sábado, 1 de noviembre de 2008

¿Fraude electoral en el 2004?


Extraído del libro La jugada maestra. A quién beneficia realmente el nuevo terrorismo mundial de Bruno Cardeñosa (2005, Ediciones Temas de hoy)

Por desgracia para quienes amamos la democracia de verdad, los datos ponen en duda la limpieza del proceso electoral que aupó a Bush por segunda vez, a ocupar su trono en la Casa Blanca.

La encuesta a pie de urna (exit poll)

Las encuestas a pie de urna predijeron un resultado sustancialmente favorable a Kerry. Jamás en la historia se había provocado un desfase tan rotundo entre las exit poll y los resultados finales.
Estructuremos esta información:

A. En los estados en los cuales el voto se ejercía mayoritariamente por medios tradicionales, las exit poll alcanzaron un resultado preciso. Veamos algunos ejemplos:

- En Illinois, las encuestas dieron un 55 por ciento de votos a Kerry y 45 por ciento a Bush. El resultado final tras el recuento fue exactamente igual.

- En Maine, las encuestas daban un 55 por ciento a Ferry y un 44 por ciento a Bush. El resultado final fue de 53 por ciento a favor de Kerry y un 46 por ciento a favor de Bush.

- En Wisconsin, las encuestas dieron un 52 por ciento a favor de Kerry y un 47 por ciento a favor de Bush. El resultado final fue de un 50 por ciento a favor de Ferry y un 48 por ciento a favor de Bush.

Resultado final: las exit poll en los estados de voto tradi­cional ofrecieron un margen de error respecto al resul­tado final de aproximadamente un 1,7 por ciento sin que en ninguno de ellos se predijera erróneamente el ganador.

B. En los estados en los que el sufragio se ejerció mayoritariamente mediante voto electrónico, las exit poll fallaron a favor de Bush.

- En Florida las encuestas a pie de urna daban un 51 Por ciento a favor de Kerry y un 47 por ciento a favor de Bush. El resultado final fue de un 47 por ciento a favor de Kerry y un 52 por ciento a favor de Bush.

- En Ohio, las encuestas daban un 52 por ciento a favor de Kerry y un 48 por ciento a favor de Bush. El resul­tado final fue de un 49 por ciento a favor de Kerry v un 51 por ciento a favor de Bush.

- En Pensilvania, las encuestas daban un 60 por ciento a favor de Kerry y un 40 por ciento a favor de Bush. El resultado final fue de un 51 por ciento a favor de Kerry y un 49 por ciento a favor de Bush.

Resultado final: las exit poll en los estados con voto electrónico ofrecieron un margen de error respecto al resultado final de un 5,2 por ciento, errando en la mitad de los estados analizados a favor de Bush. En cifras totales, los cálculos efectuados a partir de los «errores» en las exit poll sitúan el incremento de voto a Bush en tres millones, justo la diferencia que ob­tuvo.


Diferencias entre el voto registrado y el voto emitido

En Estados Unidos, para votar es necesario registrarse con ante­rioridad. Al hacerlo, se debe declarar a quién se pretende votar, sin que ello sea en modo alguno obligatorio de cumplir cuando posteriormente se ejerza el derecho a sufragio. Habitualmente, ese grupo de un 5 por ciento de electores indecisos es el que pue­de o no modificar el voto.
Esto quiere decir que si en un condado con 10.000 votan­tes, 7.000 dicen ser demócratas y 3.000 republicanos, un resul­tado lógico podría ser 6.500 votos demócratas y 3.500 republi­canos.
Lo que no sería normal es un resultado con 1.500 votos demó­cratas y 8.500 republicanos, pues se saldría de todas las pautas de comportamiento electoral conocido.
Pues bien, este tipo de desfases se produjo el 2-N en cientos de condados, la mayor parte de ellos ubicados en Florida. Veamos algu­nos ejemplos:

- En Baker County (Florida) se registraron casi 12.000 votan­tes. De ellos, 9.000 se declararon demócratas y unos 3.000 republicanos. Sin embargo, tras las votaciones el recuento dio como resultado: 2.180 votos a favor del demócrata Kerry y 7.738 a favor del republicano Bush.

