodístico ha condenado moral o políticamente esta afrenta a nuestra humanidad. Nadie ha hecho la conexión entre las políticas totalitaristas y genocidas de Morris y las amenazas oficiales y públicas de Israel y los preparativos para una guerra nuclear. Ninguno de nuestros intelectuales más influyentes se ha puesto al frente de una campaña antinuclear para repudiar al estado (Israel) y a los intelectuales que preparan una guerra nuclear cuyo resultado sería el exterminio de diez veces más seres humanos que los judíos asesinados por los nazis.

La incineración nuclear de la nación iraní es la contraparte israelí a las cámaras de gas y los hornos de Hitler, pero mejorada y aumentada. El exterminio es la última etapa del sionismo, permeado por una doctrina según la cual, si no pueden regir los destinos de Oriente Próximo, entonces destruirán el aire y la tierra del mundo. Ese es el mensaje explícito de Benny Morris (y de sus patrocinantes israelíes oficiales), quien, como Hitler, da un ultimátum a los iraníes, “ríndanse o serán destruidos” y amenaza a USA, únanse a nosotros en el bombardeo de Irán o enfrenten una catástrofe ecológica y económica mundial.

No hay duda alguna de que Morris está total, profunda y clínicamente loco. Tampoco hay duda de que, al publicar sus delirios genocidas, The New York Times da nuevas muestras de la forma en que el poder y el dinero han contribuido a la degeneración de la vida intelectual y cultural judía en USA. Para comprender las dimensiones de esta descomposición sólo tenemos que comparar la desesperada huida del terror nazi del brillante escritor judío alemán, el trágico-romántico Walter Benjamin, con el apoyo criminal al terror nuclear sionista del escritor judío israelí Benny Morris publicado en The New York Times.

EL tema del poder sionista en USA no se refiere sólo a un “lobby” que influye en las decisiones que toman el Congreso y la Casa Blanca sobre la ayuda exterior a Israel. Lo que está en juego hoy en día son los temas relacionados con el apoyo a una guerra nuclear en la que 70 millones de iraníes pueden ser exterminados y la complicidad de los medios de comunicación de USA que proporcionan una plataforma e, incluso, una cierta respetabilidad política al asesinato masivo y a la contaminación del planeta. Contrariamente a los nazis en el pasado, no podemos excusarnos, como hicieron los buenos alemanes, diciendo que “no sabíamos” o que “no fuimos informados”, porque ha sido escrito por un eminente académico israelí y publicado en The New York Times.

Artículo original: http://petras.lahaine.org/articulo.php?p=1747. Traducido para Rebelión por Chelo Ramos