- En Dixie County se registraron 5.000 votantes. De ellos, casi 4.000 se declararon demócratas y apenas 600 republicanos. Sin embargo, el resultado final fue de 599 votos a favor de Kerry y 4.433 a favor de Bush.

- En Franklin County (Florida), el 73 por ciento se declara­ron demócratas, pero el 58 por ciento votaron a Bush. En Holmes County, el 72 por ciento se declararon demócratas, y sin embargo el 77 por ciento votaron a Bush.En total, en 47 de los 67 condados de Florida, Bush obtuvo más votos que electores suyos registrados previamente. En 15 de esos condados, la cifra de votos republicanos superó al doble de registrados como tal antes del día de las elecciones, lo que podría significar cientos de miles de votos...


Irregularidades:

- En Palm Beach (Florida), los votos totales sumaron 542.835, sin embargo, sumando los obtenidos por todos los candidatos y los nulos, la cifra definitiva es de un total de 454.427 votos. ¿Dónde fueron a parar los 80.000 votos restantes?

- Tres horas después de que Kerry admitiera su derrota, la Secretaría de Estado de Ohio sólo había divulgado a través de su página web el resultado de diez precintos o condados, que sumaban únicamente un 10 por ciento del total de votos. Sobre el resto no existían datos oficiales, mientras que entre los notificados por las autoridades Kerry obtenía 294.000 votos y Bush, 267.000. ¿Por qué Kerry se apresuró a admitir la derrota si los datos definitivos aún no habían confirmado su derrota?

- En Florida, Bush obtuvo una ventaja de 385.000 votos, pero es sorprendente que en los condados en donde se votó mediante pantalla táctil —tocando con el pulgar un moni­tor de ordenador que emitía sus datos hasta la sede de una empresa informática que procesaba los datos— obtuvo un incremento del 38 por ciento respecto a las elecciones del año 2000. De los diez condados en donde más votos obtu­vo, en siete de ellos se votaba de modo electrónico. Tenien­do en cuenta que el 30 por ciento del voto fue electrónico en el Estado, de haberse contabilizado sólo los votos «nor­males», habría ganado Kerry. ¿Por qué los votantes «elec­trónicos» fueron los que inclinaron la balanza a favor de Bush?

- Analizando los datos concretos de algunos condados, es fácil encontrar auténticos expedientes X. Por ejemplo, en Hillsborough (Florida). Como en otros tantos lugares, no sólo se elegía presidente, sino que paralelamente se elegía senador entre un candidato republicano y otro demócrata o defensor del pueblo entre candidatos de ambos partidos. Por lógica, quien vota demócrata en una opción lo suele hacer en las otras. Pero ésa es la lógica...
Lo que ocurrió es que el 2-N, para el Senado, los casi 500.000 votantes de Hilisborough se decidieron a favor del candidato demócrata, 16.199 votantes más que a favor del republica­no. Además, para el puesto de defensor del pueblo, los demócratas obtuvieron una diferencia a su favor de 21.710 votantes. Sin embargo, y he aquí la incógnita, para el pues­to de presidente, los demócratas perdieron por una dife­rencia de 31.017 votos.


- El Grupo de Investigación de Métodos Estadísticos de la Uni­versidad de Berkeley en California efectuó un estudio téc­nico sobre la influencia que a favor de Bush tuvo el voto elec­trónico en Florida. Dicho informe fue efectuado siguiendo todos los parámetros científicos exigibles y presentaba un resultado con una fiabilidad del 99 por ciento. Dedujeron que las «modernas» técnicas aportaron irregularmente 130.000 y 260.000 votos de más a Bush en Florida, a los que sumar al menos otros 72.000 debido a un error masivo en el condado de Broward y varias decenas de miles más en otros condados que sitúan la sobrecogedora cifra en casi 400.000 votos irregulares a favor de Bush. Lo ocurrido allí fue un soberano insulto a la democracia, por no hablar de las denuncias de observadores como Jimmy Cárter que decla­raron como a decenas de miles de personas se les arrebató el derecho a voto en función de unos antecedentes que casi siempre vinieron como consecuencia del color de piel. Y es que los negros suelen votar al Partido Demócrata. Por su parte, la institución US Together cifró en 600.000 los votos falsos a favor del presidente. Sin fraude electoral electróni­co, sin selección intencionada de votantes y sin el apoyo por «sorpresa» del vídeo de Bin Laden, el resultado de las elecciones habría sido otro bien distinto.

- En el pequeño condado de Franklin County (Ohio) vota­ron 638 personas. Sin embargo, en los resultados finales Bush obtuvo un respaldo electoral de 3.893 votos cuando en realidad sólo obtuvo 365 papeletas. El error fue causa­do por la máquina de voto táctil Danaher Controls Inc., gestionada por la empresa Diebold, que fue usada en todo el país por más de 75.000 personas. Curiosamente, el jefe ejecutivo de este consorcio es un magnate llamado Walden O'Dell, que se convirtió en uno de los financiadores de la campaña electoral de Bush. De hecho, en su propia página web cursó una invitación al presidente para un acto recaudatorio: «Nos uniremos para que obtenga los votos electorales de Ohio», dejó por escrito en su página de internet el 16 de septiembre de 2003. El propio O'Dell salió al paso de algunos grupos de base del Partido Demó­crata que descubrieron los fallos operativos del sistema de voto de Diebold, a quienes calificó de «fantasiosos». Sin embargo, diversos autores como Robert Parry, que publicó el 7 de noviembre en Consortium Ness un trabajo titulado «¿Evidencias de un segundo golpe?», argumen­tan que en los últimos años se han desarrollado diversos trabajos de piratería que facilitarían haber «hackeado» los ordenadores que gestionaban el control electrónico de los votos.

- El periodista Greg Palast recopiló todas las incidencias registradas en Ohio. Tras hacerlo, descubrió que hasta 250.000 votos no fueron contados a lo largo de todo el Estado, pero fundamentalmente en zonas habitadas por hombres de raza negra, tradicionales votantes del Partido Demócrata. Para el reverendo Jesse Jackson, que ha iniciado una batalla legal para intentar que se conozca la verdad, todos los datos indi­can que la ventaja de 136.000 votos a favor de Bush se hubiera esfumado en caso de que el recuento de votos hu­biera sido justo. «Los patrones que hemos investigado nos sugieren un fraude más grande y mejor tramado que el de Florida de 2000. De haber ocurrido alguno así en Sudáfrica, México o Haití, la elección sería calificada como una verdadera farsa», señaló Jackson (La Jornada, 23 de diciem­bre de 2004).

- En Nuevo México, en donde Bush obtuvo la victoria por ape­nas 1.000 votos, un juez de Alburquerque tuvo que decidir sobre varios cientos de votos. Decidió restárselos al Partido Demócrata por «irregularidades», mientras que otros cientos de votos a examen que fueron a parar con las mismas irre­gularidades al Partido Republicano fueron dados por válidos. También se descubrió que en el condado de Bernardillo County alguien registró 200 votantes que no existían. Todos se declararon republicanos...

- Y un sinfín de «pequeñas anécdotas»: votantes demócratas de Kerry en New Hampshire a quienes la noche anterior llamaron «para informarnos de que no era necesario acu­dir a votar»; electores de Arizona que se encontraron inmen­sas fotos del presidente Bush a la entrada del colegio elec­toral; personas registradas dos veces como votantes; coacciones en colegios electorales de tendencia demócrata, etc.

Podría emplear páginas y páginas reproduciendo las dife­rentes informaciones que obran en mi archivo sobre lo ocu­rrido en las elecciones. Por desgracia, no se armó el monu­mental escándalo que se originó tras los comicios del año 2000, aun siendo la magnitud del actual fraude infinitamente mayor. Pero es que en cuatro años las cosas habían cambiado bastante. Por un lado, el rival de Bush parecía empeñado en hacer campaña en su contra, pero es que además los grandes medios estaban ahora a favor del presi­dente de la Guerra. Y cuando callan quienes deben contar a la opinión la verdad de las cosas, hasta la más infame de las falsedades parece irrebatible.

1 comentarios:

Unknown dijo...

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